Capítulo 21

97 7 0
                                    

⚠️ Advertencia: alto contenido sexual

-------------------------------------------

Nunca, en mis veinticuatro años, había sido tan indecisa.

Rhett era la única persona capaz de hacerme cambiar de opinión en segundos, de dar vuelta mí cabeza y meterse entre mis piernas sin demasiado esfuerzo.

La atracción que sentía por él era peligrosa e inevitable. Cuando lo veía, mí corazón palpitaba... Y también mí entrepierna.

Pero me di cuenta que él no me pertenecía, que no era un objeto al cual yo podía comprar o darle órdenes. Él no me debía fidelidad como yo a él tampoco, éramos amigos con beneficios. Ese era nuestro trato. Y aunque la idea no me agradaba, decidí dejarlo libre. También se lo debía a Deborah aunque no fuera para nada mi agrado.

Fuimos a ese monte para hablar de nuestra relación, pero terminé montada sobre él, cabalgando como si mí vida dependiera de ello.

La idea de hacerlo en un auto me parecía excitante. El espacio reducido, el silencio sólo siendo opacado por nuestros gemidos y nuestras estocadas. Aproveché que no había nadie a nuestro alrededor para gemir más alto de lo normal. Eso a Rhett parecía gustarle.

—Más alto, As. No te calles. —Le hice caso—. Joder, eres deliciosa. Tan sexy.

—Calla...

—No —sentenció, sujetando mí nuca con fuerza y acercando mí rostro al suyo. Nuestros labios apenas se rozaban y todos mis sentidos entraron en alerta—. Déjame decirte cosas sexys y calientes. Déjame contemplarte y adorarte, Astrid —me pidió suplicante con sus ojos brillosos. No podía negarme—. Y tú también. Dime cosas sucias, As.

Asentí y me soltó. Volví a moverme, pero no me ocurría nada para decirle.

—Abre la boca —me ordenó y lo hice. Metió el pulgar y lo chupé—. Ufff. Qué bien lo haces.

—¿Te gusta? —le pregunté intentando ser atrevida.

—Sí —gruñó.

—¿Quieres que lo haga con tu polla? ¿Me quieres abajo, lamiendo y chupando? —le incité. Bufó como un toro.

—S-sí. —Su voz era demasiado ronca y profunda. No iba aguantar mucho más.

—Eres un cabrón que le excita verme dominada.

—Me excitas en todas las formas.

«Mierda» pensé para mis adentros, sintiendo todo mí rostro arder.

Aproveché que Rhett estiró su cabeza hacia atrás para lamerle el cuello. Se veía tan débil bajo mí merced. Me encantaba.

Pero entonces quedé estática cuando divisé una sombra a lo lejos detrás nuestro. Era un hombre, como de nuestra edad, espiándonos atrás de un árbol. Y estaba... Tocándose.

No pude moverme. Un gran pudor me invadió. Pero no tenía fuerzas para taparme o gritar.

¿Así de horrible se sentía ser observado sin saber? ¿Así se sintió Rhett y Deborah cuando los observé en la biblioteca por primera vez?

Rhett notó mí actitud y detuvo sus caricias.

—¿As? ¿Estás bien?

—Hay alguien espiándonos —le revelé casi tartamudeando.

Rhett abrió los ojos más de la cuenta y volteó con brusquedad hacia atrás, viendo al sujeto tocarse mientras nos miraba. El hijo de puta no sentía remordimiento incluso si lo habíamos descubierto. Seguía en su faena.

Corazones Caóticos [+18]Where stories live. Discover now