CAPÍTULO II: BIS

127 21 0
                                    


Nahoya no había tardado ni dos segundos en desvestirse una vez su hermano y compañía se habían ido, había ido tras su bañador y en cuanto pudo salió disparado de dentro del hogar para correr hasta la piscina a la cual saltó de golpe, haciendo un gran ¡Plash! en el agua sumergiéndose lo mas que podía hasta que tocara el fondo de la pileta. Al llegar al fondo hizo un pique rápido con sus pies dándole impulso para salir al flote donde volvió a salpicar la orilla de la piscina al sacudir sus rulos cual perrito con largo pelaje; se rio, pues observó la cara de disgusto de Ran mientras este se sentaba en una reposera

Ahora mientras Nahoya nadaba por el ancho de toda la pileta, yendo de una punta a la otra, hasta el borde donde se podía ver absolutamente todo a través del vidrio, sorprendiéndose del vértigo que podías sentir al estar al borde de algo que podría romperse en cualquiera momento, a su vez Ran descansaba sobre aquella reposera de madera, con anteojos de sol negros que le permitían ver un par de noticias matutinas del día, un vaso de whisky en la mano derecha llenado hasta el tope, la izquierda con un cigarrillo humeando y en su pecho mas allá de su tatuaje se podía ver su brazo derecho con ciertas peculiaridades, como si faltara esa movilidad natural del cuerpo, además de pequeñas líneas celestes neón apenas imperceptibles pasando cada tanto desde su hombro hasta la punta de sus dedos.

Ambos metidos en lo suyo, no es que no quisieran hablar simplemente estaban pasando el momento, algo que por desgracia a la media hora Nahoya decidió interrumpir a la agradable mañana de belleza de Ran.

- Hey, ¿Desde temprano bebes y fumas? - cuestionó para acercarse nadando despacio hasta la orilla.
- Placeres de la vida que alguien como yo puede darse. - respondió altivo para sonreír sin dejar de mirar la pantalla en sus lentes.
- Borracho y drogadicto- canturreó para reírse y apoyar sus brazos sobre el mármol frío, extraño, si este estaba dándole de lleno el sol.
- Sigue nadando Nahoya, estoy ocupado. - definió para darle un sorbo a su bebida, no era un borracho, lo tomaría lentamente.
- Buuu aburrido, métete. - incitó Nahoya muy sonriente, le estaba ya aburriendo a él en realidad estar solo, si al menos hubiera alguien...
- Eres pesado.

Y ese fue el comienzo de las insistencias de Nahoya para que aquel mafioso de alto calibre se metiera, el cual por cansancio terminó aceptando, ni siquiera su bebida había terminado que la dejó sobre una mesita de mimbre y apagado su cigarrillo. Caminó hasta el borde de la piscina donde normalmente se entraría y mientras Nahoya festejaba que tendría un compañero para jugar el susodicho se sacó lo único que tenía puesto esa mañana (además de los lentes), Ran se había desnudado frente a un atónito Nahoya que se quedó observando como aquel entraba y lentamente se metía en el agua hasta meterse y mojarse el cabello. Cualquiera estaría envidiando la posición de Nahoya que simplemente se quedaba contra la otra punta admirando el físico armado de Ran quién sonrió confiado, orgulloso de causar ese tipo de reacciones en la gente y ahora, se encontraba contra la punta de la piscina, con los brazos flexionados sobre el borde del mármol, de piernas abiertas, dejando ver gracia el agua puramente cristalina, todo lo que podía dar como hombre.

- ¡Súper! - exclamó Nahoya luego de minutos de silencio sin dejar de sonreír.
- Gracias por el cumplido.
- Entonces es...
- ¿Natural? Si lo es.
- No creo que esa prótesis del brazo sea natural pero como no sé de prótesis no hablo. - replicó Nahoya con una linda sonrisita pícara
- Ah.

