CAPÍTULO 3

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LIAM

Emily: ¿Nos vemos esta noche?

Solté un suspiro. Estaba cansado de recibir este tipo de mensaje todos los días. Ciertamente, debería bloquear su contacto o simplemente borrarlo. En mi defensa, espero poder algún día hacerlo sin sentirme la peor persona del mundo.

En lugar de eso, respondí al mensaje rezando porque se diese cuenta del verdadero mensaje detrás de este.

                                                                      Yo: Lo siento, he hecho planes con mi novia.

Nunca he sido el tipo de chico que rechaza a alguien sin tener en cuenta sus sentimientos, pero he de admitir que mi situación con Emily sobrepasa los límites. No es que no sea guapa o algo por el estilo, porque podría ser considerada fácilmente como una de las chicas mas atractivas de toda la universidad, el problema reside en que he llegado al punto de tenerle terror. Tiene algo que me hace correr cuando la veo y sentir ese instinto que me hace huir.

Emily y yo nos acostamos durante un tiempo. Ella consideró aquello como verdadero amor y yo, que no quería nada serio, decidí cortar aquello por lo sano.

Creo que no hace falta mencionar que no funcionó.

Emily: ¿Entonces nos vemos mañana?

Leí el mensaje un par de veces intentando encontrar el sentido. Finalmente, bloqueé la pantalla.

Bebí un trago de mi refresco mientras intentaba no escuchar a mi mejor amigo hablar sobre su relación con mi hermana.

-....La he preparado una sorpresa por nuestro aniversario. Tres años, tío- sonrió- espero de todo corazón que se ponga ese vestido verde que tiene porque le hace....-decidí dejar de escuchar justo entonces por el bien de mi salud mental.

-Te recuerdo que estás hablando de mi hermana.

Noah sonrío al tiempo que tomaba de su refresco.

-Me va a encantar tener que escucharte yo a ti cuando seas tú el que esté enamorado.

-Suerte que no vayas a tener que hacerlo entonces.

- Te recordaré esto en un par de meses

- Ilumíname, ¿Qué me vas a recordar en un par de meses, exactamente?

Noah me ignoró.

-No se tío, yo tampoco entiendo muy bien qué es lo  que te pasa con la nueva compañera de habitación de Becca.

Pensé en una respuesta y me di cuenta de que yo tampoco sabía lo que me pasaba. No era tonto, tenía más que claro que esa chica castaña me atraía, lo que no entendía era por qué.

Pensé en Leah. Era guapa, sí, pero tampoco era la chica más guapa que he visto en mi vida. El problema estaba en que aun así a mí me parecía que era la chica más perfecta del planeta. También me preocupaba que cada vez que la veía volvía a tener 15 años y a no poder controlar mis emociones.

Me molestaba sentirme así y me divertía también a partes iguales.

Estaba claro que ella me odiaba e intentaba dejármelo claro en cada pequeño gesto que me dedicaba. Me parecía adorable ver como su pequeña nariz se arrugaba a la vez que me dedicaba esa mirada que, lejos de intimidarme, me hace tener más ganas de acercarme a ella.

He de admitir que nuestro primer encuentro no fue exactamente el mejor, pero yo tampoco tengo toda la culpa de esto. De hecho, fue Mark, un compañero del equipo, quién lanzó la pelota a las gradas. Sin embargo, al ver a que la pelota le dio a cierta señorita castaña me adelanté yo para tener la oportunidad de hablar con ella.

La Estrella Que Nos UnióOnde as histórias ganham vida. Descobre agora