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—Estas píldoras son para tu condición de delta —le dijo dándole una pastillita amarilla—. Y estas, son vitaminas prenatales, para que el bebé, o los bebés, nazcan sanos.

—De acuerdo —pronunció tomando ambas.

—Muy bien, quiero que descanses ahora, te relajes, y yo me encargaré de preparar el almuerzo —sonrió.

—Bien, y... Blake ¿Puedo preguntarte algo?

—Claro ¿No tienes carne? Importante que la consumas ahora que estás gestando.

—No, no tenía fuerzas para ir a cazar, y el rio me queda a más de una hora para ir a pescar.

—No te hagas problema, iré a cazar ahora yo.

—Está bien, pero antes necesito preguntarte algo.

—¿Qué cosa?

—¿Cómo es ella? —le preguntó en un tono bajo, intentando ocultar la aflicción que sentía en ese momento—. ¿Tú la viste? ¿Es muy bonita?

—No la vi, Brenda, no la conozco. Sólo puedo decirte que es una omega, y que no pienses en eso, porque no te hace bien a ti, ni al cachorro. Sé que te duele, pero intenta dejarlo atrás.

Asintió con la cabeza, con los ojos cristalizados.

—Regreso en unos minutos, iré a cazar algo para cocinar. Si te sientes muy mareada o débil, no salgas —le dijo antes de irse.

Esperó a que Blake se alejara, y luego se permitió llorar en silencio. Él había elegido como pareja a una omega, y esta vez, sí había sido una elección de él, y no alguien impuesta.

Una omega, una hembra completamente opuesta a ella. Alguien dulce, pequeña, tierna, débil, de aspecto delicado y de voz y aroma suave.

Ahora entendía porque a la omega sí había elegido, y a ella no.

🌗🌗🌗


—¿Por qué tu corazón no late como el mío? ¿No se supone que estamos unidos? —le preguntó curiosa, acostada sobre su pecho.

Kaelan le acarició suavemente el cabello, mirando el techo.

—No lo sé —murmuró.

—¿O es por tu condición de delta quizás?

Levantó la cabeza y lo observó, antes de sonreír y tomarlo suavemente del rostro, para que la mirara.

—Hoy tus ojos se ven más azules, más bonitos ¿A qué se debe?

"—Tu corazón late como el mío —sonrió—. Su ritmo es irregular."

La tomó del rostro también, y la besó, devorando su boca, subiéndose encima de ella, dominándola fácilmente en la cama, ya que ella era completamente sumisa a él.

"—Mi amor, todo va a estar bien, lo prometo, confía en mí —le pidió mirándolo a los ojos, acariciando su mejilla—. Vamos a salir juntos de esto, Kanelita, mi chico guapo —sonrió, robándole un beso—. ¿Te he dicho ya que me gustas mucho? ¿Qué eres muy lindo? ¡Creo que nunca había visto una carita tan linda antes!"

Le separó los muslos, y se ubicó entre ellos, antes de penetrarla y volver a besarla, meciéndose suavemente contra ella.

"—Kaelan ¿Estás bien?

La miró, inexpresivo.

—Podemos quedarnos aquí si quieres, no tenemos que ir a nuestras tierras en Woods.

—Eso es lo que querías tú, que nos fuéramos.

—Sí, porque creí que tú también lo querías, pero si no lo quieres, podemos quedarnos aquí con tu familia. A dónde sea que tú vayas, yo iré contigo, amor —le dijo apoyando su mano sobre el pecho de él, del lado izquierdo—. Siempre juntos, cómo nuestros corazones, que hacen tum tum a la par —sonrió.

Le quitó la mano, observando la aflicción en su mirada, y no le importó causarle aquello, porque sentía un gran desprecio en ese momento por Brenda.

Biel tenía razón, ella sólo se había aprovechado de su inexperiencia, para poder atarlo a ella."

—D-Despacio —le pidió gimoteando, abrazándose a la espalda de Kaelan.

🌗🌗🌗

—Brenda —murmuró al escucharla quejarse en dormida.

Se levantó y fue hasta la cama de la jovencita, acariciándole el cabello.

—Tranquila, intenta calmarte —le pidió en un tono bajo—. Dios, estás con fiebre.

—¿K-Kaelan? —jadeó, respirando con dificultad.

Suspiró y fue por un poco de agua para mojar un trozo de tela y volver con ella, pasándole suavemente por la frente, destapándola.

—Tienes fiebre, Brenda, necesito bajarla —le explicó pasando suavemente el paño por sus brazos, para luego volver a mojarlo, enfriarlo, y pasarlo por el resto del cuerpo, repitiendo el mismo proceso.

—K-Kaelan —lo llamó temblando, antes de sollozar.

—Tranquila, todo está bien.

—No te vayas —le pidió en un tono lastimero, antes de intentar abrir sus ojos.

Con su vista borrosa, sintiéndose mareada por la fiebre, y débil por la misma, intentó tomarlo del brazos, sujetándolo de la muñeca. No lo podía ver, pero sabía que era él ¿Quién más seria sino?

—N-No te vayas, a-amor.

—Respira, tranquila —le dijo en un tono suave, acariciándole la frente con el paño, el cuello.

—Tengo frío, K-Kanelita.

—Es por la fiebre, pero cuando baje, te sentirás mejor.

Comenzó a sollozar una vez más, e intentó acercarse más a él, antes de abrazarse a su abrazo, apoyando su mejilla en su palma.

—No te vayas, Kaelan, y-yo te q-quiero mucho —sollozó angustiada—. N-No me dejes.

Blake la abrazó, acariciándole suavemente la espalda, al sentir el dolor que había en ella. Su corazón se escuchaba tan mal, que le recordaba al de Kaelan después de transicionar, y temía lo peor por Brenda.

Porque sabía que llevar su cuerpo a ese extremo, desgastaba mucho su salud cardíaca, y ella ya tenía un doble esfuerzo por su embarazo.

Si no le daba un descanso a su sistema, no sabía cuando más podría soportar.

...

BrendaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora