Quién eres?

CAPÍTULO 3

Por fin, llegó el fin de semana, amaba eso, no tener que preocuparme por levantarme temprano. Pero al parecer no todo salía como quería, estaba por levantarme cuando siento sonar el timbre, me encontraba sola en casa porque hoy mi madre tenía turno en la tienda donde trabajaba.

Me apresuro bajando las escaleras para abrir la puerta. Al abrir me encontré con Chloe, mi mejor amiga, me dio un corto abrazo y entró.

–Lo olvidaste... iremos a una fiesta hoy– abrí mis ojos como platos, ya se me había olvidado que mi amiga me dijo de una fiesta que harían hoy.

–Ay Chloe... en serio debo ir, hoy no me siento bien– me excusé.

Mi amiga me miró con el ceño fruncido fingiendo estar enojada durante unos segundos, no me dijo nada, solo buscó en su bolso su maquillaje ignorando lo que le dije, se sentó frente a mí y comenzó a hacer su maravilloso trabajo.

No lo podía negar, ella era sorprendente, me miré al espejo y me veía totalmente diferente. A las dos horas habíamos terminado, me puse un short corto, el cual había escogido Chloe, y un top igual de corto con encajes. Mi amiga se puso una falda que solo tapaba lo necesario y una blusa rosada la cual dejaba ver parte de su escote.

–Bueno, estamos listas... andando– me tomó de la mano, y aunque yo estaba algo indispuesta, salimos de casa.

Llegamos al bar en el cual se haría la fiesta, ya dentro se encontraban varios adolescentes, consumiendo bebidas alcohólicas y fumando cigarrillos, por lo que había bastante humo en el lugar.

Vi como mi amiga saludaba a varios chicos sentados en unos sillones, a los cuales yo no conocía.

–Andando... hoy superarás al imbécil de Ryan – me dijo ella con una sonrisa pícara en sus labios.

Aunque había estado evadiendo el tema esta última semana, mi amiga sabía que aún me dolía y que la estaba pasando bastante mal.

Aunque no me encontraba de humor como para coquetear con más chicos, no hacerle caso a Chloe sería peor, así que solo me dispuse a asentir y seguirla. Fijé mi vista en un chico que había en el grupo, era bastante lindo, aunque todos lo eran este resaltaba.

Tenía el pelo castaño y recogido en un corto moño, sus ojos eran cafés, y en el labio inferior llevaba un persing enroscado, que por cierto, sus labios eran voluminosos y tentadores.

Se inclinó hacia adelante apoyando su cara en la palma de su mano, lamió lentamente sus labios y me miró.

–Soy Jayden Grey, es un gusto conocerte... – extendió su mano hacia mí.

Su voz tenía un tono tierno que embelesaba. Reaccioné por la mirada interrogante que me dedicó.

–Emm... soy Ashley, el gusto es mío– dije extendiendo mi mano, él la tomó y depositó un suave y tierno beso en mis nudillos.

Me sonrojé un poco y por su sonrisa él pareció haberlo notado, me tomó del brazo y nos dirigimos hacia la barra, miré a Chloe, al parecer ella no notó que me iba, porque se estaba enrollando con uno de los chicos que quedaban.

Jayden pidió un whiskey para él y un mojito para mí.

–Ten... yo invito– dijo llevando la copa a sus labios.

Le agradecí y de un trago vacié mi copa.

–Vaya, parece que a alguien le gustan los mojitos– dijo él, por lo que le sonreí tímidamente.

* * *

Después de varios tragos ya me sentía bastante mareada, Jayden me llevó con él a la pista de baile, no sé cómo lo hice, pero comencé a mover mis caderas de forma sensual y provocativa, y el comenzó a pegarse cada vez más a mi cuerpo .

–¿Quieres continuar en otro lugar más privado? – me susurró al oído provocando una corriente por todo mi cuerpo.

En el momento que estábamos subiendo las escaleras, suena su celular y él contesta. No pude entender de qué o con quién hablaba, solo colgó y me miró fijamente, depositó un beso en mi frente dejándome algo aturdida en medio de las escaleras y se fue.

Me volteé para salir de allí y ver como bajaba los escalones yo sola, y llegaba a mi casa en estas condiciones, entonces choqué con alguien derramándole su bebida encima.

–Que demo... vaya, pero si eres tú– susurró una voz que me resultaba algo familiar –¿Deberíamos dejar de encontrarnos así... no crees?.

Levanté la vista y me encontré con unos ojos azules muy hermosos. Dejé de sentir mi cuerpo y caí desmayada, pero por suerte sus brazos impidieron que tocase el suelo.