Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Fred, George y Nathan estaban ya a nada de acabar su castigo; Dumbledore había olvidado mencionar que tenían que estar limpiando ese aula la semana entera, iban por el sexto día. Solo quedaba uno.
El problema es que los gemelos notaron el silencio que abundaba la sala desde el primer día. Nathan siempre fue muy hablador y se reía por todo, pero desde esos seis días se mantenía en el completo silencio, su rostro era serio y los ojos parecían brillarle en momentos determinados.
Claro, ellos dos nunca tuvieron el valor de preguntarle por si era algo de su familia. Pero, tanto silencio hizo que el estrés de los Weasley aumentara.
– Eh, Nathan. ¿Qué tal la semana? – Preguntó Fred, George miró a su hermano por unos segundos con una vista confusa; después, puso su mirada en Nathan, esperando la respuesta del contrario.
Nathan no contestó, ignoró a Fred. Metió el trapo en el cubo de agua y siguió limpiando la misma estantería que llevaba ya limpia desde hacía tal vez media hora. Pero al pensar demasiado hacia que frotara constantemente en el mismo estante.
George se preocupó por su amigo más que antes, estaba enfadado y triste por algo que no quería contarle a sus dos amigos de más confianza, incluso le preguntaron a Harry y él estaba igual que ellos. Sin saber qué era lo que estaba ocurriendo con el amigo alegre y divertido que tenían.
– ¿Le pueden decir a Dumbledore que me tuve que ir antes por un examen? – Fue lo único que preguntó Nathan a los cinco minutos desde que su amigo Fred le habló. – Tengo que estudiar. – Dejó el trapo mojado encima de una mesa llena de productos de limpieza.
George respiraba con velocidad. – ¿Estudiar el qué, Nathan? Ron no nos dijo nada de que tuvierais examen, además, Hermione ya hubiera estado estudiando si eso fuera cierto. – Fred miró a su gemelo con una ceja elevada, él eso no lo sabía.
Nathan empezó a ponerse nervioso, miraba a todos lados menos a sus dos amigos; buscando, tal vez, alguna excusa para poder librarse del lugar. Quería estar solo en su habitación pensando en sus cosas. ¿Era tanto pedir? – Nathan. ¿Qué ocurre? – Preguntó Fred, acercándose a su amigo con una mirada triste.
El chico miró hacia abajo, acariciando su antebrazo con su mano izquierda, dando suaves movimientos.
– Harry, hace tiempo que veo a mi hermano decaído. ¿Sabes lo que le pasa? – Preguntó Hermione, dando pasos lentos.
El de gafas negó. – No, le pregunté hace unos días si le pasaba algo y solo me negaba con la cabeza; pero la personalidad de Nathan se ha ido completamente. – Se cruzó de brazos, pensando en algo. – Y, ya no está Malfoy con nosotros. – Suspiró. – ¿Se habrá peleado con él? – Se cuestionó a sí mismo, pensando en muchas opciones del por qué Nathan y Draco se hubieran peleado.
Hermione que claramente sabía lo que estaba pasando, elevó solo sus hombros. – No sé, no me extrañaría si ellos dos llegaran a discutir. – Opinó, dirigiéndose hacia la sala común de Gryffindor.
