¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ya habían pasado las semanas de las acordadas del plan de Hermione; aún así no se había llevado a cabo por unos imprevistos. Igualmente, la chica no iba a dejar que nadie chafe su maniobrado plan, iba a conseguir que ellos dos dejaran de ser amigos como buena Granger que se apellidaba.
Cuando por fin pudo empezar su plan, Ron fue a por Cedric para decirle algunas cosas; todo esto entraba dentro de lo que Hermione planeó hacía unas cuatro semanas, se habían atrasado bastante de lo adecuado.
Cedric era un buen amigo de Nathan, esto podría causar que quizás el plan fuera fallido y el Hufflepuff le dijera todo lo que estaba pasando a Nathan. Pero, por sorpresa, no fue así.
Por otra parte, Harry, Draco y Nathan de habían vuelto muy unidos gracias al último mencionado. Aún así, Hermione y Ron se sentían incómodos por la presencia del rubio, pero trataron de disimularlo de alguna forma u otra. Aún así, Harry no decía que Draco era su amigo, al igual que el contrario; solo eran amigos de un amigo.
– Oigan, ¿qué tal con el baile de Navidad? – Preguntó Nathan, estaban en un banco; el castaño estaba en medio de los otros dos chicos. – ¿Ya tienen parejita? – Elevó ambas cejas con velocidad.
Harry rió. – Bueno, y-. – Nathan le detuvo con un quejido.
– ¿Me has cambiado por otra? – Puso la mano en su pecho, fingiendo dolor. – Cariño, no me esperaba esto de ti. – Ahora, fingía llorar, Draco llegó a un punto de hacer habitual a las costumbres de Nathan; incluso ya no le apartaba cuando le daba un abrazo por detrás sujetando su cuello, se le hacía divertido. – Me has sido infiel. – Hizo un puchero, alejándose de él y pegándose más a su otro amigo, Draco.
Ellos dos habían ganado bastante confianza en muy poco tiempo, todo esto gracias a Nathan. – Draco, tú sí me amas, ¿verdad? – Preguntó, con su rostro demasiado cerca del de piel pálida.
Draco miró los ojos oscuros de Nathan. – No, siempre te odié. Sangre sucia. – Dijo.
Nathan se sintió ofendido. – ¡Nadie me quiere ahora o qué! – Miró a sus dos amigos. – Estáis compinchados para deprimirme, ¿verdad? Pues no lo conseguirán. – Se levantó del banco para retirarse de allí. – No se preocupen, conseguiré un chico con el que bailar ese día. – Fingía que estaba enfadado, solo que había quedado con otros amigos y se le estaba escapando el tiempo, esto Draco y Harry lo sabían. – ¡Acuérdense de mis palabras! – Finalizó, para irse a paso rápido de allí.
El problema es que Draco no sabía del todo la sexualidad de Nathan, no es que le importara; pero no estaba de mal saberlo. Su única fuente de conversación fue Harry, así que le preguntó a él. – Potter. – Llamó, el mencionado se giró, escuchándole. – ¿Nathan...? – Le daba algo de vergüenza decirlo, puso una cara tratando que Harry entendiera lo que quería decir.
– ¿Nathan...? – Repitió, no sabía lo que quería decir.
Dio un suspiro rendido. – ¿Es gay? – Habló directamente, sin pensar mucho.
