CAPÍTULO 5: 48 horas transcurridas

24 10 7
                                    


Viernes 25 de abril

1:05 AM

Las autoridades llegaron a mi casa pocos minutos después de haberles llamado. Fueron tan rápidos que no tuve tiempo para hacer nada.

Primeramente llegaron a mi casa dos patrullas de un par de oficiales cada una, para luego ir multiplicando la cantidad a medida que pasaba el tiempo. Investigadores y forenses llegaron alrededor de las 12 PM.

Trataban de buscar alguna pista o evidencia sobre qué le pasó a mi esposa, o quien lo hizo. Yo estaba completamente relajado. Mi resaca había pasado y ahora estaba totalmente a disposición de mi mente y mis sentidos. Además, me había preparado para cuando esto pasara.

Les conté a cada uno de ellos lo que sabía y cual había sido el último lugar en el que vieron a Lillian. Poco tiempo después de hacer oficial la desaparición, estos informaron a todos los familiares de Lillian. Era un procedimiento rutinario en casos de desaparición.

Sus padres, hermanos, tíos, sobrinos, la prensa y la policía, ahora todos conocían que Lillian se había ido. Pero no sabían que yo la había matado. Todos intentarán buscarla, encontrarla; y yo se los voy a impedir a toda costa. La verdadera acción, el verdadero juego, comienza ahora.

Cinco horas antes
6:15 PM, 24 de Abril

Mi investigación no dió casi ningún resultado. Poco tiempo de que aquella persona me escribiera, borró todo el chat y los mensajes que me envió. Esta vez, sin posibilidades de rescatar los archivos borrados. No sin antes escribirme algo más. Algo que momentáneamente me asustó tanto, que incluso me caí de la silla en la que estaba. El mensaje era: "Te estoy observando"

No sabía lo que pasaba ni quién era está persona. ¿Me había visto hoy en la mañana, en la calle, o en el bosque de los suburbios? ¿Había llamado a la policía? No, no lo hizo. De haber sido así ya me hubieran detenido y estaría en prisión en estos momentos. Pero todavía había muchas cuestiones que no sabía.

¿Por qué escribió al celular de Lillian? Esa persona conocía su número de teléfono y sabía quien era. ¿Cómo sabía que ahora yo era quien tenía el teléfono, y no Susana. Supo cual era el momento indicado para escribirme. Hasta que no estuvo el celular en mis manos, no mandó ningún mensaje. ¿Alguien de su trabajo? Pero, ¿Por qué hace esto? Si de verdad sabe que asesiné a Lillian, entonces ¿qué pretende?

Susana me dijo que hace unos días, Lillian estaba distraída, nerviosa por algo. ¿Tendrá algo que ver? Probablemente sí. También puede que sea de algo relacionado con la noche de su muerte. Pero si este desconocido se comunicó con ella, entonces los mensajes debieron de ser SMS o por correo electrónico, que no son tan fáciles de rastrear.

Se me escapó el tiempo rastreando las pistas y buscando los mensajes. Casi no obtuve nada. Ningún mensaje por correo electrónico. Solo una lista muy corta de mensajes de una conversación que pude obtener. Utilicé un método de recuperación de datos muy similar a la utilizada por la policía y el FBI.

Mientras se desbloqueaban los mensajes borrados de la red, pude seguir la conversación que el desconocido mantuvo con Lillian. La fecha de los mensajes no era concreta, pero si pude saber que eran de los últimos 15 días. No puede reducirlo más. Pero aún así, ante mis ojos, estaban las pistas que buscaba.

Lillian: ¿Hola? ¿Lo siento, podrías decirme quién eres? No apareces en mi lista de contactos.

Número privado: Hola, Lillian. Tienes razón, no me conoces, no sabes quién soy... Pero no importa...

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 16, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Cuando El Mal Se DisfrazaWhere stories live. Discover now