Capítulo 28 "¿Me dejas amarte?"

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Al abrir mis ojos a la mañana siguiente como era de esperarse me encuentro en la cama de Danielle solo que a diferencia de la ultima vez Danielle ahora esta a mi lado, la veo recostada a mi lado, sin poder evitarlo sonrío al ver tan linda imagen. Su cabello rubio brillando por el sol golpeando la ventana, sus ojos cerrados dejándome ver su serenidad y tranquilidad, era la imagen perfecta para poder iniciar mi día.

—Sabías que es raro ver a los demás mientras duermen... —dice Danielle abriendo lentamente sus ojos—

—¿Hace cuanto estas despierta?—respondo con una sonrisa—

—No hace mucho, pero decidí quedarme unos minutos mas a tu lado con los ojos cerrados

Danielle abre completamente sus ojos y me ve.

Me siento completamente perdida en aquel azul cielo de sus ojos, veo como le brillan acompañados de una hermosa sonrisa.

—¿Podríamos quedarnos así el resto de nuestras vidas? —me pregunta Danielle—

—¿Cómo?

—Así, comunicándonos con la mirada, dejando que nuestras almas conversen, pareciera ser las únicas honestas en sentir ahora...

—Si... si que podría quedarme acá contigo el resto de mis días Danielle —respondo con toda la nostalgia que pueda existir en mí—

—¿Por qué no te fuiste anoche? —pregunta Danielle luego de unos segundos—

—No lo sé...

Danielle sigue con su mirada firme en mí sin decir nada.

—En realidad ni siquiera se que estamos haciendo ahora mismo —agrego—

—Stefania ¿tú amas a tu novia?

Aquella pregunta me toma por sorpresa, la piel se me eriza y no, no puedo mentirle, no ahora viéndole a los ojos.

—Es complicado —respondo soltando un suspiro— la quiero, y sí que la quiero

—Pero...

—Pero ahora mismo mi cariño por ella no es el mismo, todo cambio...

—¿Por qué?

—Ya lo dije es complicado —digo intentando no entrar en detalles—

—Stefania —Danielle pasea sus dedos por encima de mi hombro— ¿tu me amaste?

Escuchar aquellas palabras me dejan paralizada casi de inmediato, mi mirada intenta esquivar la suya pero es absurdo estamos la una frente a la otra, mi cuerpo se tensa, mientras que veo a Danielle analizando cada uno de mis gestos y movimientos.

—No tienes que decirme nada... creo que esta mas que claro —sonríe mientras veo como sus ojos se llenan de lágrimas—

—¿Por qué lloras? —limpio unas cuentas lagrimas que veo recorren su rostro—

—Porque desde el segundo uno que te vi quise conocerte, cuando te tuve frente a mi fue tan, tan —solloza— tan mágico, Stefania verte ese día en esa exposición de arte hizo a mi corazón latir como nunca, en ese momento supe que era sentirse viva... y ahora tenerte acá poder decirte esto viéndote a los ojos pareciera ser un sueño...

—Sigo sin entender

—Lo que quiero decir es que al verte me di cuenta de lo mucho que puedo llegar a sentir, pero me duele saber que yo te pude haber lastimado a ti, a ti que tienes esa voz tan dulce, que tienes esa sonrisa tan linda con unos ojos que son el marrón más brillante que jamás había visto, parecieras haber salido de una película... —Danielle pasa su mano por mi mejilla— me duele ahora verte y saber que me amaste un día...

—Dani...

—Stefania —me corta y cuidadosamente quita mis lagrimas— no entiendo que pasó, que hice, o como sucedieron las cosas, pero no tengas duda que mi alma te pertenece, porque mi mente pudo borrarte, pero mi alma sigue entrelazada a la tuya... y yo... yo te amo....

Cierro mis ojos y dejo que aquel nudo en el pecho con el que he cargado todo este tiempo salga, Danielle me refugia en sus brazos, suelto mi llanto y lo ahogo en su pecho.

Aquellas palabras me hacen saber que la Danielle de la cual me enamore existe, esta conmigo. Entiendo que todas esas llamadas, palabras y mensajes nunca fueron vanos, y aunque no es la manera que esperaba escuchar todo eso mi corazón regocija de felicidad con un poco nostalgia.

—Stefania —Dani se separa y clava su mirada tan cristalina como la mía en mí— ¿puedo decirte te amo el resto de mis días? —¿cómo?, frunzo el ceño, y sé que Danielle nota mi confusión— lo que quiero decirte es que si puedo amarte... ¿puedo?

—Danielle...

—Stefania estoy dispuesta a amarte, aunque tu no puedas amarme nuevamente, si bien algún día llegues a casarte con alguien más, ¿me dejarías amarte?

—Supongo que sí...

Bambina perdóname... —Danielle me abraza nuevamente— me encantaría que me amaras...

Aquel abrazo,

Aquellas palabras.

Aquel diminuto seudónimo que para mi era mucho, Bambina.

Habían logrado romper toda la corteza que un día construí, el día que deje Los Angeles me prometí nunca más volver a sentir vulnerable por alguien, prometí que nunca más entregaría todo de mí, pero hoy se que existen promesas que no podemos cumplir.

Los brazos de Danielle me hacían el ser humano más vulnerable y frágil, mi todo era su todo en ese momento.

Desearía poder contarle quien soy, quien es ella, quien fue y que fuimos, pero mi miedo de perder a esta Danielle que hoy me toma en cuerpo y alma es más grande.

...

Pasan los minutos y ambas conversamos un poco más sin tocar detalles, Danielle no termina de disculparse por el paso que no recuerda. Ambas nos ponemos de pie y ordenamos la habitación, mientras Danielle toma una ducha yo preparo el desayuno.

Mi móvil suena, es una notificación.

IMessege:

Noa: —Te echo de menos, nos vemos esta tarde...

...

The short filmWhere stories live. Discover now