Capítulo 43

2.3K 83 0
                                    


Tylwyth

Aún no he superado el primer orgasmo que ya siento el siguiente con tan solo escuchar las palabras de Trent. Dios, quiero todo eso que me ha dicho, quiero experimentarlo todo con él. Trent me mira como si fuese una diosa, hay amor y lujuria en su mirada, es muy sexy y no puedo apartar los ojos de todos los movimientos que hace con sus músculos, con sus manos y con sus labios.

Cuando Trent se posiciona entre mis piernas y me besa el interior del muslo, mi cuerpo se agita expectante, quiero sentirlo. Siento su aliento en mi sexo y un segundo después me está devorando. Es una sensación muy diferente a cuando lo ha hecho con sus manos, es más intenso. Me estremezco de placer de pies a cabeza y me siento como lava líquida. La lengua y los labios de Trent me proporcionan un placer indescriptible. Me aferro a las sábanas de su cama con fuerza soltando gemidos.

—Tan dulce... —murmura él abriéndome más los muslos e introduciendo un par de dedos sin dejar de besar mi clítoris. Mi sexo se aferra a ellos y me arqueo con un grito y su nombre en mis labios.

Es demasiado intenso, sus dedos me acarician partes en mi interior que me están llevando a un placer ensordecedor. Me aferro con fuerza a su cabello y no puedo reprimir un grito al sentir el pellizco de un nuevo orgasmo, tal y como me ha prometido me deshago en su boca.

—Preciosa, no hay otra palabra para describirte, te quiero —me susurra posicionándose sobre mi acariciado mi sexo mientras el orgasmo remite. Me besa y puedo notar mi sabor, y eso me excita.

En otras circunstancias estaría totalmente avergonzada, pero es Trent, lo amo y él me ama a mí y es algo tan íntimo que me duele el corazón de puro amor.

Después Trent se tumba a mi lado y me atrae a su pecho para abrazarme, casi estoy completamente sobre él y decido que este es mi lugar favorito en todo el mundo. No puedo evitar sonreír de felicidad al sentir las caricias de Trent sobre mi espalda desnuda.

—¿Estás bien? —Me pregunta, alzo el rostro con una sonrisa dibujada en él.

—Mejor que bien. —Rio.

—Me alegro. —Me da un beso en la frente.

Siento que su miembro aun está totalmente duro y grueso, quiero darle placer como él ha hecho conmigo. Así que muevo mi pierna rozándole la erección haciendo que Trent ahogue un gemido y cierre los ojos con fuerza.

—Dios, Tyl... No hagas eso.

—Quiero hacerlo —digo atrevida bajando mi mano hasta su lugar más caliente.

Cojo su erección con la mano y empiezo a moverla con lo que creo que son movimientos torpes, realmente no sé si lo estoy haciendo bien o no, aunque a juzgar por los gruñidos de Trent, me aventuro a decir que ni tan mal.

Me incorporo y me pongo de rodillas entre sus piernas y sigo con el movimiento de arriba a bajo.

—¿Lo hago bien? —Pregunto.

—¡Joder sí, no hay nada que puedas hacer mal, Tyl! —Gruñe Trent y no puedo evitar sonrojarme y fijar mi mirada en el movimiento que hacen mis manos sobre su duro miembro—. Ven, dame la mano.

Dejé de tocarlo y se la di, entonces él guio mi mano hacia mi sexo húmedo e hizo que me tocara a mi misma con su mano orientando mis movimientos. Gemí al tocarme y empaparme con mis jugos.

—Trent...

—Ahora tócame con tu mano empapada. —Me volvió a dirigir la mano a su erección y no pude evitar moverla, impregnándolo de mí, mi corazón se estremeció y me sentí gelatina. Después él me agarra de las caderas para sentarme entre medio de su muslo. Oh dios mío, estoy empapando el muslo de Trent con mi fluidos y lo siento caliente y... me excita—. Muévete, quiero sentir como llegas sobre mi pierna mientras yo lo hago en tu mano. —Las palabras de Trent me provocan calor y quiero hacerlo, solo con pensarlo mi cuerpo reacciona.

El día que nos enamoramosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora