CAPÍTULO 8

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VIKTOR

Warfare-Katie Garfield

Han pasado tres días desde el ataque y aunque todo ha vuelto a la normalidad, el castillo parece no haber sufrido daño alguno, como si jamás hubiésemos sido atacados, hay una sensación agria en mi estómago. Desde que escuché la voz de Sierra en mi cabeza, supe que algo había cambiado. No es de extrañar que mis intentos por entrar en la villa de Ciro se hayan visto interceptados una y otra vez. Cada vez recibo la misma respuesta.

—El señor no aceptará su visita hasta que le haga llegar la invitación.

Así una y otra vez y aunque tal vez espera que me canse de hacer el camino hacia la villa, no lo haré. Sé, en lo más profundo de mi pecho, que algo es diferente, algo no anda bien. Ahora, sentado tras mi escritorio, con los dedos entrelazados debajo de mi barbilla, cierro los ojos e intento extender mi poder. Es una locura, estamos muy lejos, podría meterme en la cabeza de cualquier otra persona, pero reconozco las puertas de obsidiana cerradas a cal y canto de la mente de Sierra. Mi poder roza la superficie, suavemente como un amante y con coquetería da unos cuantos toquecitos, pidiendo entrar. No hay respuesta.

—¿Viktor?

La voz suave de Ank me saca de mis intentos por colarme en la mente de Sierra. Abro los ojos, encontrándola sentada sobre la cera de la vela que descansa en mi escritorio. Sus ojos me miran con cierta preocupación.

—¿Has visto algo? —pregunto.

Niega con la cabeza.

—Solo a ella dormida. —Suspira. —O si no apagan la vela, no he podido ver nada más.

Otro motivo que me hace sospechar. Antes Ank podía verla en cualquier momento del día. Ya fuese dormida o con los ojos abiertos, con la mirada perdida en el techo.

El idiota de Ciro tal vez crea que puede ocultarla de mí, pero no tiene ni idea de lo intensa que es nuestra conexión. Da igual todo lo que intente, ella me ha llamado. Sé, ahora con más fuerza que nunca, que no fue una imaginación mía.

—Avísame si algo cambia, si consigues ver algo más, si abre los ojos y no parece perdida...

Asiente, mostrándome una vez más una mirada a medio camino de la preocupación y la compasión. Ank levanta sus piernas y lentamente se funde con la llama, dejándome una vez más solo con mis pensamientos y mis intentos por colarme en la mente de Sierra. No sé durante cuanto tiempo prolongo mis intentos, solo sé que para cuando desisto, estoy exhausto. Ni siquiera me he dado cuenta de que alguien ha entrado y ha dejado una jarra para mí. A regañadientes me sirvo una copa, llevándola a mis labios y bebiendo el contenido sin siquiera saborearlo. Da igual, no es el sabor que quiero.

Pasa otro día más, en los que, sumados a mis intentos fallidos, se suma la búsqueda de Ragna. Drystan y yo nos encerramos durante horas revisando mapas, tanto viejos como antiguos, intentando averiguar a donde han podido huir. Las Tierras Baldías no son una opción, saben que es el primer sitio al que iríamos, a no ser...que haya más de lo que pensamos allí. Es por eso que consultamos antiguos mapas, buscando si hay pasarelas ocultas, cuevas o cualquier cosa que a mis hombres se les haya podido escapar. Recibo informes constantemente, extiendo mi don cada día para recibir una actualización y cada una de las veces las noticias son las mismas: no hay ni rastro de los cambiaformas o de Ragna.

Unos golpes en la puerta hacen que ambos levantemos la vista de los mapas.

—Adelante.

Uno de los jóvenes guardias que custodian las puertas del exterior entra en la habitación, sosteniendo un sobre arrugado entre los dedos. Agacha la cabeza al entrar y levanta la mirada cuando ve el movimiento de mi mano, haciéndole saber que espero que comience a hablar de inmediato.

INQUEBRANTABLE +18Where stories live. Discover now