Estábamos frente a la entrada de Disney, pague dos boletos y volvimos a hacer fila.

-Sigo creyendo que fue una mala idea venir- comenté entrando al parque.

-Necesitamos unas orejas- Nat tomó mi mano y comenzó a caminar hacía la tienda.

Era un lugar enorme, totalmente enorme. La tienda estaba llena, a penas y podías caminar entre todas las personas que estaban ahí dentro.

Tomé unas orejas de Mickey, al menos trataría de cumplirle la promesa a Harley sobre comprarle unas.

Nat tomó dos orejas con tiaras y las pagó. Se sacó su capucha, dejando ver su tono pelirrojo.

-¿Quieres desayunar o prefieres subirte a unos juegos?

Varias botargas comenzaron a aparecer por dónde caminábamos. Debo admitir que era divertido ver a los niños correr a abrazarlos y después ver a los padres corriendo detrás de ellos.

Me quedé inmóvil al ver que aún en un lugar dónde hay cuentos de hadas habían varios pequeños con sus trajes del héroe de Nueva York.

-Todo el maldito país grita el nombre de Spider-Man- dije caminando.

-Mala idea al salir con un héroe, siempre tendrás que recordarle incluso cuando ya no quieras.

El calor era insoportable y no sé si era por esa misma razón que yo estaba enojandome un poco o quizás estaba enojandome por los mensajes qué mis amigos me enviaban sobre Spider-Man y su nueva conquista.

Quiero decir, tenía todo el derecho de enojarme con Peter en estos momentos.

Por un lado lo tenía a él diciéndome que la estaba pasando mal sin mí y diciéndome que me amaba.

Y por el otro lado estaban mis amigos preguntándome si sabía quién era la desconocida, y también estaba la noticia del Daily, con la portada de Eddie Brock.

Debo admitir que era buen fotógrafo, ¿Qué si me gustaba la fotografía? Bueno, si fuera yo quién estuviera besando a Spider-Man con mis piernas enrolladas en su cintura en el fondo de un callejón, probablemente diría que es una estupenda fotografía.

A quién engañó, era una estupenda fotografía. Tenía todo lo pintoresco, pero también una parte erótica que hacía pensar si aquel beso habría terminado en otra situación.

-¡Oye!

Nat hizo una mueca al ver la pantalla de mi celular- Te lo devolveré hasta qué regresemos de Nueva York.

-¿Qué? No puedes hacer eso- traté de quitárselo.

-No me hagas tirarlo en un contenedor, estamos pasando tiempo en familia y tú estás únicamente en tu celular.

-Lo lamento, no volveré a mirar el celular, ¿Puedes devolverlo?

-No- lo guardo en su bolso- Anda camina.

Me hubiera gustado decir que mi día en Disneyland fue lo más feliz, pero la verdad es que fue todo lo contrario.

Traté de no estar molesta la mayor parte del tiempo, pero incluso en la ducha parecía no soportar ni el agua tocando mi piel.

Al tercer día llegamos a Tennessee, limpie un poco la lápida de Harley antes de sentarme frente a él.

-Hola rubio, parece que he tardado en venir... Aún no es tú cumpleaños pero te he traído unas orejas de Disneyland- dije dejando estás frente a mí- Creo que las dejaré en tú casa, han pasado muchas cosas de las cuáles me hubiera gustado qué tú supieras o incluso hubieras llegado a vivir- miré a lo lejos a Nat- Mi madre regresó, creo que aquello que me dijiste antes de morir, sobre la posibilidad de que siguiera con vida... Bueno, aún no entiendo cómo, pero funcionó, creo que volvieron a utilizar eso de "Un alma por un alma", me quitaron a una persona importante en mi vida para traer de vuelta a Nat.

Paper Rings (Peter Parker/Spider-Man)Where stories live. Discover now