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Enero 2000

Narrador:

Todos los chicos se encontraban reunidos para el almuerzo que Joaquín había preparado.

La mesa estaba llena de platos coloridos, vasos a medio llenar y risas que resonaban por toda la casa.

Había un aire de emoción en el ambiente, ya que Juan y Ana estaban ansiosos por compartir los detalles de su reciente viaje a La Costa.

Habían prometido a todos que sería una reunión especial, y los chicos no podían esperar para escuchar sus historias.

-¿Quién falta, chicos?- preguntó Ana, mirando alrededor de la mesa

Su tono era ligero pero con un toque de impaciencia.

-Les dijimos que tenían que estar todos- añadió ella señalando los dos asientos vacíos que quedaban

-Lu se quedó en el shopping haciendo unas cosas- respondió Camila mientras se servía un poco de ensalada- pero ya debe estar por llegar

-Y Bautista no tiene hambre- dijo Felipe, encogiéndose de hombros mientras jugaba con el tenedor

-Entonces faltan Luisana y Bautista- dijo Juan con un suspiro- ¿alguien puede ir a buscarlos?

Antes de que nadie pudiera ofrecerse, la puerta de la cocina se abrió de golpe, y Luisana entró con paso decidido.

-Ya estoy acá- anunció ella con una sonrisa amplia

Todos los ojos se posaron en ella al instante, y el murmullo en la mesa cesó de inmediato.

La rubia había cambiado su look de manera radical.

Su cabello, que solía ser largo y liso, ahora estaba más corto, con capas que le daban volumen y un flequillo perfectamente peinado.

Se había hecho el famoso "rebajado", y el cambio era tan impactante que nadie supo qué decir al principio.

-Mierda- susurró Tiago, dejando caer su servilleta al suelo

-¿Qué te hiciste?- preguntó Natalia con los ojos muy abiertos

-Me cambié el look- respondió Luisana con naturalidad mientras giraba un poco para que todos pudieran verla mejor- ¿no les gusta?

-Ay, me encanta, Lu- exclamó Inés con entusiasmo- te queda increíble

-Estás hermosa- añadió Camila con una sonrisa sincera

-Estoy de acuerdo con los chicos- dijo Ana mientras la miraba con admiración- pareces una princesa

Luisana sonrió tímidamente, claramente feliz con las reacciones de su familia.

Se sentó en uno de los asientos vacíos mientras todos seguían comentando su nuevo estilo.

Sin embargo, Juan interrumpió la conversación para recordarles que aún faltaba alguien.

-Bueno, así que solo falta Bautista- dijo Juan mientras miraba hacia el pasillo- ¿alguien puede llamarlo?

-Yo voy- se ofreció Luisana rápidamente mientras se levantaba de nuevo de su silla- ¿dónde está?

-En la pieza- respondió Titán, señalando hacia las escaleras

Luisana salió de la cocina y subió las escaleras con paso ligero.

Narra Lu:

Subí hasta la pieza de los chicos y toqué la puerta del cuarto.

Nadie respondió.

Nuestro secreto: Bella - chiquititas Where stories live. Discover now