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Meses han pasado. El cumpleaños de Edward está lo suficientemente cerca como para empezar a hacer preparativos.

–¿Qué debería hacer, Hazz? –pregunta al aire, en la cocina–. No sé si pueda celebrar este año, no duele menos. Cada día te necesito, las cosas no mejoran, no es cierto lo que dicen.

Se prepara su té de todas las mañanas. Ese día decide no servir un té para Harry, no quiere seguir llorando cada vez que debe tirarlo porque nadie lo tomó. Con un nudo en la garganta sube a despertar a su bebé.

Llegan al cementerio a la hora usual. Ya todos lo conocían, incluso Edward saluda a los trabajadores del lugar. Son parte de su rutina.

–Hola, omega –saluda el alfa antes de sentarse en el suelo junto a su hijo. –Saluda a papi, cachorro.

El pequeño saluda con sus manitas a la lápida. Louis debe mirar hacia arriba y concentrarse en no llorar. Edward comienza su momento de exploración, siente la textura del pasto en sus manos y arranca un poco de verde. El ojiazul debe mantener un ojo en él para evitar que coma algo del suelo.

–Hoy no hice tu té, lo siento mucho, amor –admite con una voz rota–. No puedo ver más esa taza llena, no puedo con el pensamiento de que no hay nadie allí para tomar ese té.

Edward mira a su padre llorar y quiere consolarlo. Se levanta como lo ha hecho estos últimos días e intenta caminar hacia él. Da leves pasos hasta llegar a un incrédulo Louis. El alfa llora aún más, su bebé está dando sus primeros pasos.

Frente a él.

Frente a Harry.

–Ed –susurra antes de besar múltiples veces la mejilla de su cachorro–. Te amo tanto –agrega antes de abrazar a su hijo–. ¿Acaso nos querías sorprender? ¿Querías que papi y yo estuviéramos presentes?

Edward balbucea, respondiéndole a su padre.

–Harry y yo estamos muy orgullosos de ti, te amamos tanto, cachorro. 

Not without you ~ LS (Omegaverse)Where stories live. Discover now