11┋E R R O R

6.1K 1K 692
                                    

「KIM DAEHYUN」


Es tan desesperante que me provoca querer enterrarlo vivo.

Debo parecer disco rayado repitiendo todo el tiempo exactamente lo mismo, pero es que no hay otra verdad que es: Theo Holt es la persona más desesperante que pudo cruzarse en mi camino y en mi vida. Cambiaré este punto de vista cuando aparezca otra persona el doble de desesperante de lo que es él, hasta entonces tendrá el primer puesto de las personas que atropellaré cuando por fin tenga mi auto.

En este día solo he confirmado que no tengo amigos y que todos ellos siempre estarán del lado de Holt, pase lo que pase. Inclusive mi hermana está más de su lado que del mío, pero de ella no me sorprende; somos enemigos naturales, claramente se aliaría a mí otro enemigo natural. Pero dicen que a los amigos hay que tenerlos cerca y a los enemigos aún más cerca, bueno, excedí aquello; uno ahora es mi novio y otro es mi hermana.

Este día sin duda está siendo el más largo de toda mi existencia y parece que ni siquiera está cerca de terminar.

A ver, tampoco está siendo tan aburrido como supuse que sería, pero solo compartir el mismo espacio vital y oxígeno con él ya lo hace absorbedor de energía. Además, siempre conocí esa faceta competitiva de Holt y también me conozco, lo que hace que cualquier actividad por más que sea diversión se convierta en un campo de batalla.

Es una cuestión de orgullo.

El cual ahora mismo tengo por los suelos.

—Oh venga, noviecito. ¿Te enfadarás por perder? De nuevo.

Gruño alzando el dedo del medio girándome en dirección contraria a él para ir a sentarme y no cometer asesinato en vía pública en plena luz del día. Bueno, casi noche. Los demás solo ríen alternando mirada entre ambos disfrutando de esto que ya es muy habitual en nosotros.

—Tramposo.

Se lleva una mano al pecho con un gesto de indignación en su rostro.

—¡¿Cómo osas acusarme de esa manera, mi amor?! —se abalanza sobre mí enredando su brazo en toda mi cintura pegándome a su pecho—. He jugado limpiamente, lo juro. Si quieres, podemos tener otra revancha.

Maldigo entre dientes, abofeteando sus brazos haciendo que quite sus brazos de alrededor mío, termino de rodear la mesa, dejándome caer en mi lugar entre Annie y Roy, frente a Jordán y Theo; dos rostros que no soporto. Ambos me miran fijamente, pero de formas distintas; mientras Jordán rueda los ojos haciendo muecas, Theo sonríe como idiota esquizofrénico.

Al salir del campo de Paintball, todos decidieron que sería grandioso venir a los juegos recreativos del centro comercial porque luego comeríamos algo y al final dejaríamos los bolos. A ver, sería buen momento para decir que no sé jugar bolos, pero eso sería muy humillante.

Claro, es más humillante decir que no sabes algo a perder frente tu enemigo.

Cierto, de todos modos, terminaré perdiendo frente a él. Joder, ¿habrá algo en lo que sea realmente malo y pueda ganarle con facilidad? Necesito averiguar que es aquello que no sabe hacer y utilizarlo en su contra.

—¿Te gusta mi rostro que no lo dejas de ver? —parpadeo un par de veces cayendo en cuenta que mi mirada quedo pegada en él.

—Me encanta. Tienes el rostro perfecto, Holt —sonrío cínicamente recargando mi mentón en mi puño—. Perfecto para estampar mi puño en él.

Los demás ríen alternando mirada entre ambos, pero Holt solo asiente inclinándose por sobre la mesa acercándose hasta mi rostro.

—Entonces hazlo.

Hasta que las estrellas dejen de brillar┆2 LIBROWhere stories live. Discover now