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JiMin soltó un jadeo, el calor en su vientre solamente había estado creciendo desde que YoonGi lo arrastró hasta este sitio y el contacto directo, las caricias y el aroma del alfa estaban afectándolo. Decidió romper el abrazo y presiono sus muslos con vergüenza, el lubricante natural ya se estaba deslizando por sus piernas, temía que pudiera olfatearse.

YoonGi podía entender que no se sentía cómodo en pleno celo, obligó a su cola soltar al omega y dio un paso hacia atrás para no hacerlo sentir bajo presión. Pensó en una manera de ayudarlo, pues JiMin no sabía que eran destinados y tal vez se debía a que él era un cambiaformas a su diferencia; todo su sentido era más directo que el de un humano lobuno.

—L-lo siento, es algo que no puedo controlar.— intentó explicar JiMin apenado.

—No pasa nada, es cuestión de nuestros lados animales.— YoonGi trato de decirle la verdad, pero sentía que era demasiado pronto —Podemos entrar a mi hogar, hasta que se te pase el calor y prometo no hacerte nada, incluso puedo quedarme aquí abajo si prefieres.

Considerando la situación, JiMin no se sentía en desconfianza con el gato, por lo menos ahora que recordaba todo tenía presente que era su amigo de la infancia y no le temía. Sin embargo, estaba angustiado por su propio comportamiento y reacción, sus celos nunca fueron un problema. Los calores eran débiles en su mundo y siempre estaba solo, tocándose superficialmente para calmar la necesidad de un nudo.

Estando en Wonderland y a solas con un alfa, aun si era un cambiaformas, estaba influyendo en su época de apareamiento. Estando aquí no tenía supresores ni la privacidad para calmar a su lobo, pero por lo menos estaba YoonGi ofreciéndole un lugar. Pese a eso, no quería estar solo, tampoco creía que fuera adecuado sacar al gato de su propia casa.

—¿Podrías quedarte conmigo?— preguntó JiMin con algo de temor, no quería ser rechazado, pero menos le agrada la idea de verse como un fácil o necesitado.

YoonGi comprendió sin preguntar más al respecto y asintió, sería una tortura tener a su omega en su hogar, justo a su lado y sin poder tocarlo. Sin embargo, podría hacerlo, llevaba años haciéndolo bien y confiaba en que no le faltaría el respeto a su destinado.

Ambos subieron a la casa del árbol en silencio, el aroma de JiMin se iba intensificando con el paso de los segundos y el alfa estaba mareándose, poniéndose duro inevitablemente. Primeramente le mostró el lugar, era algo sencillo, solo una mesa al entrar con tres sillas y dos habitaciones a los lados. En una estaba la recámara con una cama individual y varios objetos que como cambiaformas gato juntaba para entretenerse. La sobrante era el baño, por lo que el omega dedujo que la entrada con la mesa debía ser el comedor y recibidor.

—Lo mejor es que te quedes en mi habitación para que estés cómodo y yo puedo esperar aquí, cualquier cosa que necesites puedes pedírmelo y trataré de encontrarlo.— aseguro YoonGi, deslizando una de las sillas en la mesa para tomar asiento.

JiMin asintió —Gracias.— murmuró, observando sin querer el bulto creciente del contrario.

Los pensamientos de ser tocado por YoonGi estaban nublándole el juicio, nunca antes le había pasado y se sentía contrariado, así que se apresuró a la habitación. Al estar solo, se deshizo de la ropa que le habían puesto en el castillo, efectivamente el lubricante lo había arruinado todo. Necesitaba limpiarse, pensó en ir a tomar una ducha, pero recordó la erección del cambiaformas y un chorro de líquido salió sin permiso de su culo.

"Alfa"

El pensamiento se quedó haciendo eco en su cabeza, luchó contra el impulso de abrir la puerta e ir directamente por YoonGi para saciar sus deseos, aunque se mantuvo quieto. Suspiro fuertemente y observo el mueble de ropa que había en un costado, dentro estaban organizados varios hanboks como el que llevaba puesto el gato. Una sonrisa se deslizó en sus pomposos labios y se colocó uno de color celeste, ya que era su color favorito.

𝖂𝖔𝖓𝖉𝖊𝖗𝖑𝖆𝖓𝖉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora