Capitulo 73

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Narra Bella:

-Qué locura, por Dios- dijo Juan mientras estábamos en su casa, con la televisión encendida pero sin que nadie le prestara atención

-Es increíble que a papá le agarre otro ataque de estrés- dije, suspirando y cruzándome de brazos- y que esté de vuelta en el hospital

-Porque tu vieja no hace otra cosa que romperle las pelotas a papá- saltó Marti, sin rodeos, como siempre

-Lamentablemente tenés razón- admití, aunque no me gustaba decirlo en voz alta

-¿Qué dijo mi hija?- preguntó Juan desde su sillón, levantando una ceja- no querrá que vayamos al hospital, ¿no?

-No- respondí rápidamente- Lu dijo que no nos movamos de acá

-Yo a esta hora debería estar en otro lugar- intervino Simón, mirando su celular como si estuviera buscando una excusa para irse

-¿Tenías otro plan mucho mejor?- preguntó Martina con tono burlón- bueno, como tenés déficit de atención, capaz que ni te acordás

-No lo trates así a mi hermano- le dije, dándole un leve codazo a Martina- yo soy la única que lo puede boludear

-No hay necesidad de ser tan crueles- dijo Juan, intentando poner un poco de orden en la conversación

-No me defiendas, abuelo- respondió Simón, sin levantar la vista del celular- ya me acostumbré a vivir con serpientes

-¿Qué te hacés?- le dije, rodando los ojos

-Te juro que yo ya veo a papá internado mínimo una vez a la semana- comentó Martina, cambiando el tono a uno más serio

-Pero si Bautista está bien- intervino Valeria desde el otro lado del sillón, donde estaba dibujando algo en su cuaderno

-Papá discutió con mamá nomás- dijo Joaquín mientras jugaba con un control remoto viejo que no servía para nada

-Y después decís que mi vieja nomás lo altera a papá- le dije a Martina, cruzándome de brazos otra vez- creo que Luisana también está muy metida en esto

-Capaz que se ponen de acuerdo entre ellas dos para ver quién le rompe las pelotas cada día- agregó Simón con una sonrisa irónica

-Chicos, no digan boludeces- los cortó Juan, levantando la voz un poco más de lo habitual- además, no asusten a los nenes

-La verdad que me sorprende tu optimismo, abuelo- le dije con una mezcla de sarcasmo y admiración- las cosas en esta familia cada vez empeoran

-No digas así- me replicó Martina

-¿Así cómo?- pregunté, mirándola fijamente

-Y, así- respondió, pero sin terminar la frase

-Decilo- insistí, retándola con la mirada

-No lo voy a decir- contestó finalmente, desviando la vista hacia la ventana

-Aceptá cómo son las cosas en esta familia- le dije con firmeza- ¿tengo razón o no?

Se quedaron todos callados por un momento.

El silencio fue interrumpido por el ruido del timbre.

Me levanté de golpe.

-Voy yo- dije rápidamente

-No, voy yo- me interrumpió Marti, poniéndose de pie antes de que pudiera moverme

Salió hacia la puerta y yo la seguí de cerca por pura curiosidad.

No esperaba encontrarme con lo que vi al abrirse la puerta.

Nuestro secreto: Bella - chiquititas Where stories live. Discover now