Capítulo 2.

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Los primeros destellos del amanecer se reflejaban en el cielo de Manhattan. El frío típico del invierno se apoderaba de la ciudad y las calles comenzaban lentamente a llenarse.

Elliot se movió un poco aún dormido. Sintió una pequeña molestia en la zona de la nuca y lo único que hizo en ese momento fue refregar sus ojos con sus manos buscando despertarse. Una pequeña luz lo iluminó directamente a la cara y allí pudo darse cuenta de que no estaba en su casa.

Rápidamente se sentó en el sillón dónde se había dormido y miró a su alrededor. Tardó unos pocos segundos en reconocer que aquella casa era la de Olivia Benson. Intentó recordar lo que había ocurrido durante la noche, intentó chequear que todo lo que había llevado aún seguía consigo tocándose los bolsillos de la campera.

Todo estaba en su lugar y él estaba bien.

¿Qué había pasado entonces?

Él continuó sentado por unos minutos en el sillón hasta que vio a Olivia Benson, la delincuente profesional que conocía tan bien salir de la cocina con dos tazas de café y una sonrisa pícara en su rostro. Se acercó a Elliot y sin decir una palabra le entregó una de las tazas.

—Gracias. —Pronunció el hombre por ese gesto y Olivia negó con su cabeza— ¿Qué ocurrió anoche? Digo... —Elliot quiso seguir hablando y la castaña lo interrumpió.
—No te robe nada ni te drogue si eso es lo que te preocupa. Te quedaste dormido a la madrugada después de conversar. —Le informó la mujer bebiendo un sorbo de café y volvió a mirarlo— te tapé para que no sufras frío, el invierno puede ser cruel a veces.
—Perdón por ofenderte, no quise hacerlo.
—Olvídalo. Anda, toma el café. Siempre es una buena opción iniciar el día con una taza de café caliente.
—Está bien. —Elliot obedeció y así comenzó a beber sorbos de café. Olivia se sentó frente a él.
—Ahora sí... ¿Me dirás cuál es tu maravilloso plan para detener a Davies y devolverme a mi hija?
—Eres ansiosa...
—Prefiero llamarlo precavida.
—Buen punto, has hecho una buena jugada. —Indicó Elliot sonriendo y Olivia negó con su cabeza— Esperar no es lo tuyo efectivamente.
—Te estás desviando del tema, no vas a engañarme. Dime qué es lo que tengo que hacer.
—Infiltrarte en su mundo. Usar tus técnicas de seducción para atraparlo a Davies y a su gente.
—Bonita forma de quitarme del medio, si hago eso van a matarme y ni tú ni el estúpido de tu jefe podrán salvarme.
—No digas eso, todo saldrá bien. Debes confiar en mí, en la Unidad. Además, no te estoy pidiendo algo que no hayas hecho antes.
—¿Y tú cómo lo sabes? —Indagó Olivia arqueando una ceja y Elliot quiso reír por su pregunta.
—La experiencia en la policía. Me conozco tu prontuario de memoria, Benson. Cuando estuviste detenida quisiste hacerlo conmigo ¿O acaso no lo recuerdas?
—Ahora es diferente, y lo sabes.
—Confía en mí, no haría nada para perjudicarte, aún más sabiendo que tu hija está involucrada. Te brindaremos protección a ti todo el día hasta que esto finalice si eso te deja más tranquila.
—Sabes que no lo digo por mí, lo digo por mi hija. Lo estoy haciendo por ella, y es lo único que me mantiene aquí hablando serenamente contigo, tan solo... —Olivia suspiró profundamente antes de continuar hablando— No quiero que la imagen que ella tiene de mí se caiga.
—Y eso no pasará, nos encargaremos de ello.
—Está bien, háblame más acerca de tu plan.

Elliot entendió que aquel pedido radicaba en la necesidad que sentía Olivia de escapar de ese momento de vulnerabilidad. Supuso que, siendo como una mujer que no le tenía miedo a nada, no quería que él, un detective de la Unidad de Asuntos Peligrosos que conocía a la perfección su prontuario delictivo, tal como Elliot había mencionado, la viera en ese estado de debilidad.

Sin hacer más preguntas él comenzó a contarle parte del plan que había ideado, autorizado por supuesto por Cragen. No podía negar que aquella tarea era sumamente difícil ya que la mirada penetrante de aquella mujer le generaba algo inexplicable, pero conocido en su interior, y aunque lo intentará no iba a poder ponerlo en palabras. Elliot se maldijo internamente, ni siquiera sabía por qué le estaba dando lugar a ese tipo de pensamientos.

Fix You || Bensler.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora