ʚ ii. ni el color de las fresas es tan refrescante

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Dazai reemplaza a Odasaku una vez cada poco tiempo.

Y lo hace siempre porque su mejor amiga necesita cuidar a sus hijos, o porque pide permiso para alguna de las actividades de alguno de estos.

No es un problema. La Universidad Estatal de Yokohama es, sin más, el lugar donde un día pasó pocos años estudiando y donde decidió que su camino como artista quizá era lo que siempre había estado esperando.

Esta vez no es diferente. Tendrá a cargo tres de las cinco clases que Odasaku lidera. Esas tres, de todos modos, sólo necesitan su guía y no clases como tal.

Dazai lo agradece. Porque, honestamente, no se siente en el estado mental adecuado para soportar dar clases diariamente a un grupo de adolescentes que casi se gradúan. Es mucho más práctico supervisar.

El salón que le toca hoy está ubicado cerca del lugar más caluroso de la maldita universidad. Dazai se quita el blazer cuando se para frente a la puerta —en realidad, ¿por qué se lo puso?—, suspirando cuando los vendajes se pegan a su cuello de forma incómoda. Saca una liga del bolsillo del blazer, da dos vueltas a su cabello y lo recoge en una alta coleta.

Debería seguir el ejemplo de Atsushi y cortar su cabello. Aunque, sin duda alguna, lo hará de una manera uniforme.

Está tomando la manija de la puerta cuando un fuerte carraspeo a su lado la saca de sus pensamientos. Es inmediato. Las casualidades de la vida se dan tan repentina e irónicamente como una mala broma hecha en el momento.

Dazai estuvo pensando en cabellos que se parecen a las llamas del infierno, en los ojos cristalinos que contienen más que un solo secreto, y en las pecas que podrían pasar por constelaciones sino fueran de una tonalidad baja.

Ahora que puede verlos nuevamente, y no sólo admirar su belleza en persona, sino que, incluso puede oler lo que debe ser un suave perfume en ella, es suficiente para hacerla sonreír.

Como idiota, supone, porque la chica pelirroja ahora luce avergonzada y horrorizada.

—¿Eres Dazai Osamu?

—La misma que canta y baila —responde jovialmente, alejándose de la puerta. Bebe la imagen frente a ella con avidez, encantada con el short de talle alto negro y la camisa holgada sin mangas que parece haber sido manchada con pintura una infinidad de veces. Afuera, los pájaros trinan y las voces de los adolescentes hormonales detrás de un balón chisporrotean en la conversación—. ¿Puedo saber su nombre, señorita?

La chica se sonroja más, pero ahora tiene un adorable ceño fruncido.

—Nakahara Chuuya.

—¿Asistes a la clase de Sakunosuke Oda?

—Sí.

—¿Sabes sobre su licencia?

Ahora, Chuuya, hermosa joven que pasa por la vergüenza más potente de su vida, tiene las mejillas rojísimas. Sus bellos zafiros huyen de los ojos de Dazai con destreza. Su mano ahora aprieta la misma mochila desprolija que vio en el museo, aunque sus uñas ahora están más recortadas y con un tono suave de rojo.

—Ella nos avisó sobre eso, sí.

—Debo suponer que estaba al tanto del reemplazo.

—... Sí. Mis compañeros y yo estuvimos de acuerdo.

—¿Oh? ¿Usted lo estuvo? ¿No opuso resistencia como un león que quiere defender su puesto como el rey de la selva?

—¿Se está burlando de mí, Dazai-sensei?

Ignorando el vuelco despreporcionado que ruge en su estómago, Dazai alza una mano y desprecia el uso del honorífico como si no fuera nada.

—Oh, descarta el sensei. No estoy aquí como profesora y jamás en mi vida querría serlo. —Dazai mueve su larga coleta esponjosa fuera de su hombro, sonriendo inocentemente cuando la chica frente a ella estrecha los ojos—. Puedes llamarme sólo Dazai.

—Bien. Entonces, Dazai, ¿no deberías comenzar la clase ya?

Dazai tararea, encantada, y da un paso hacia atrás para permitir a la estudiante ingresar al salón. No se pierde la mirada irritada de Chuuya, todo brillo asesino y mueca en sus brillosos labios.

Bueno, al menos Dazai sabe que las clases en el Taller #15 serán supremamente interesantes de ahora en adelante. Con Nakahara Chuuya redirigiendo su atención silenciosamente a su órbita, no encuentra una forma de encontrar mejor entretención que esta. 

私のミューズ my muse 🌧️☄️ 𝐒𝐎𝐔𝐊𝐎𝐊𝐔 𝐅𝐄𝐌 ¡!Where stories live. Discover now