Capítulo 24

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"Duelo de Campeones"

—... mata a Ash.

Metagross se vió sorprendido por las órdenes de su entrenador y mejor amigo. Sobre todo al reconocer que la persona frente a él no era ni más ni menos que un viejo y amigo rival suyo, Ash Ketchum. Jamás se imaginó haciendo algo como lo que Steven le pedía, pero no le quedaba de otra.

Preparó un ataque de Puño Meteoro, con el que acabaría con la vida del entrenador frente de sí.

Al menos... esa era la intención.

—No lo harás. —habló Ash suavemente, extendiendo su mano hacia el pokémon.

De repente, toda intención asesina del pokémon se vió desvanecida ante el suave susurro del chico de cabellos oscuros, quien reflejaba un aura pura sin igual.

Confundido, Steven no comprendía porqué su pokémon se detuvo en seco.

—¿Metagross, qué haces? ¡Acábalo!

El Campeón de Hoenn se sintió aún más confundido cuando vió una pequeña sonrisa satisfactoria dibujarse en el rostro de Ash.

El chico de Kanto sonreía al ver que Steven no comprendía lo que hacía, sintiendo que había dado la vuelta al asunto para su beneficio.

—Steven, ¿de casualidad sabes lo que es un Maestro Pokémon? —habló con una ligera arrogancia.

El mayor solo pudo atinar a ladear la cabeza en confusión y enojo.

—Verás... cuando emprendí mi viaje en búsqueda de ser un Maestro, supe que eso significaba el volverme amigo de todos los pokémon en el mundo.

Steven bufó algo irritado.

—Eso quiere decir que todos los pokémon ven en mi a alguien en quien confiar... a alguien a quien obedecer... incluso los tuyos.

El Campeón de Hoenn no podía creer aquello que su contrincante había decidido revelarle, pensando que no era más que pura palabrería.

—¡Son puras mentiras! —gritó frustrado—. ¡Metagross, obedece de una vez y acaba con él!

El pokémon escuchó a su amo original, saliendo momentáneamente de su trance para cumplir su función.

—No quieres hacer esto, amigo —habló Ash serenamente—. No tienes porqué escucharlo.

El joven de Kanto confiaba en sus habilidades con el aura, había llevado amaestrándolas desde hace ya cuatro años. Fue de esa forma que logró establecer un vínculo con las aves legendarias en su momento, e incluso lo hacía de manera inconsciente, como cuando Milotic perdió su timidez con él casi de inmediato.

—Ahora, Metagross... me ayudarás a detener el despertar de Deoxys. —sonrió algo más confiado.

Sin embargo, Steven no estaba dispuesto a ceder.

Él ya había previsto que sus pokémon podrían caer ante el control de una entidad opositora, aunque esto lo pensó más de Deoxys que del propio Ash.

Eso por esto que decidió fabricar un objeto que le diera la ventaja en estos casos.

—Perdón, amigo —habló a su Metagross—. Pero no tengo otra alternativa.

Ash se vió extrañado por la disculpa de Steven.

¿Ahora qué planeaba hacer?

De pronto, vió como una luz morada singular era emitida desde un pequeño artefacto en la cabeza de Metagross, la cual parecía ser controlada por Steven por medio de un control remoto.

Cinco Días Para AmarteWhere stories live. Discover now