06

2.4K 436 64
                                    

JiMin sintió la cálida y húmeda boca de YoonGi rodeándole el pene, por inercia colocó sus manos sobre el cabello lila y dejó caricias en las orejitas del cambiaformas. Sin poder controlar el cúmulo de sensaciones, comenzó a gemir y mover suavemente sus caderas.

YoonGi estaba excitado con tan solo complacerlo, escucharlo era glorioso y estaba tratando de hacerlo lo mejor posible, era su primera felación en la vida. A decir verdad, era el inicial encuentro sexual para ambos, así que todas las emociones eran nuevas y más potentes.

—T-tus colmillos.— tartamudeo JiMin, mordiendo su labio inferior para acallar el pequeño grito que quería escapar de sus gruesos labios al sentir las puntas en su glande.

—Uh, lo siento, yo no había hecho esto antes, pero trataré de no lastimarte y hacerte sentir bien.— aseguró el gato, utilizando su cola para enroscar el muslo de su pareja y alzarlo.

En esa posición YoonGi podía ver su entrada lubricando y su olfato inhalo de lleno el dulce aroma, sus papilas gustativas rogaban por probarlo. No podía controlar la necesidad, así que con su mano derecha masturbo el falo de JiMin mientras lamía el líquido que salía. Era sencillo hacerlo porque su mano izquierda se encargaba de abrir el agujero para saborearlo, tal como imaginó, no resistió la tentación e insertó la punta de su lengua para follarlo.

A continuación, JiMin se encontró estimulándose los pezones por sí mismo, echando la cabeza hacia atrás y manteniendo los ojos cerrados. El calor era tan intenso que su cabello rubio se humedeció y se pegó en su frente, dándole un aspecto tan hermosamente jodido. El tener al cambiaformas satisfaciéndolo era como estar en el mismo cielo, jamás se había sentido así de bien, pero se lo atribuía a la conexión que parecía tener con el alfa.

Después de haber escuchado a su omega interno llamarlo suyo, se dio cuenta de que esta corazonada se debía a algo mucho más fuerte que solo una atracción y descifró que estaban destinados. Pensaba que probablemente YoonGi lo sabía, más que nada por la forma en que se comportaba y las cosas que le decía, todas llenas de un inmenso cariño amoroso.

Entonces se sentía perfectamente a gusto con tener al alfa sobre él, bueno, entre sus piernas, comiéndole el culo como si fuese el manjar más delicioso del mundo. También quería tocarlo, complacerlo y que le diera su nudo, pero no sabía cómo decirlo.

YoonGi insertó un dedo junto con su lengua y provocó que JiMin gimiera fuertemente, sonrió tan extenso como solía hacerlo, inició con estocadas lentas hasta encontrar la próstata. Enseguida pareció haber logrado su cometido porque el omega viro los ojos mientras corría.

JiMin respiraba erráticamente, sus ojos llorosos lo observaban fijamente y YoonGi se relamió los labios con picardía, demasiado acalorado sin ser su época de celo. Los aromas de la pareja se combinaban en el ambiente, quizás por eso parecía que se había adelantado y ahora su parte alfa quería follarlo tan malditamente mal.

—Quiero chupártela.— dijo directamente JiMin, no era una pregunta y siquiera espero una respuesta, se puso de pie para empujar al alfa contra la cama.

YoonGi se sorprendió por su atrevido movimiento, pero no se quejó y, en cambio, se acomodó para que pudiera mamársela y verlo. JiMin se mordió el labio inferior a la vez que observaba el miembro tan singular del cambiaformas, parecía un pene normal, pero tenía algunas púas alrededor y probablemente fuese más grande que el de un humano lobuno.

¿Tendría un nudo? Se cuestionó internamente el omega, la respuesta podría obtenerla en el momento que se introdujera semejante miembro en su culo.

JiMin tomó el grosor entre sus pequeñas manitas y necesitaba ambas para rodearlo, incluso quedaba un poco sin abarcar. Comenzó con movimientos inocentes, bajando y subiendo el cuerpo, disfrutando de como el alfa gruñía de placer. Ante eso, decidió sacar su lenguita y muy a diferencia de la del cambiaformas era puntiaguda, así que la insertó en la uretra. Descaradamente, probó el pre semen y soltó un jadeo gustosamente, mientras sus oídos se deleitaron con el ronroneo del gato.

𝖂𝖔𝖓𝖉𝖊𝖗𝖑𝖆𝖓𝖉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora