Capítulo 4

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Tiempo pasado, nueva era

Dos semanas desde lo ocurrido en el atrio, un sitio donde Lorrainne ahora no se detenía a descansar y pasaba de largo en cada oportunidad. El escándalo que se hizo era algo de esperarse teniendo en cuenta que la pelea fue por una beta. Ahí quedaba involucrada Lorrainne para su desgracia, ya con una mancha en su historial en la academia que había planeado tener impecable.

Todos los planes de Lorrainne se habían ido por el caño en el instante en que pisó el atrio siendo seguida por Nathan y su gemelo Dylan. Bien, mejor relajemos la mente y nos centramos en ese nuevo día que seguramente sería mejor o peor que los otros. ¡Ánimo!

— Eso es todo por hoy, los trabajos son para la próxima semana, no lo olviden — Aclaró una vez más el profesor cuando la campana sonó.

Lorrainne terminó por guardar sus cosas sin siquiera darle el visto bueno a Katherine que finalmente había entendido la clase de inglés avanzado gracias a la ayuda de la beta. La huida de Lorrainne se vió frustrada cuando en su camino se topó con otra omega que había bloqueado la salida de un momento a otro observando fijamente a Lorrainne al cruzar sus brazos a la altura de su pecho.

Katherine observó la escena de lejos sin meterse en ella, suficientes problemas tuvo cuando la suspendieron dos días por formar una escena dónde el instinto floreció y casi forma una pelea de territorio entre dos alfas. Mantenerse alejada es lo que haría Katherine a menos que la situación amerite que actúe en respuesta.

En cambio para Lorrainne la situación lo único que hacía era empeorar cada vez más con esa Omega llamada Amelia que se veía dispuesta totalmente a obstruirle el paso con el único fin de charlar amistosamente. ¿Desde cuándo es amiga de esta tipa? Ni remota idea, Lorrainne solo sabía que ya le caía mal por la primera pregunta que fue lanzada al aire.

— ¿Por qué siempre estás cerca de Katherine? — Amelia tenía la nariz suavemente arrugada reflejando molestia en el mirar.

En vez de verse amenazante se ve adorable. Lorrainne quiso huir de nuevo, fugarse, correr, saltar cualquier obstáculo con el fin de no regresar a esa situación a la que tenía que enfrentarse.

— ¿Disculpa? — Lorrainne llevó una mano a su pecho, a la altura del corazón —. ¿En qué momento me haz visto apegada o junto a ella aparte de las clases?

— ¡En el atrio! — Exclamó Amelia pateando el suelo al son de su reclamo.

Lorrainne no pudo evitar soltar una carcajada disimulada con esa afirmación, ¿Enserio? ¿Eso que había ocurrido hace más de dos semanas?

— No sé que relación tengan tú y Katherine, pero ella es mía, ¿De acuerdo?

— Toooda tuya, linda, hay alfas mejores que ella — Añadió Lorrainne con burla empujando a Amelia para apartarla y salir del aula.

¿Qué mierda había sido eso? Lorrainne pasó la majo por su frente en lo que respiraba hondo con la clara intención de relajar todo su ser. Huir a un lugar más lejano que el atrio, quizás ir hasta el puente cerca del lago de la academia. Lorrainne apoyó sus brazos cruzados sobre el barandal, deleitándose con el panorama. El lago se extendía orgulloso como cualquier cosa en el territorio de esa academia, con una tonalidad verde aqua bastante llamativa, con unas garzas nadando en parejas restregándole en la cara a Lorrainne sus oportunidades de ser felices.

El olor a hierbas medicinales y árboles de abeto inundó los pulmones de Lorrainne, alterando inmediatamente a su Omega interno que empezó a chillar y a brincar dando un bailecito que alteró el sentido de Lorrainne que sacó su frasco de pastillas supresoras, llevarse un par a la boca e ir mascando con cierta rapidez. Katherine se había puesto a su lado respetando el espacio personal entre ambas.

De forma inconsciente, Lorrainne desplegó parte de su olor a vainilla, notar que Katherine dejaba de estar tan tensa a como había llegado. No sé podía comprender el porqué ella estaba ahí, al lado de Lorrainne cuando ya le habían dejado bien en claro que se alejara de esa beta para no formar más alborotos de los ya ocasionados.

— Lamento si Amelia nombró algo que te incomodara — Katherine admitía indirectamente que había escuchado la conversación entre ambas omegas por accidente.

— No debes disculparte por ella, Kate, no es como si fuera la gran cosa — Contestó Lorrainne dejando su bolso en el suelo, subirse a la baranda para sentarse allí.

Katherine por mero reflejo fue hasta Lorrainne y la abrazó por la cintura para mantenerla en perfecto equilibrio y no hubiera riesgos de que cayera al interior del lago, un aroma dulzón, que le hizo sonreír, llegó a las fosas nasales de Katherine, Lorrainne se había puesto de nervios y desprendió feromonas de forma inconsciente, ese minúsculo detalle se le hizo bastante adorable a Katherine que no quería cometer algún error después del desastre ocurrido en el atrio hace unos días atrás.

Se habían mirado, los ojos claros de Lorrainne le atraían muchísimo, incluso le tomó del mentón para acercar el rostro de ambas y rozar esos labios finos que tanto había ansiado probar. La beta impidió que sucediera aquel tacto que estuvo a punto de suceder al colocar su mano entre el rostro de ambas.

— Lo siento mucho, Katherine.

Esas palabras le dolieron muchísimo a la ya nombrada por Lorrainne. Soltó ese mentón para alejarse cuidadosamente de no hacer que Lorrainne cayera al lago, la más joven a su parecer se mantenía de espectadora, dejando a Katherine irse por dónde había venido, llevándose con ella ese olor que la había puesto nerviosa desde el primer día en que lo tuvo presente en su nariz.

La situación ameritaba más momentos para reflexionar o con eso Lorrainne quería convencerse, apenas han pasado unos dos o tres días de su llegada a ya estaba rodeada de problemas, ¿Qué había hecho para merecer eso?

Quería averiguarlo, sin embargo, eso le daba miedo también, saber que hay más abajo de la superficie del abismo que tenía bajo sus pies

Bajo La Misma SombraWhere stories live. Discover now