Me quito la ropa y dejo que me contemple.
Estoy nerviosa y siento que el calor no está más caliente que yo.
Se queda mirando mi cuerpo como si de un templo antiguo se tratase, como si quisiera pegar su vista a mi piel.
Con la yema de sus dedos va delineando mi cintura elevando mi temperatura y erizando los bellos de mi piel, quiero que empiece ya pero su tacto deja otras palabras.
_Tienes el cuerpo más hermoso que he visto en mi vida.
Me sonrojo inmediatamente y aún más cuando con sus labios toca mi ombligo y sus dos manos toman firmemente mi cintura sin exagerar.
Me da leves besos y con solo eso me deja erizada y temblando.
Se levanta y busco sus labios pero me esquiva tomando mis mejillas y mordiendo mi cuello, suelto un gemido por qué se siente tan bien.
Tenía tanto tiempo sin disfrutar un buen sexo que me mojo al instante, quiero que me tome y que me haga suya, no me importa el maldito papel que firmé de casamiento.
Quiero que me haga el amor o el sexo desenfrenado y quiero sentirlo... Profundo.
_Por favor.
_Que ardiente estás.
Sus labios caen en automático arriba de los míos y empiezo a besarlo con ganas pero no me permite durar otro segundo más.
Se separa un poco y tras mi desespero me recuesta en la cama, mi piel puede sentir como su miembro erecto toca mi vientre.
La respiración se me agita por si sola y más cuando hace que moje como loca con sus roces en mi clítoris.
Me está torturando y el lo disfruta.
Me besa y por fin su pene va entrando despacio en mi vagina, aprieto las sábanas y dejo que haga conmigo lo que quiera.
Sus movimientos son suaves y sus labios también, tomo su cabeza soltando un gemido que lo aviva y hace que se mueva más.
Trato de no escucharme muy fuerte cubriendo mi boca pero poco le importa a el dando embestidas que hacen que sienta mis jugos bailar.
_Quiero escucharte, quiero oírte gemir.
Quita mis manos y aumenta las embestidas, nunca en mi vida había tenido este tipo de sexo.
Es ardiente, controlador y delicioso.
Nunca había experimentado este placer cuando estaba con Roger, me encanta.
Me besa el cuello y muerdo mis labios automáticamente cuando siento que se aproxima el primer orgasmo, las sábanas gritan que la suelte pero las aprieto más dejando mi descarga caer.
Me aprieta las nalgas y con la otra mano aprieta mi cuello, me embiste despacio y me pone loca, quiero besarlo pero no me lo permite en vez de eso me muerde suavemente los labios y me mira directamente a los ojos.
Sus zafiros esmeraldas me miran como si fuera la única cosa increíble por observar.
Me cambia de posición colocándose detrás de mi y me quedo en la pose de perrito, me da nalgadas y me marca la piel mientras me vuelvo a derramar y suelto gemidos que lo motivan a seguir en lo suyo.
Siento como sale de mi y en la misma posición su lengua hace magia con mi clítoris. Me encanta como chupa y da leves mordidas sin lastimar, mueve su lengua despacio mientras que con dos dedos me va estimulando y acercando un orgasmo que nunca llega por qué se detiene.
_¿Por qué te detienes?
Le pregunto al borde de un abismo de placer.
_Quiero que te corras conmigo.
Lo que tú pidas mi Rey.
Esta vez me levanta y mi cara choca contra la pared, con sus dedos peina y envuelve mi cabello y aprieta sus manos para que sienta quién está detrás de mi.
Quiere demostrar quién es el ahora y quién me está follando de la mejor manera que he podido experimentar.
Con sus pies separa los míos y sin avisar empuja su miembro hacia mi vagina sacándome un gemido de dolor, con la mano que le queda libre aprieta mis nalgas y empieza con las embestidas rudas.
Puedo sentir las venas de su pene maltratando mi entrada y sacándome ese placer que hace que no pueda más.
Su mano en mi cabello cada vez está más apretada y para culminar lleva su otra mano a mi cuello.
_Preparate.
Se empieza a mover más rápido atrayendo los latidos desenfrenados de mi corazón y con el sus gemidos en mis oídos y su derrame en mis nalgas.
Llevo mis dedos a mi vagina masajeando suavemente y terminando de soltar ese orgasmo que me dejó cansada.
Mi cuerpo está sudado pero al parecer a Reynolds no le importa por qué besa mi cuello y me da la vuelta para besarme, paso mis manos por su cuello atrayendo su cuerpo más a mi.
_¿Te sientes mejor?.
_Mucho mejor, gracias.
_Que tal una ducha.
_Si_Susurro y me carga dejándome en la ducha y abriendo la llave que nos cubre de agua a ambos.
Tomamos esa ducha de más de diez minutos y con los cuerpos húmedos nos acostamos en la cama.
Nos quedamos allí y el sueño me empieza a ganar.
_Se siente bien.
_¿Que cosa?.
Logro preguntar.
_Estar dentro de ti, se siente bien.
Quiero responderle, decirle algo pero mis ojos se cierran despacio y me duermo dejándolo con las palabras en el aire.
.
.Abro los ojos, la luz me molesta y me enojo un poco por qué quería seguir durmiendo.
Me siento en la cama con ese leve dolor en mi vagina y tiene un significado 'Fue una noche ardiente'
Reynolds no está y me decepciona un poco pero miro la mesa de noche encontrando un pequeño libro con algunas letras.
Lamento que no me hayas encontrado a tu lado ésta mañana pero tuve que salir de emergencia a las cuatro de las mañana por qué uno de mis barcos se había hundido. El jet está preparado para ti y si necesitas algo solo pídelo.
Me encantó la noche que pasamos juntos, espero que se vuelva a repetir, tienes un olor maravilloso y dormir a tu lado me dió mil años de vida.
Se que tú madre te extraña y como lo prometí la estoy cuidando, recuerda que si tienes un problema solo llámame.
Espero que me visites.
Mi cuerpo está caliente y no he quitado la sonrisa de mi cara nisiquiera cuando me ducho y cepillo mis dientes y nisiquiera cuando empaco mis cosas.
Así que decido escribirle una carta que espero y la lea.
Reynolds, también me agradó la noche que pasamos juntos y obviamente te visitaré, solo me iré por qué quiero estar cerca de mamá y si tengo problemas te llamaré.
Cuento contigo para cualquier cosa y espero que siempre sea así.
Gracias por hacerme pasar la mejor noche de mi vida y también como tú espero que se repita.
Con amor Sarahí Adams...