11.- Lunática

6.8K 794 510
                                    

「KIM DAEHYUN」


Qué idiota soy.

Sé que propuse la cita, pero fue por impulso y el calor del momento, ahora mismo no sé qué demonios debemos hacer para que sea llamado cita. ¿Qué se hace en las citas? Normalmente, mis citas con Myeong-Suk eran organizadas por nuestros padres y solo era cuestión de hacerme presente, siempre terminaban siendo cenas en restaurantes junto a conversaciones triviales que ella planteaba y yo decidía continuar. En este caso soy quien está deseando tener una cita con mi... esposo, y no sé qué hacer.

¿Cómo puedo satisfacerlo en una cita, si prácticamente lo ha hecho todo? Me siento tan desactualizado de temas tan simples como citas, porque de alguna manera me acostumbre a que mi padre se hiciera cargo de ese tipo de relaciones mientras yo me enfocaba en las relaciones laborales que aseguraban su futuro empresarial.

Mierda, ahora ni siquiera sé que voy a hacer con mi vida si todo por lo que estuve trabajando se terminó. Ya no tengo un trabajo en el cual distraerme y no tengo nada; mi familia me dio la espalda, no puedo estar cerca de mi hermana por el simple hecho de que podría causarles problemas y no pasará mucho hasta que estar en mi propio país sea jodidamente frustrante.

Piensa, Daehyun. Piensa.

¿Cómo hago que esta cita sea satisfactoria?

Gruño saliendo del sitio web, ingresando a otra página; pero en cada uno de los sitios decía exactamente lo mismo y eso estaba molestándome. Debí pensar en algo antes de decir que quería tener una cita. ¡Maldición!

—¡Listo! —me sobresalto dejando caer el móvil sobre mis piernas, alzo la mirada encontrándolo pulcro y con un estilo casual pero elegante—. ¿Nos vamos, cariño?

Mierda, no sé a dónde ir.

Podríamos solo recorrer las calles de Seúl e incluso podría llevarlo a Busan, tenemos tiempo suficiente; aun así, sé perfectamente que un chico como él, ya ha estado bastantes veces aquí como en cualquier otro país. Cualquier cosa que le enseñe, seguramente ya lo vio antes en una de sus tantas visitas y eso me dejaría como idiota.

Jadeo pasándome las manos por mi rostro.

—¿Sucede algo?

No le diré que realmente no tengo idea de que haremos, y que probablemente estaremos caminando sin un rumbo específico; sin embargo, antes de darle una falsa respuesta, toma el móvil de mis piernas observando la pantalla.

Arquea una ceja esbozando una media sonrisa.

—Una cita sin un rumbo específico... —murmura—. Me gusta la idea.

Siempre tan animado y viéndole el lado bueno a las cosas; me estresa.

—Se me ocurrirá algo —indico, levantándome del sofá con rapidez para no seguir perdiendo tiempo; sin embargo, siento una punzada en mi parte baja que me hace encogerme unos segundos—. Eso duele...

Fue cuestión de segundos para que me sostuviera en sus brazos mirándome con una preocupación exagerada.

—Suéltame.

—Te quejaste de dolor. ¿Estás realmente bien? Podemos dejar esta cita para mañana y hoy solo descansar —ruedo los ojos—. No me voltees los ojos, hablo en serio.

—Oye, estoy bien —golpeo su nuca removiéndome en sus brazos para que me suelte, aun así, me sostiene con más fuerza—. Theo...

—¿«Oye»?

De momento a otro siento sus dientes mordiendo la punta de mi nariz sin mucha fuerza, tomándome por sorpresa, dejándome completamente confundido con la situación. Este tipo está cada vez más loco y no lo entiendo. Toma actitudes que no se me pasan por la cabeza y siempre parece que debo estar alerta.

Hasta que las estrellas dejen de brillar┆2 LIBROWhere stories live. Discover now