Capítulo 22: CANTANKERUS NOTT

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"¿Qué es el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé. Pero si tuviese que explicárselo a alguien, no sabría cómo hacerlo".

- SAN AGUSTÍN

Hermione había leído alguna vez, en algún lugar, que es en el momento en que las palabras quedan grabadas en piedra, cuando dejamos el mundo de la esperanza, el de los espejismos, y nos vemos obligados a hacer un pacto con lo real, aunque ello implique el dolor de la ausencia.

Pero al ver el nombre de Draco en la lápida que exponía la gris fotografía de "El Profeta", Hermione pensó que ella no sabía cómo hacer un pacto con la realidad. No realmente.

- Hermione- le llegó la voz de Hestia, trayéndola de regreso a un lugar donde ya no quería estar.

Había vuelto a la oficina esa mañana, intentando encontrar en el trabajo algún refugio para los pensamientos que la consumían, pero pronto comprendió que hacer algo por los elfos domésticos, o por cualquier otra criatura indefensa en el mundo, había perdido todo sentido para ella.

- Hermione,- repitió Hestia.-¿estás bien?

"Draco, ¿estás bien?".

La estúpida pregunta que ella había hecho resonó en sus oídos. Él tampoco había estado bien entonces.

La mirada de Hermione viajó a los azules ojos de la rubia. Su preocupación era clara por detrás del cristal de sus lentes. Y aún así, no hizo nada por responder.

Sintió a la mujer abandonar la oficina, dejándola rodeada del silencio.

Silencio. Como el agonizante silencio que siguió a su muerte y que se extendió por lo que pareció una eternidad, antes que Harry, notificado del escape de Hemlock, llegara ahí en busca de una pista, sin esperar encontrarse con el cadáver del hombre y su amiga aferrada a una pálida figura, en medio de un charco de sangre.

Harry...

Lo reconoció en su mente al tenerlo ante ella, pero sus labios eran incapaces de traducir aquel nombre en palabras.

- Hermione.- la llamó. Hestia, detrás de él, la observaba con expresión preocupada.- Iremos a casa, ¿está bien?

"Iremos a casa", como esa noche, cuando Harry la sacó de una sala de San Mungo donde la trataban como si estuviera loca.

No tuvo fuerzas para oponer resistencia mientras la cargaba y se dejó llevar. Estar ahí ya no tenía sentido. Nada lo tenía.

-HP-

- ¿No me dejará ver su tumba entonces?- fue la pregunta que salió por sus labios, cuando Harry la puso al tanto del privado entierro que Narcissa Malfoy preparó para su hijo.

Descansaría en el Mausoleo Familiar, junto a su padre, en la tierra de una Mansión que él había declarado odiar.

- Tal vez más adelante, Hermione.- explicó Harry, apretando su mano. Ginny, junto a ellos, había preparado un tazón de té que ella no había probado aún. La pelirroja llevaba ya tres días cuidándola y ella esperaba que se aburriera pronto.- Debes entender que para Narcissa, permitir el ingreso a la Mansión es riesgoso. Tenemos informes de que los mortífagos están esperando que ella haga alguna aparición pública por la muerte de su hijo, para darle alcance. No es recomendable que deje entrar a nadie.

- Dejó entrar a Astoria.- reclamó. Lo había leído en alguna parte.

Astoria, la chica de ojos azules e inocentes que le había pedido que cuidara de Draco.

THE AFTER (DRAMIONE en Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora