CAPÍTULO 22

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Hetaro regresó al Mercado Negro. Cuando entró, vio las flores y supuso que Alahrun ya había llegado. Entonces, Sarah y Jason ya se habrían recuperado. Aunque cuando Wimmug le comentó que había usado la magia de la flor...

Él no sabía que Alahrun todavía tenía magia suficiente para ello. Sin embargo, estaría fuera de acción otra vez. Alahrun debería haber usado un método normal, aunque hubiese tardado más en recuperar a Sarah y Jason, usar la Flor de la Vida era inmediato pero dejaba sin magia al príncipe. No tenía claro que hubiese sido lo mejor.

Entró a la sala médica, Tristán y Lailah ya se habían ido. Cada uno a atender los asuntos de sus respectivos barrios. Ya era tarde. Eleanor tenía una cara de cansancio bastante evidente. Wimmug le haría compañía al menos. Rathun, según le dijo, se iría a vigilar el Mercado Negro y Alahrun y Viktoria estaban ocupados. Eleanor le dijo:

-¿Tú también te quedarás a pasar la noche?-

Hetaro negó con la cabeza.

-Debo ir con mi hermana, estará preocupada y querrá saber más acerca del ataque.-

Eleanor lo pensó. Hyliana Esqurye era una condesa poderosa y afable. Su amistad profesional se debía a que ambas manejaban a los Devakir y por ende necesitaban estar aliadas. No le parecía mala persona, así que supuso que no habría problema.

-De acuerdo, dale saludos de mi parte.-

Hetaro asintió y Wimmug le acompañó a la puerta. Sentado en su pelo, iban comentando algo sobre una reunión, pero Eleanor no les escuchó.

Solo miraba a Sarah y se tragaba las ganas de llorar. Había estado a punto de perder otra hermana y otra vez a manos de Eclipse. La muerte de Sera todavía estaba presente en su cabeza, pero se ponía su máscara para que nadie lo supiera. Ahora, sin que Sera pudiese mantener controlados a Eclipse, estos atacarían sin parar.

¿Cual era su objetivo? ¿Por qué arrancar los corazones de sus víctimas? ¿Por qué Tres Ríos? Muchas muchas dudas asaltaban su cabeza. Necesitaban interrogar ya al mago. Este, según Viktoria estaba en un calabozo, en una especie de sueño inducido. Así no habría riesgo de que se suicidara o algo por el estilo.

Pero aún así, un agente de campo solo les llevaría a más agentes. Todavía tenían mucho trabajo por delante. Y Eclipse se les había adelantado, habían movido ficha primero. Pero Ely tenía una cosa clara, quien ríe el último, ríe mejor. Se levantó, y buscó su móvil. Llamó a su pececillo, no contestó. Que raro.

Decidió mandarle un mensaje, estaría ocupado en sus reuniones con los otros amos. Le escribió:

Eleanor: Pececillo, mañana ven pronto al Mercado Negro, empezaremos a buscar a más miembros y a detenerlos enseguida. No podemos dejar que nos vuelvan a atacar.

Ella tomaría la iniciativa. No dejaría que nadie más de su familia sufriese ningún daño. JAMÁS.

Hetaro recibió la llamada cuando estaba volviendo a casa. Asi que se metió en un restaurante pidiendo usar el baño. No le pusieron impedimentos los enanos que lo regentaban. Se sentó y se concentró. Ahí estaba, el lazo. Usó su magia para impulsarse a través de él.

La imagen mental de un círculo negro puro le pasó por la mente. En el margen de este, otros diez círculos más pequeños se iluminaban. Cada uno con un animal. Él apareció en el que tenía forma de Murciélago, ya que era su título. Pronto comenzaría la reunión de los diez Arcanos.

A su lado, en el de la Cobra, apareció Rathun. Tal y como le había dejado la última vez que le había visto. Eran similares a los hologramas humanos. Solo que estas imágenes eran magia mental.

RAZAS, LINAJES Y CASTASWhere stories live. Discover now