Capítulo 15

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Muy bien, esta era la situación: era pasada la medianoche y los chicos aún estaban procesando lo que habían escuchado. Alejo no paró de cocinar, hasta que ya no quedaron ingredientes en mi cocina. Tristán, por su parte, se quedó acostado en el suelo viendo al techo sin emitir sonido alguno. Brian, en tanto, se sentó en la silla que había quedado junto a la ventana con un cigarrillo nervioso entre sus dedos. Oh, claro: los tres tenían un vaso de whisky junto a ellos.

—Necesito un trago —fue lo único que dijo Brian y salió rumbo a la tienda más cercana. Volvió varios minutos después con dos grandes bolsas de cosas que parecían elegidas al azar, dentro de esas cosas estaban la botella con el líquido dorado y un paquete de cigarros.

—No sabía que fumabas —le dije al verlo abrir el paquete.

—No lo hago —dijo tembloroso y, tomando asiento, prendió el cigarro.

Alejo tomó lo que quedaba en las bolsas y, después de darle un trago largo al vaso, se dispuso a cocinar. Tristán era quien más me preocupaba, pues si bien Brian le dejó el vaso al lado, él ni siquiera lo miró.

Esperé una hora más sentada al pie de mi cama, pero nada cambiaba.

—Parece que fue una noticia muy fuerte —le dije a Jared.

—Yo aún estoy procesando que mis hermanos son novios, los comprendo —dijo acostado sobre la cama y mirando al techo, parecía que había adoptado la misma posición que su hermano—. Ya quisiera yo un trago.

—Ha sido un día de grandes noticias —pensé en voz alta.

Otra media hora pasó y me comencé a sentir ansiosa, por lo que me puse a caminar por el apartamento. Brian seguía en la misma posición, pero con más cenizas a su alrededor. Alejo estaba decorando una tarta; yo ni siquiera sabía que tenía ingredientes para tal cosa. Tristán, al igual que Jared, siguió acostado y mirando el techo. Sin saber qué hacer, me serví un poco de ese líquido tan deseado por estos pobres traumados para descubrir que tenía un sabor amargo y para nada delicioso, como ellos lo hacían parecer.

—Aagh —dije mientras el líquido bajaba por mi garganta—. ¡Es suficiente! Entiendo que es difícil, pero...

—¿Difícil?

Tristán me miró incrédulo y comenzó a reír, Alejo se detuvo para verlo y Brian soltó su cigarro para acercarse.

—Tristán —lo llamó Alejo.

—¿Crees que es difícil? —me preguntó molesto—. No puede entrar en una cabeza normal lo que acabas de decirnos.

—¿Y por eso estás molesto? —le pregunté.

—No, estoy molesto porque te creo y eso me parece imposible. ¡Míranos! ¿Por qué crees que Alejo está en silencio y Brian temblando? Porque te creemos.

Miré a mi alrededor. Por primera vez pude decir mi verdad y ser aceptada por ello.

—¿Me creen?

—Yo empecé a creer cuando convenciste a Brian de unirse, la forma en la que hablaste fue muy similar a Jared —admitió Alejo.

—Yo necesito verlo una vez más —dijo Brian llevando su cabello hacia atrás.

—¿Más? —preguntó Tristán.

—¿Quieres que salga del apartamento? —le pregunté, y Jared se acercó.

—No es necesario, solo ven —dijo y, tomando mi mano, me colocó en el medio del apartamento y caminó para ponerse al menos a un metro de mí—. Ustedes colóquense junto a mí.

Yo me quedé de pie y frente a mí estaban uno junto al otro, en este orden de derecha a izquierda: Alejo, Tristán y Brian.

—Cada uno va a hacer una forma con sus dedos y tú dirás cuál —me indicó Brian.

Querido extrañoWhere stories live. Discover now