Ran se quedó confundido en su sitio, mirando con cierta duda a Nahoya quién ahora soltaba una risita malévola, ¿Se había referido siempre a su brazo o solo aprovechó el momento? Maldito enano de pacotilla, justo a él le viene a pasar justo esto, no iba a dejarse humillar por algo asi de idiota, sin embargo, ese tonto se le adelantó para cambiar totalmente de tema

- Las prótesis son costosas, mas sin son de calidad, ¿Qué es? ¿Titanio, Bario? Ohh ya sé Aprorio. - empezó a barajar diferentes opciones en su cabeza mientras comenzaba a nadar boca arriba observando el cielo azul con algunas nubes blancas.
- Aprorio obviamente. - respondió con una cierta sonrisa para proceder a explicarle como fue el mecanismo por el cual se lo habían implementado, prefería de alguna forma eso antes que seguir pensando en lo anterior.

Luego de eso comenzaron a hablar de otras cuestiones, era divertido pasar tiempo hablando de idioteces, sobre todo le daba gracia a Ran que lo escuchaba hablar de las aventuras de él y su hermano, que habían dejado su vida en las urbes aledañas a Tokio he ido a Tokio por una vida mejor pero terminaron involucrándose en las pandillas en su adolescencia hasta poder salirse de ellas de pura casualidad y suerte. Fue en ese momento que Nahoya se puso algo melancólico, sabía que si no podrían ayudar a Souya por las buenas el final seria catastrófico, seguía sonriendo, pero decidió meterse dentro del agua para fingir hacer algo, al salir volvió a escuchar a Ran hablar sobre la misión y posibilidad de éxito de aquel. Una muy baja.

- ¿Y qué tal si...?- empezó a barajar Nahoya juguetón para pensar bien sus palabras. - No importa, sé que nos matarán a ambos si todo esto sale mal, irónico que nos alejáramos de esto para terminar asi. - rió sarcásticamente para darle la espalda a Ran.
- Supongo que si, hey, pero antes tuviste la oportunidad de estar en una piscina asi, alégrate.
- Me gustaría que mi familia recibiera dinero. -pronunció con un deje de tristeza mientras hacia círculos en el agua con sus manos sin previo aviso, como si hubiera ignorado completamente la broma que había hecho el Haitani mayor. - Nosotros enviamos dinero de lo que ganamos hacia ellos, es dura la vida en las urbes de afuera, mas que donde vivimos actualmente jajajaja
- Ya lo creo... - comentó Ran curioso, nunca pensó que el enano diría eso.
- Quisiera que ellos recibieran plata, al menos para sustentarse hasta que puedan acomodarse sin nosotros. - estaba siendo algo melancólico, pero pronto se rio para darse la media vuelta y mirar a Ran detenidamente, esa mirada fría le dio muchos escalofríos. - Es broma, como va a pasar esa cosa.
- Está bien, mantendré a tu familia por un año. - dictaminó de improvisto, bien serio.
- ¿Qué?
- Voy a enviarles dinero, ¿Cuánto quieres que les envié? -le preguntó mientras sonreía, podría ser que planeara algo, no se sabía.
- Mientes.
- Que no.
- Eres un mentiroso.
- Ya te dije que no.

Se quedaron en silencio observándose hasta que Nahoya entró en carcajadas, no se creía nada ni mucho mas cuando Ran se lo había jurado que lo harían con puño y letra, escribirían una carta y declaración que él se comprometía con tal fin, lo harían si, una vez terminen de estar en la piscina. Nahoya no iba a creerse tremenda tontería por nada del mundo, sin embargo, en su corazón había una pequeña corazonada, debía hacerle caso, debía creer en él. Mientras por la mente de Ran pasaban muchas cosas tales como que era un idiota total en aceptar ese trato desfavorecedor y segundo... Que viendo cómo iban evolucionando las cosas, Rindou iba a impedir que asesinasen a los gemelos, pues se había encariñado con uno de ellos y el otro era la felicidad del susodicho.

Bonten CyberpunkWhere stories live. Discover now