Capítulo 10: AMOS DOGWOOD

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"El que mata o tortura sólo conoce una sombra en su victoria:

no puede sentirse inocente.

Necesita, pues, crear la culpabilidad en la víctima".

- ALBERT CAMUS

Tener el mejor beso de tu vida- un endemoniado beso que te vuela los sentidos-, apretada contra un muro en una calle muggle, en pleno invierno, y pensar coherentemente, era imposible. A esa conclusión había llegado Hermione Granger, cuando se percató de que habían quedado en verse "mañana", sin indicar en qué momento, ni en qué lugar, y sin tener tampoco una agenda que contemplara reuniones entre ella y Draco.

Draco...

Había dejado de ser "Malfoy", simple y sencillamente porque no puedes besarte así con alguien y seguir llamándolo por su apellido.

Él te sigue llamando Granger, susurró la horrible vocecita, pero Hermione decidió no hacerle caso.

Pensó en utilizar el Galeón encantado para enviar un mensaje con sugerencias, pero no quería parecer ansiosa. Por ahora todo lo que había entre ambos era un beso y una promesa de "vernos mañana", sin aclaraciones que implicaran la intención de tener a una bruja posesiva persiguiéndolo.

Hasta donde Hermione sabía, un hombre como Draco debía tener mujeres dispuestas en forma constante- si el beso daba cuenta de algo, era de la experiencia acumulada por el rubio- por lo que el significado que él diera a esa interacción de lenguas y brazos y piernas y fluidos y, todo lo demás, no era necesariamente la misma que parecía tener para ella.

Porque para ti no es solo un beso, aclaró la vocecita indeseable.

Desde que abriera los ojos esa mañana, una serie de reminiscencias del día previo la hicieron pensar, una y otra vez, en los posibles escenarios para ella después de aquel episodio inesperado, algunos- los más atrevidos- finalizaban con un vestido blanco y dos hijos. Pero las posibilidades no apuntaban precisamente a un final de cuentos.

Era endiabladamente guapo- ahora que no la llamaba por nombres hirientes, ni se burlaba de ella en clases, le era más fácil admitirlo- y por el modo en que sacaba partido a sus gestos y miradas, y a ese embrujante labio que mordía constantemente, Draco estaba claramente consciente de ello, y acostumbrado a seducir.

Ser una más de las mujeres conquistadas y luego desechadas- que era una de los horribles escenarios que habían pasado por su cabeza- podría no solo herir su orgullo de heroína, sino que también afectar su juicio y deseos de apoyar la implementación de un mejor sistema de justicia.

Bien recordaba Hermione cómo los celos la hicieron lanzar una bandada de pájaros contra Ron, tras verlo besarse con Lavander, por lo que tenía claro que no reaccionaría bien si se hacía ilusiones con el rubio, y éste terminaba defraudándola, lo cual era altamente probable.

Es mejor no ilucionarse, y así no dolerá tanto.

Pero era difícil no pensar en él, mientras esperaba el café en la fila de la cafetería, donde ni las miradas de desprecio de la chica pudieron quitarle la sonrisa de la cara. Y sabía, por el modo en que Hestia le dirigía miradas a través de los lentes de marcos rojos que llevaba ese día, que ella también lo había notado.

Afortunadamente, la presencia de Harry y Dean en la oficina, había impedido a la rubia hacer ninguna pregunta con la cual saciar su curiosidad.

- Hermione...-le llamó la atención Harry, que al parecer llevaba un rato esperando que respondiera a algo, por el modo en que él y Dean tenían su mirada expectante puesta en ella.

THE AFTER (DRAMIONE en Español)Where stories live. Discover now