La historia de Jacob Barber no es la típica de un adolescente común y corriente. Él es acusado de un crimen que no cometió y se ve obligado a huir de la policía. En su desesperación, Jacob se refugia en una cueva que resulta ser su trampa mortal. Si...
El cuartel general de Jacob estaba sumido en una penumbra ominosa. Las paredes de piedra se alzaban imponentes, con mapas estratégicos colgados en ellas, y una gran mesa de madera ocupaba el centro de la sala. Sobre la mesa se encontraban los planos detallados de los nuevos tanques, aviones y barcos que serían el futuro del ejército alemán.
Jacob, en su nuevo cuerpo que había pertenecido a Himmler, se erguía frente a sus generales de las SS y los ingenieros alemanes. Su mirada penetrante y su porte imponente transmitían una sensación de autoridad y determinación. Sabía que en sus manos estaba la clave para cambiar el rumbo de la guerra.
"Escuchen atentamente, mis leales generales y valientes ingenieros. Tenemos ante nosotros una oportunidad única para fortalecer nuestras fuerzas y garantizar la victoria en esta guerra", comenzó Jacob, su voz resonando en la sala.
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Los generales vampiros, con sus ojos inyectados en sangre y sus colmillos amenazantes, asentían en señal de obediencia. Los ingenieros, por su parte, se mantenían en silencio, esperando ansiosos las palabras de su líder.
"Los recursos de Gran Bretaña serán fundamentales para impulsar nuestra maquinaria bélica. Estadísticas ficticias muestran que la isla cuenta con una abundancia de minerales preciosos, como el metal, el cobre y el oro. Estos recursos serán extraídos de las minas británicas y transportados hacia Alemania para la fabricación de nuevas armas", explicó Jacob, señalando los mapas estratégicos.
"Con la operación Estracion en marcha, nuestros soldados obligarán a los ciudadanos ingleses a extraer los recursos necesarios. La isla se convertirá en una fuente inagotable de materias primas para fortalecer nuestras filas", añadió Jacob con determinación.
Los ingenieros alemanes asentían con entusiasmo, sabiendo que su trabajo sería vital en la construcción de las nuevas armas de guerra. Cada detalle técnico, cada especificación, cobraba vida en sus mentes mientras escuchaban las palabras de su líder.
"Los tanques Panzer Tiger, con su impresionante blindaje y su potente cañón, serán nuestros principales vehículos de ataque terrestre. Los cálculos ficticios muestran que superarán ampliamente a los tanques enemigos, lo que nos dará una ventaja crucial en el campo de batalla", detalló Jacob, señalando los planos sobre la mesa.
"Y nuestros aviones, como el Ju 287 y el DFS 346, nos proporcionarán superioridad aérea. Con sus características avanzadas, seremos capaces de realizar ataques precisos y rápidos, asegurando el dominio de los cielos", agregó, su voz resonando con orgullo.
Los generales vampiros y los ingenieros escuchaban con atención, visualizando en sus mentes los tanques avanzando y los aviones surcando el cielo, sembrando el caos y el terror en las fuerzas enemigas.
"Pero no nos detendremosahí. También trabajaremos en la construcción de una flota de barcos de guerra. Con portaviones alemanes en desarrollo, nuestra presencia en los mares se fortalecerá. Podremos proyectar nuestra fuerza naval y desafiar a cualquier enemigo que se atreva a enfrentarnos en las aguas", continuó Jacob, sus ojos brillando con determinación.
