Feroz┃JENLISA

06

Jennie supo que tenía problemas en cuanto entró en la morgue. La detective Irene Bae miraba por encima del hombro del Dr. Kim Jongin, alias Kai, mientras examinaba un cadáver reciente, una mala costumbre que siempre ponía nervioso a Kai. Irene levantó la vista cuando Jennie entró en la habitación, sus ojos pasaron de la preocupación al enfado en una milésima de segundo. Al instante Irene corrió a su lado.

"¿Qué ha pasado?" Antes de que Jennie pudiera reaccionar, Irene le cogió la cara entre las manos. Jennie apartó la mirada mientras Irene examinaba sus heridas, tratando de ignorar lo reconfortante que le resultaba el tacto de unos dedos familiares. "Kai me dijo que llegabas tarde. No me dijo nada de esto".

"Eso es porque no lo sabía", dijo Kai desde detrás de Irene. Apartó la lupa por la que había estado mirando y se puso al lado de Irene, con auténtica compasión en los ojos. "¿Sucedió en el parque Golden Gate?".

Cuando Jennie llamó, sólo le dijo a Kai que iba con retraso y que llegaría antes del mediodía. Él no le había preguntado nada más, pero ahora lamentaba esa omisión. Jennie se obligó a parecer mucho más tranquila de lo que se sentía. "Estoy bien.

"¿Bien?" Irene dejó caer su mano sobre la barbilla de Jennie, girando suavemente su rostro para que sus ojos se encontraran. "Esto no está bien. ¿Quién te hizo esto?

"Un hombre me atacó en el parque esta mañana."

"¿Te atacó?" El pánico y la angustia en los ojos de Irene golpeó a Jennie justo en el estómago, un recordatorio visible del amor que solía ver allí todos los días. " ¿Qué te ha hecho?"

Sonrojada, Jennie dio un paso atrás y se ajustó las gafas. Leyó la pregunta tácita en los ojos de Irene y negó con la cabeza. "Eso no".

"¿Entonces fue un robo?"

"Sí se llevó mi bolso", dijo Jennie, tratando de ignorar la mirada de alarma que Irene no pudo reprimir. "Pero no sé si ese fue su motivo".

"¿Qué quieres decir?"

"Él..." Jennie se esforzó por revivir aquellos aterradores momentos. "Me amenazó con un cuchillo cuando me tenía en el suelo. Parecía como si se excitara con mi miedo".

Irene tragó saliva y pareció que se le iba el color de la cara.

"Kai estaba examinando un cadáver que encontramos en el parque Golden Gate esta mañana. Parece que la mataron a cuchilladas".

Era la segunda vez en el día que el tiempo se ralentizaba a paso de tortuga alrededor de Jennie. Extendió la mano, esperando encontrar algo en lo que apoyarse antes de que sus piernas dejaran de funcionar. Irene llegó a su lado y la condujo hasta el mostrador donde tenía sus herramientas forenses. Jennie se quedó mirando fijamente su retractor favorito y se obligó a calmarse. Aquello no implicaba nada, necesariamente. El asesinato de la víctima y su propio ataque podían ser fácilmente hechos independientes. Entraba realmente dentro de lo posible.

"Puede que no sea el mismo tipo". La voz de Irene había pasado de regañona a tranquilizadora. Ella siempre había sido buena en saber cuándo no presionar. "Pero sin duda queremos una declaración tuya. Podría ayudar".

"Por supuesto", dijo Jennie. Respiró hondo, se enderezó y se apartó del mostrador. Se acercó rápidamente a la mesa de exploración, sin permitirse flaquear ante la visión de las violentas heridas de la mujer muerta. Múltiples cortes y puñaladas en el torso y la cara, que indicaban sin duda unos últimos momentos terroríficos y dolorosos. Dos feroces cuchilladas en el cuello, muy probablemente la causa real de la muerte.

Podría haber sido ella en esa mesa. ¿Podrían Kai e Irene haberse atrevido a examinar su cadáver mutilado?

Irene le tocó la espalda. "Quizá deberías tomarte el resto del día libre. Nadie te culparía".