CAPÍTULO 21

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Me había equivocado.

No pasó mucho cuando entró un furioso chico con el pelo empapado y los ojos rojos.

Sus puños cerrados y apretados a un costado dejaban ver sus gruesas venas, tensó tanto la mandíbula que me extrañó el hecho de que no se hubiese roto un diente. Su mirada se suavizó en cuanto me vio, pero en ese mismo instante se dirigió a paso apresurado hacia Jayden.

Los dos chicos que lo acompañaban se transformaron en dos bestias enormes. Jayden se acercó hacia él y le dedicó una risita burlona.

–Procura no haber puesto tus sucias manos sobre ella– habló Dante esta vez con su rostro muy cerca al de Jayden–. Porque te aseguro que lo vas a lamentar.

Todo ocurrió muy de prisa, tomando a Dante desprevenido, el enorme lobo gris lo empujó lanzándolo a través de la cabaña con tana rapidez que este no tuvo tiempo de detenerlo.

La delgada línea que separaba mi sano juicio de la locura parecía estar a punto de romperse. Bajé mi cabeza para evitar mirar la masacre que se iba a formar.

El sonido de los golpes y gruñidos invadió el lugar, y unos minutos después los lobos comenzaron a cambiar nuevamente de forma, las enormes bestias habían desaparecido y en su lugar quedaron los cuerpos tensos y sudorosos de los dos muchachos que acompañaban a Jayden.

–De acuerdo, terminemos de una vez con esto– dijo Dante acercándose nuevamente a Jayden.

Su demacrado rostro se encontraba cadente de expresión, hasta su piel parecía incluso más pálida de lo habitual solamente sus ojos del color de la sangre, anunciaban la tormenta que se formaba en su interior.

Por la puerta entraron dos figuras a toda velocidad, parándose frente al magullado cuerpo de Dante, el más alto miró por encima de su hombro al parecer buscando heridas graves en su cuerpo, su parecido con él era increíble.

–¿Te encuentras bien?– preguntó esta vez el chico rubio de ojos verdosos.

–Sí, llegaron justo a tiempo– respondió Dante sin apartar la mirada

Tomó a Jayden por el cuello de la camisa y lo pegó a la pared. Este a pesar de encontrarse acorralado mantuvo su mirada  impasible.

–Creí haberte advertido– torció el labio en una sonrisa lobuna–. Te lo dije, que no mesclaras los sentimientos en esto.

–No creo que eso sea de tu incumbencia– contraatacó Dante apretando sus puños con más fuerza.

–Tal vez a mí no, pero, qué hay del señor Dimitry– Jayden mantuvo su expresión relajada.

Cada músculo del cuerpo de Dante se encontraba en tensión, llevó su puño hacia atrás tomando impulso para luego estamparlo justo en su cara, solo que en ese instante entró un enorme lobo marrón, y en su lugar apareció una chica de piel morena, tenía el pelo negro por encima de los hombros y sus ojos eran marrones.

–Jay, Caleb y Hug– dijo esta dirigiéndose a los hombres lobo–. Debemos irnos.

La chica dirigió su mirada hacia mí, era inexpresiva pero pude captar algo de enojo en ella. Dante empujó a Jayden dejándolo libre de su agarre.

–Dile a tu padre, que no quiero ver a más de los tuyos en nuestra zona– dijo Jayden.

Adoptó su forma lobuna y los demás lo siguieron por el bosque.

Me encontraba encogida en un rincón, deseaba que todo fuese solo un sueño. Mi respiración se volvió entrecortada por el dolor a través de mi corazón, todo fue demasiado para mí. Mis ojos comenzaron a cerrarse lentamente, y unos fuertes brazos me alzaron.

****

–Estará bien –una voz desconocida habló–. No debes preocuparte.

–Gracias doctor –reconocí la voz de Dante–. Cualquier cambio, le avisaré.

Oí unos pasos alejarse.

Los dedos de Dante acariciaron suavemente la herida en mi brazo, conocía muy bien su toque, sentí su mano fría pero no fue un sentimiento desagradable.

Dejé que su caricia me reconfortara, el horror que había presenciado esta noche no sería fácil de asimilar.

Me despertó el sonido de unas voces cerca de mí que parecían estar discutiendo.

–Ahora que sabe nuestro secreto...

–Nash. No vamos a matarla– la voz de Dante sonó más grave.

–Entonces que piensas hacer– replicó el otro muchacho–. Las habilidades de tu hermano no funcionaron en ella. Así que su memoria sigue intacta.

–Demonios...– Dante habló entre dientes.

La puerta se abrió y dejó entrar al muchacho de la cabaña, era idéntico a Dante, de seguro el debía ser su hermano.

–Cuando somos descubiertos por un humano –habló el muchacho dirigiéndose a su hermano–. Y no podemos borrar su memoria, lo normal es que pague con su vida... A no ser, hermanito, que tú la mantengas callada.

Dante se apresuró a impedir que su hermano saliera de la habitación, bloqueando la puerta.

–Déjamelo a mí... –su voz sonaba desesperada–. Yo me encargaré de todo...solo... no lo hables con nuestro padre todavía. Seré yo quien le diga.

****

Luego de quedarse la habitación vacía exceptuando que Dante aún permanecía a mi lado, me atreví a abrir completamente los ojos. Al verme despierta su expresión fue de alivio, pero esta cambió cuando lo miré a los ojos.

Mis ojos se humedecieron, y aunque luché porque no salieran, las lágrimas comenzaron a salir y corrieron por mis mejillas.

En su mirada vi una chispa de arrepentimiento y dolor, algo que nunca había visto en él. Extendió su mano para limpiar mis lágrimas, pero de un manotazo la aparté para no sentir su contacto frío.

–¡No quiero que me toques! –rechisté entre dientes–. Me das asco.

–Por favor Ashley... – esta vez sin dudas pude notar lo destrozado que se encontraba–. Al menos déjame explicarte, y dejar todo claro de una vez.

–¡No! No quiero oírte... tus excusas no servirán de nada –sabia que estaba siendo dura, pero no me detuve–. De que me serviría oír tu explicación... No eres más que un monstruo.

Me paré de la cama en la que me encontraba tumbada. Limpié mi cara empapada en lágrimas con el dorso de la mano.

–Te...duele– preguntó en cuanto me moví de su alcance–. La herida en tu brazo.

Me giré hacia él y lo miré a los ojos apretando los puños a un lado.

–¿Quieres saber... que me duele en verdad?– dije aún mirándolo.

Bajó la mirada y frunció ligeramente el ceño, pero no dijo ni una palabra, no pensaba contenerme más, soltaría todo lo que llevaba dentro del pecho apretujándome.

—Dime algo... —mi voz sonó apagada—. ¿Ya nos hemos visto antes?

Una parte de mí se encontraba aterrada, pero por otra parte necesitaba oírlo, necesitaba saber si lo que ocurrió en aquel callejón había sido real, y si él tuvo algo que ver.

No dudóni un instante... apretó los labios y soltó un sonoro suspiro.

—Sí... ya nos habíamos visto antes.

*********

Nota de escritora
¡¡¡Holi mis lectores!!! espero que les haya gustado el capítulo.
No olviden votar
Los quiero🥰

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⏰ Last updated: Mar 02 ⏰

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