EL CUERVO #4 [Disponible en físico]

TRECE

Franco

Llevo a Siobhan en mis brazos hacia la cama, se ha quedado dormida al finalizar la película. Y aunque a mitad de película estaba dando cabezazos, ha aguantado hasta que han comenzado los créditos finales. No puedo olvidar el brillo de sus ojos y su risa a medida que la película avanzaba. Ha sido el mejor momento de mi vida. Verla tan relajada, tan feliz y disfrutando de lo que le gusta. Me ha hablado de su rata Remy, no pudo traerla porque no tiene un sitio apto para ella, en Irlanda tiene su propia habitación. La puta rata tiene mejor vida que yo. Dejo a Siobhan en la cama y la cubro con las mantas, Rocky se acuesta a sus pies. Le doy un beso en la sien a mi chica antes de salir de la habitación. Bajo las escaleras y entro en mi despacho. Me siento en la silla de escritorio, abro el portátil y lo enciendo. Busco en internet una empresa especializada en animales, quiero darle una sorpresa a Siobhan, voy a preparar una de las habitaciones libres para su rata. Se la voy a traer de Irlanda. Además, así pasará más tiempo en mi casa. Cazzo, ¿qué mierda estoy haciendo? De pronto quiero monopolizar todo su tiempo. Pero sé que esto la hará feliz, echa de menos a Remy. Me ha contado absolutamente todo sobre la rata, cómo la encontró y comenzó a domesticarla con comida. Fue cuando tenía quince años, el puto Connor la había encerrado en el calabozo de su castillo. La rata se acercó a ella tímidamente. Poco a poco se fue ganando su confianza, hasta que Siobhan comenzó a bajar voluntariamente a los calabozos para alimentarla. Encuentro una empresa especializada en roedores. Me pongo en contacto con ellos por email, espero que no tarden mucho en contestar. Quiero tener este asunto terminado cuanto antes. Bajo la pantalla del portátil y salgo del despacho. Voy a la cocina y abro la nevera, cojo una botella de agua y bebo de ella. Saco mi móvil del bolsillo del chándal, leo los mensajes de mi hermana.

-Mierda- me quejo en la oscuridad de la cocina.

Estará aquí mañana, está harta de nuestro padre. Su vuelo llega a las diez de la mañana. Doy otro trago a la botella de agua antes de guardarla en la nevera nuevamente. Guardo el móvil en el bolsillo. Agarro la fregona y voy al salón, limpio el desastre que Siobhan hizo en el suelo. Sonrío mientras lo limpio. Mi chica se corrió fuerte. Mañana iré a algún sex-shop después de dejarla en la universidad y antes de recoger a mi hermanita del aeropuerto. Quiero comprar algunas cosas para jugar con mi mujer. Termino de limpiar el suelo y dejo la fregona en su sitio. Subo las escaleras y entro en mi habitación, Siobhan y Rocky siguen en las mismas posiciones en la que los dejé. Me deslizo por las mantas para meterme en la cama. Rodeo la cintura de Siobhan con mi brazo y la atraigo a mi pecho, ella se acurruca con un leve gemido. Su pierna se enreda entre las mías. Cierro los ojos.

Me despierto solo en la cama. El lado de Siobhan y Rocky están vacíos. Frunzo el ceño y me levanto de la cama. Miro en el baño, está vacío. Salgo de la habitación y bajo las escaleras, la voz de Siobhan suena en la cocina. Escucho a Rocky emitir un leve ladrido y antes de entrar escucho sus dientes. Entro en la cocina, Siobhan está enseñándole algo a Rocky.

-Ahora ladra fuerte- le ordena a Rocky.

Él la obedece y da un fuerte ladrido.

-Más bajito- ordena ella.

Y Rocky vuelve a obedecerla ladrando más bajo.

-Y ahora en silencio- ordena.

El único sonido que se oye son los dientes de Rocky chocando entre ellos.

-¡Muy bien!- lo felicita Siobhan, luego le da un trozo de jamón.

Siobhan me mira sonriendo. Me acerco a ella y la tomo por la cintura. Le doy un beso en los labios.

-Buenos días, entrenadora- susurro en su boca.

-Buenos días, señor Giordano.

Aprieto su culo con mis manos. Sigue llevando mi camiseta.