Capítulo 07/1

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✨Abril✨

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✨Abril✨

07. Una cena desastrosa 

No me siento orgullosa de dividir capítulos, pero me quedo tan largo que no tuve otra opción. Por fa si te gusta la historia no te olvides de votar y comentar, ambas cosas motivan un montón, y motivación es lo que más necesito en este momento. 

—Abril, confía en mí, la cuidaré mejor que tú.

Aunque no estaba viendo a Maia, podía asegurar que torció los ojos mientras hablaba. Mis indicaciones la tenían harta, me lo había dicho esa mañana después de escucharlas por segunda vez en menos de veinte minutos, y el tono de su voz en ese momento me lo indicaba.

—Estoy preocupada, lleva todo el día sin verme.

—No tienes motivos para preocuparte. Nala está feliz, estoy segura de que ni te recuerda.

—Eso me hizo sentir mucho mejor, eres una gran amiga, Maia.

Mi ironía la hizo reír a carcajadas, aproveché ese momento para apartar el teléfono de mi oreja y ver la hora. Me negaba a que se me hiciera tarde como solía pasarme siempre, quería estar lista a tiempo, y vivir mi cita de San Valentín sin ningún inconveniente.

—Aby, relájate. Tu bebé está a salvo conmigo, la dejaste en manos de la mejor niñera perruna del mundo. Ya sobrevivimos las primeras doce horas sin ningún inconveniente, nada va a pasar. Tú solo disfruta de esta noche, de la cena, de lo que pase después.

Su entusiasmo desató mi nerviosismo, me detuve frente al espejo encontrándome con mis mejillas sonrojadas y una sonrisa tan amplia que hacía que la mandíbula me doliera. Tomé aire aun sosteniendo el teléfono pegado a la oreja. Maia no se imaginaba que tan alterada estaba, y como los sonidos divertidos que hacía me afectaban.

—Llámame si ocurre algo, cualquier cosa.

—¿E interrumpir lo que puede ser una noche de sexo loca? ¡Jamás!

—¡Maia!

—Voy a colgarte, Abril. Pórtate muy mal.

Pese a colgar la llamada de inmediato, me quedé pensando en aquella sugerencia que, de alguna manera aumentó mis dudas. No tenía idea de lo que podía esperar de la cita a la que Franco me invitó, y el desfile de posibilidades que pasaban por mi cabeza, solo lograban alterarme. Dejarlas a un lado se estaba haciendo difícil, más cuando a medida que las horas pasaban, la incertidumbre se acentuaba. Me negaba a crearme falsas expectativas, pero en ese punto me era casi imposible, cuando me llamó dos noches atrás para preguntar por mis planes en San Valentín, percibí algo sumamente íntimo en su: «Quiero que cenemos juntos en algún lugar lindo».

Froté el perfume que acababa de ponerme en las muñecas mientras me preguntaba qué pasaría tras terminar de cenar. ¿Me invitaría ir a su departamento? ¿O él estaba esperando que lo invitara a quedarse un rato más conmigo? Debí mantener a raya mis emociones después de nuestros últimos encuentros, en los que nada salió como esperé, sin embargo, me era imposible controlar mi mente fantasiosa que se ilusionaba con facilidad. Suponía que era algo normal, que todas pasábamos por algo similar cuando alguien que nos atraía nos ofrecía un poco de interés.

Fuimos momentosWhere stories live. Discover now