Capítulo 18

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Fiesta de invierno

El día tan esperado finalmente había llegado, muchos se arreglaban desde la mañana para evitar contratiempos ya en la noche cuando tocaba alistarse y dar toques finales para ir a la gran fiesta que les esperaba a todos. Lorrainne no esperaba ese día con ansias, más bien prefería quedarse en casa y dormir al igual que Dylan, no obstante ambos serían obligados a ir al baile por sus invitados.

Lorrainne vió el dinero que se había ganado el día anterior por el nuevo trabajo en el que se metió, no vió a Katherine por ningún lado al recibir su pago y lo prefería así a menos de que se le antojara un buen sermón de la chica, cosa que no sería favorable en la reputación de ambas como amigas ante el público. No obstante, no han podido verse no más que en el almacén donde han compartido besos y muestras de cariño que nadie más conocía.

Era un secreto entre ambas, como si se tratase de algo prohibido, no es que lo fuera. Solamente las circunstancias no eran dadas para el beneficio de una relación entre una billonaria y una que estudiaba a base de becas ofrecidas por el gobierno. Una decisión tomó Lorrainne después de mirarse ante el espejo, retándose a sí misma con una intención que solamente rondaba en su corazón hablando el lenguaje del alma y los hilos del destino en los que seguía sin creer.

La gargantilla en su cuello también servía como protección ante la mordedura de un alfa en celo, ese día tenía una vago presentimiento que prefería mil veces guardar para sus adentros mucho antes que confesarlos al mundo cruel y envidioso que existía. La llegada de la mismísima Stefanía provocó a Lorrainne un susto tan grande que tropezó con sus pies y cayó al suelo regando el dinero que había ganado.

— ¿Vas a seguir con eso? — Stefanía traía consigo un bolso dónde traía todo su equipo.

— Es la única forma de reunir dinero rápido — Se excusó Lorrainne decidida.

Stefanía suspiró dando por muerta la conversación tras hacer un juego de miradas con Lorrainne que en definitiva no titubeaba de su decisión que era tanto peligrosa como beneficiosa. Una vez que Lorrainne estuvo sentada el ambiente cambió a uno más tranquilo, Stefanía jugó con el cabello de su amiga antes de empezar a transformarlo como ella deseaba y apostaba a qué atraería a más de un alfa.

Ya metida en su mundo, Lorrainne divagó manteniendo la vista en su reflejo, desviando su mirar de vez en vez para evitar que la imagen de su reflejo empezara a distorsionarse como producto de su imaginación, Stefanía tarareaba un tema viejo que era de su preferencia, Lorrainne conocía la canción y apostaba a qué si esa chica, que se encargaba de arreglar su cabello tuviera pareja se la dedicaría y cantaría en ciertas ocasiones para mantenerle a su lado.

— Como me gustaría que llegase mi destinado, lastima que solo sea para alfas y omegas — Stefanía ya iba por la mitad de su labor cuando decidió hablar —. Así como tú y Katherine, tuvieron una conexión profunda al momento de verse, saben que están hechas la una para la otra.

Lorrainne sospechó algo, Stefanía casi nunca solía hablar de ese tema, algo debía de pasar y que atormentaba demasiado a su amiga. La conversación no pudo seguir con la intrusión de Lizzie que, al igual que Stefanía, llegó equipada con una mochila en la espalda que dejó en la cama de la habitación de la única omega presente en el grupo. Las dos amigas sabían que Lizzie estaba de buen humor, pues tarareaba "Belieber" de Imagine Dragons en lo que sacaba el almuerzo y lo colocaba en el espacio más grande en el suelo.

— Spaghetti bolognesa para Stefanía, Kartoffelsalat o como se diga para Lorrainne y gazpacho andaluz para mí.

¿Cómo sabía las comidas preferidas de cada una? ¿Cuál sería la de Dylan? ¿Tendrá comida favorita o seguirá una estricta dieta dictada por un nutriólogo? A saber, lo único importante es que Lizzie fue la salvadora del momento. Stefanía puso el gorro para el cabello planchado de Lorrainne y fue directo a sentarse frente a la comida que esperaba con ansias ser devorada por ella.

A diferencia de Lizzie que ya estaba tragando y de Stefanía que ya había sacado del empaque de aluminio su comida, Lorrainne se tomó su tiempo para levantarse e ir con ellas, le dedicó un tiempo a recoger el dinero que quedó esparcido en el suelo, ordenarlo y guardarlo en un sobre que escondió bajo su colchón. Ya con la conciencia tranquila se sentó junto a las otras tres que ya estaban hablando de la película de Kung fu Panda 3.

Se unió a la conversación para generar un ambiente ameno y tranquilo que relajó a las tres chicas que ya hasta hablaban de un momento a otro de lo que podía ocurrir en la fiesta, desde los vestidos que usarían algunas chicas y hasta el traje que podía usar uno de los alfas más bellos del instituto.

— ¿Se enteraron con quién irá Amelia? — Cuestionó Lizzie ya enterada del chisme que atrajo a las dos amigas.

— ¿Nos vas a decir?

— Habla o calla para siempre, Liz.

La susodicha al escuchar su abreviativo sonrió orgullosa, tragando el bocado de gazpacho que se había llevado a la boca.

— Parece que irá con Nathan y nuestro querido D.D irá con S.K — Murmuró emocionada Lizzie.

Se suponía que la que traía los chismes de fuera era Stefanía, al parecer hoy intercambió roles con Lizzie que traía un montón de información nueva sobre algunos invitados. Solo para aclarar, con S.K se refieren a nadie más ni nada menos que a Sanderson Katherine, decidiendo usar sus iniciales para referirse a ella cuando susurraban o murmuraban entre ellas usando la costumbre japonesa de colocar primero el apellido y después el nombre, para confundir a los curiosos.

La comida se volvió interesante y pronto los platos quedaron vacíos y desechados por Stefanía, mientras que Lorrainne sentó a Lizzie frente al espejo, empezando a tratar la maraña que tenía por pelo esa chica gamma. Durante la reunión entre ellas, cuchicheando un poco más de lo que sabían referente a la fiesta, Katherine observaba el panorama más frío que ha visto en toda su vida desde su dormitorio en las residencias que debió de haber abandonado después del incidente.

Prefirió cambiarse de piso que a irse del lugar, le gustaba porque a veces podía cruzar palabras con Lorrainne, usando frases cortas y manteniendo distancia para no llamar la atención. Para información de los que estaban más allá de la cuarta pared, entre cada frase había una palabra clave que unían con sus otras conversaciones para captar un mensaje dirigido la una para la otra.

— Deberías arreglarte — Opinó la chica de malos vicios que le acompañaba en la habitación, ese día fumaba un cigarrillo contra todo pronóstico —. Pronto se hará tarde, cuando vengas a darte cuenta serán las 6 y la fiesta empieza a las 7.

— Todos sabemos que empezará a las 10, hora en la que llega todo el mundo — Aclaró Katherine dirigiéndose a la cama.

Pronto la chica que hacía compañía en la habitación abrió las piernas y Katherine se metió entre ellas apoyando su cabeza en un seno cerrando sus ojos con la intención de dormir como un bebé.

— Katherine.

— ¿Qué sucede, Mérida?

— Levántate si quieres que te arregle el cabello.

— No quiero.

Bajo La Misma SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora