Capítulo 12

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"Todo Es Mejor Contigo"

Tras desayunar, Ash había decidido darse una refrescante ducha, tomando prestada la que se encontraba en el baño de Serena. Ella estaba afuera con los pokémon, conviviendo y relajándose, mientras que Ash estaba cambiándose en la habitación. Veía con curiosidad el cuarto, mas no quería ponerse de curioso y provocar algún posible malentendido. Se limitó a observar por encima mientras se ocupaba en sus asuntos. En eso, se dió cuenta de que tan solo contaba con la misma ropa que había usado ayer, y recordó la principal razón por la que fue a Ciudad Calagua en primer lugar. Terminó de vestirse y salió al encuentro de la chica.

Mientras tanto, Serena jugaba con los pokémon de Ash. Le agradaba verlos convivir, y logró notar distintas dinámicas entre todos ellos. Charizard y Greninja parecían tener una especie de rivalidad amistosa, ya que se la pasaban dándose golpes y riéndose del otro, lo cual era raro conociendo la personalidad calmada del tipo agua. Gengar era el bromista, e iba de un lado a otro buscando hacer reír a sus compañeros. Sceptile y Lucario parecían muy unidos, aunque el tipo lucha parecería no disfrutar del todo de la compañía del tipo planta. Por último, a pesar de ser el más pequeño en tamaño, Pikachu desempeñaba el rol de "papá" o líder del grupo, esto gracias a ser el más experimentado. Le resultaba adorable el verlo dar órdenes, pero al mismo tiempo reír como cualquier otro pokémon. En eso, vió como Ash salía de su cuarto ya vestido y con su toalla en mano.

—¡Terminé! Puedes ir tú. —le dijo a Serena mientras secaba su cabello.

—Voy, no tardo. —informó mientras dejaba atrás a los pokémon.

—¡Por cierto! Antes de que te duches —llamó a la chica—. ¿Quieres que vayamos a comprar ropa más tarde?

Serena estaba... sorprendida.

—¿Eh? ¿Qué? —preguntó en shock—. ¿Tú... quieres ir... a comprar ropa? —decía escéptica.

—Eh... ¿sí? —dijo confundido por su reacción.

—Pero... ¿no que a los chicos no les gustan esas cosas? —sentía que sus años de conocimientos y aprendizaje habían sido en vano.

—Es que solo traje un cambio de ropa para el viaje. —dijo apenado.

Eso hacía más sentido.

—Ah... entiendo...

—Aunque, claro, también podríamos aprovechar y comprar algo para ti. —le sonrió.

Entonces, Serena recordó el encargo de Palermo.

—¡Por supuesto! Se me había olvidado que tengo que comprar un vestido veraniego.

—¿Y eso por qué? —preguntó confundido.

—¿No te lo dije?

Ash negó con la cabeza.

—Palermo me encargó comprar por mí misma el vestido que usaré para la sesión de fotos de pasado mañana. —explicó.

—Oh... ¡entonces eso haremos! ¡Compraremos ropa para los dos! —dijo muy emocionado.

Serena por un momento quiso compartir esa emoción, pero no pudo.

—¿Estás seguro? Puedo ir yo sola... —dijo, mas al ver el desánimo de Ash ante su negativa la alarmó—. ¡No digo que no quiera ir contigo! —aclaró nerviosa—. Es solo que... sé que a ti no te gustan estas cosas, y no quiero aburrirte... —confesó apenada.

—¿Por qué dices eso? —dijo un poco más animado.

—Recuerdo cuando éramos niños y Miette te hizo acompañarla a escoger vestidos... te veías muy incómodo... y no quisiera hacerte pasar por eso otra vez.

Cinco Días Para AmarteWhere stories live. Discover now