Corazones Caóticos [+18]

Capítulo 16

—¿Me prestarías a tu amiga, Rhett? —le solicitó Cyrus a su amigo con un tono bastante malicioso.

Clavé mí mirada asesina en Rhett. Si llegaba a decirle que sí, le daría una buena bofetada. No soy ningún objeto de nadie para ser «prestada». Y además mí trato era con él, no con Cyrus.

Rhett alternó su mirada entre su amigo y yo con una pequeña sonrisa traviesa.

Me incorporé y casi que levanté la voz para decirle que ni se le ocurriera, pero decidió soltar la lengua primero:

—No.

—¿No? —preguntó Cyrus cómo si no se lo pudiera creer.

Suspiré. Me alivié que no fuera un imbécil, pero también me sorprendió su respuesta. Después de todo sonreía con bastante sugestión y casi que tenía las esperanzas perdidas de que Rhett me ofrecería a su amigo como trofeo.

Aunque claro, jamás permitiría que me tocara un pelo. No sólo porque no era mi tipo, si no porque sería traicionar la confianza de Liu, aunque no fuéramos amigas.

—Lo siento, amigo. —Se paseó por delante de él en pasos lentos pero firmes, hasta llegar a mí y abrazarme por detrás de mí cuello con bastante posesión—. Sólo quiero ser yo quién disfrute de ésta hermosura en todos los sentidos.

Me puse roja como un tomate ante el uso de sus palabras, pero al menos agradecí que ahuyentó a esa garrapata blanca.

Cyrus soltó una sonrisita interna mientras negaba con la cabeza.

—Vaya, sí que vas en serio con ella —comentó con ironía.

—Sí —respondió Rhett con seriedad. Tanta que por un segundo logró afectarme de una extraña manera.

—¡Bien! No insistiré. No soy un patán —enfatizó la garrapata eso último, clavándome la mirada—. Me voy yendo. Pasen buena velada.

—Gracias —dijo Rhett con amabilidad, como si nada de la situación le hubiera afectado.

Pero a mí de algún modo sí.

—¿Estás enojada? —me preguntó Rhett minutos después de que Cyrus haya salido por la puerta.

—Sí, pero no contigo. —Me volví a sentar en el sofá.

—¿Cyrus se sobrepasó contigo? —inquirió preocupado.

Una vez más me sentí perturbada por su expresión. Negué con la cabeza.

—No. Pero me molestó bastante que se dirigiera a mí como un objeto. No soy ningún objeto para satisfacer a nadie —le dejé en claro también por él.

Si bien Rhett me respetaba en la intimidad, no quería que su confianza sobrepasara los límites.

Rhett se sentó a mí lado. Aún tenía esa bolsa negra en la mano que comenzaba a inquietarme. No podía ver su interior.

No debía ser curiosa con sus cosas personales, pero mí naturalidad oculta saltaba como un resorte.

—Lo siento. Cyrus suele expresarse de ese modo. Pero no te preocupes, no volverá a molestar. No es una persona que se obsesione. Conseguirá a alguien más o irá con Jenna —dijo Rhett en modo de disculpa cuando en parte esto no era su culpa.

—Estoy sorprendida de que le hayas dicho que no. Cyrus me contó que acostumbras compartir tus conquistas con él. ¿Por qué conmigo fue diferente? —escudriñé con recelo.

Rhett se mantuvo unos segundos en silencio mirando la bolsa. Después sus ojos viajaron hacia mi.

—Tenemos un trato, ¿no? Yo debo ser exclusivo contigo. Entonces tú también lo serás conmigo —determinó con una seriedad en su tono y una intensidad en su mirada que sentí que hasta le molestaba estar en esas condiciones conmigo.