Rejection

five

‐ Ya lloraste todo el día. Creo que te vendría bien distraerte un poco - Sugiere Soap.

Se mantuvo todo el día conmigo desde ese momento en que llore como magdalena en pleno comedor. Debería agradecer que no había tantas personas, si no, ya estaría arrastrando con ma vergüenza.

- ¿Y donde se supone que puedo distraerme? - tomo el borde de mi camiseta para frotar mis ojos con la tela. Mala idea, me duelen.
- Ay. Maldita sea - suelto con brusquedad mi prenda. Bien, ya estoy empezando a sentirme molesta.

¡Maldito fantasma! Deja ya de gustarme.

- No puedes estar aquí todo el día, lo sabes. - Comenta. - Vamos niña, no vas a estar enamorada de él toda la vida. Trata de superarlo. Sólo trata! - Sus manos grandes me toman por la cabeza y me sacude como si nada.
Creo que todo dentro de mi cráneo es ahora un licuado de cesos.

- ¡Auch! Ya lo sé! Pero no puedo dejar de quererlo en un pestañeo. - Mis labios se deforman. Una clara mueca de desagrado por mi aparente estupidez - Lleva gustándome desde que me enliste. Sabes que fue el mi instructor por un tiempo. - Explico recordando como fue cuando lo conocí.
No voy a contar esa historia, fui más patética de lo que soy ahora.

- No me refiero a un pestañeo. Me refiero a que debes olvidarlo, y que mejor que mantener tu mente ocupada. ‐ sugiere - Poco a poco dejaras de prestarle importancia. Obviamente te lo toparas algunas veces, pero eso servirá para que salga de tu cabeza. - su dedo induce se eleva, al igual que más comisuras de sus labios.
Siempre hace eso cuando tiene una idea.

Y no siempre terminan bien.

- Vamos al campo de tiro. Podrás descargar todo ahí. - Su cara está iluminada. Creo que piensa que es una buena idea.
Pero yo no pienso lo mismo. Si pone un arma en mis manos es seguro que mate a alguien.

- Aghh. Soap, no estoy de humor para eso - dejo salir mi pereza en un largo suspiro.

- No te pregunte si lo estabas, vamonos - no me ha dado tiempo a negarme por segunda vez, ese maldito me ha llevado por la fuerza.

- Eres pésima en esto...

Tiene una cara de pocos amigos, lleva media hora tratando de hacer que le de al blanco.
Pero mis manos están temblorosas. ¡Jamás supe usar un rifle!
Por eso nunca me elijen como francotirador.

Maldición - Gruñi enojada.

- Nose como vas a ingeniártelas para la siguiente misión. - Soap tapó su boca luego de decir algo. Metió la pata.

- Cual misión? - Indago mientras dejo de lado el rifle para acercarme a el. No tenía idea de que había una misión. Y deduzco que estoy dentro por lo que ha dicho este idiota.

- E-eh... El capitán iba a decirlo. No te alteres. - trata de enmendarlo. - Bueno, te lo diria hace... dos... días - Su dentadura salio a relucir cuando busco ser inocente.
¿Era una broma?

- ¡MacTavish!- exclame furiosa. Su cara aterrorizada se esfumó entre la entrada principal cuando corrí a perseguirlo.
Ese maldito es rápido.
- Maldición...- susurro apretando mi arma. Era un asco colo francotirador. No importaría cuando practicara. Seguramente arruinaría la misión por dar un mal tiro.

Suspire sintiéndome toda esa decepción que siempre sentía hacia mi fracasada persona.
Tome mi arma y me posicione con mi rifle para practicar unos cuantos tiros.

Unos muchos tiros. Era como intentar darle a in grillo en movimiento.

- Cambia de posición. Lo haces mal - oí a mis espaldas.

Todo mi cuerpo se erizo al oír esa voz.
Oh santa mierda, era el. ¿Que hacía el ahí?

- A-ah teniente. ¿cuanto tiempo tiene ahí?

- Lo suficiente para ver que eres una pésima francotiradora - dijo sin un poco de tacto.

Oh... eso dolió. Que el lo dijera me hacía denigrarme aún más.

Admiraba tanto al teniente, había escuchado de todas sus misiones y de sus grandes hazañas, un hiatorial de misiones impecable. El era increíble.

- Si, lose señor.

- Solo cambia tu posición. - sugirió.

- Bueno... El asunto es... que no se hacerlo. Ya intente de todo y aun no puedo arreglarlo. Sigo fallando los tiros, me temo que si sigo así, arruinare la misión. El capitán Price co-...

- no pedí que me contará sus problemas cadete. - interrumpió.

- Si, discúlpeme. - Baje mi cabeza para ocultar el increíble sonrojo que se había formado en mis mejillas. De verdad estaba avergonzada. Quería irme en seguida.

Tome tu rifle y aun con la cabeza abajo..

- Seguiré practicando después. Discúlpe, yo me retiro

Y sin mediar otra palabra huí del lugar, ahora con las mejillas siendo empapadas por lagrimas que seguía derramando sin cesar.

"Patética." Me dije a mi misma

La razón de mi llanto era toda esa decepción que acumulaba con casa cosa que hacia mal.
Seguía repitiendo en mi cabeza lo incompetente que era. Incluso cuestioné mi lugar en el ejército.

Las palabras de ghost estaban haciendo estragos en mi cabeza. Destruían mis esperanzas de seguir en el ejército y de ser de ayuda para mis compañeros.

Ahí apoyada en la pared, desistí, ya no quería continuar. Que más da si me llamaban una cobarde. Jamás haría nada bueno por mi patria. Seguía siendo una fracasada jugando a ser un soldado.
Mi madre tenía razón.

- ¿Hola? - la pregunta de alguien que recién apareció en mi campo de visión me hizo sonresaltar, estaba tan metida en mis pensamientos que olvide que cualquiera podia encontrarme aqui, con unas cascadas ridiculas en loa ojos.
Había dejado caer mi rifle ante la sorpresa

Esplendido, ahora alguien me veía llorar en los pasillos.
Podía verme más patética?

[...]