✧; capítulo siete

9.6K 1.2K 2.4K
                                    

Harry tenía una rutina de cuidado facial delicada, no había noche que no se tomara un buen rato frente al espejo para aplicar tratamientos y darle vitalidad a su linda cara

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Harry tenía una rutina de cuidado facial delicada, no había noche que no se tomara un buen rato frente al espejo para aplicar tratamientos y darle vitalidad a su linda cara.

Poseía una vasta cantidad de tónicos, sueros, cremas y mascarillas con los que hidrataba su bonito rostro de ángel, le gustaba muchísimo darse el tiempo de mantener la salud en su piel. Se colocaba una diadema con orejas de conejo para detener sus rizos, se encerraba en el baño y se consentía al escuchar música de sus artistas favoritos.

Aprovechaba que su madre dormía tranquilamente en su recámara y así evitaba interrupciones, tarareando las melodías en voz baja para no ser un desconsiderado y despertarla.

Esa noche, utilizó una de esas costosas mascarillas orgánicas que debía dejar actuar por unos minutos y luego retirar con agua, así que sus mejillas, frente, nariz y mentón estaban cubiertos por una pasta verdosa que le aportaría una refrescante sensación en cuanto se la enjuagara.

Mientras se ocupaba pacíficamente de concluir con su hábito nocturno, el ruido de la puerta siendo golpeada por alguien le llegó a los oídos, dejando en segundo plano la fabulosa canción que se reproducía en su celular. Su ceño se plisó por instinto y miró el reloj en la pantalla del aparato, ya pasaba de la medianoche, claramente no era un horario adecuado para visitas.

Pensó que lo mejor sería no abrir, si era algo de urgencia le llamarían al celular de su madre, y si no, probablemente solo se trataba de algún otro trapecista yendo a quejarse por cualquier cosa y siendo sumamente irrespetuoso al no pensar en el descanso de los demás.

Suspiró, tocándose los pómulos para corroborar que su mascarilla continuaba fresca y oyó otros tres toques a la madera, fuertes e insistentes.

Tuvo que gruñir al perder su momento de relajación y se fijó como propósito gritarle a quien sea que estuviese al otro lado de la puerta, ¿qué maldita necesidad? No tenía porqué atender a nadie a esa hora pero tampoco quería que los golpes despertaran a Melody, ella terminó agotada esa noche y merecía dormir.

Se colocó sus sandalias, no le importó lucir como un joven promedio de película adolescente a mitad de una pijamada, de cualquier forma no era un secreto que se preocupaba mucho por su apariencia física.

Al salir del sanitario, se encontró con la nada grata imagen de su madre caminando hacia el acceso, con el cabello hecho una maraña, su bata de dormir puesta y bostezando como un león.

Se arrepintió de no haber actuado con prontitud, pero prefirió quedarse en su sitio cuando vio que ella, ya estaba abriendo la puerta.

—Buenas noches, señora Styles, disculpe la hora...

Su ceño fruncido se acentuó al escuchar la voz del visitante no deseado.

—No te preocupes, cariño —Melody respondió con dulzura—. ¿Pasa algo?

It's all an act 🎪 || larry stylinsonWhere stories live. Discover now