¿La heredera de qué?

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Torre de Gryffindor, 12 de diciembre 1977.

—¿Qué fue todo eso Canuto?— Preguntó él licantropo, quería ir a arrancarle la garganta de un mordisco al Hufflepuff y no ayudaban los comentarios despectivos de James y Sirius a eso sumando que pronto sería luna llena.

—¡Es mentira! Jamás caeria tan bajo como para estar con una Slytherin, ¿cierto amigo?— James salió a la defensiva del animago.

—¡Por supuesto que no! Aún así, es tan poca cosa que ni siquiera sabe dar buenos insultos— Aún seguía pensando en que demonios tenían que ver el parentesco de sus padres con él.

—En el mundo muggle está mal visto que las personas se casen entre familiares, se le considera incesto y normalmente los hijos de las personas que cometen incesto llegan a tener distintas enfermedades genéticas y retraso mental— Contestó Remus, sentándose en la cama esa descripción había ganado un nuevo comentario despectivo por parte del perro.

—¿Por qué seguimos hablando de Ollivander? Deberíamos estar planeando nuestro futuro— Se quejo el Potter. —Sólo imagínense, los merodeadores unidos como Aurores, incluso rima.

—¡Sí! Dombuldore nos ayudará con los exámenes dentro del misterio, seremos los Aurores más jóvenes, juntos combatiendo el lado oscuro y luchando contra mortífagos— La alegría del Black había vuelto, aunque Remus y Peter hicieron una mueca, ellos no querían ser Aurores.

—N-no lo se chicos... Seria demasiado trabajo, Soy muy joven como para tener tantos nervios y ansiedad— Habló por primera vez el más bajo ganándose un asentimiento del licantropo.

—¡Por favor! Será pan comido, somos los mejores magos de la generación!— El Black no aceptaba réplicas, sabía que pronto se volverían héroes.

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Little Hangleton, 12 de diciembre de 1977.

Salir de Hogwarts, especialmente cuando no solo eran ellos cinco sino que también estaría Mulciber y Avery había sido una odisea.
Solo esperaban que el Lord estuviera de buen ánimo o sufrirían las consecuencias por haber demorado demasiado.

—Mi Lord— Mulciber fue el primero en hablar arrodillandose frente al hombre y besando su túnica.

—Recibí noticias interesantes hace un par de días— La mirada fría del Lord se centro inmediatamente en ella haciéndola tensarse y bajar la vista al suelo, debía aprender oclumancia y rápido— Pareciera que no quisieran acatar las órdenes que he dado.

—Es cierto mi Lord, Viet se ha negado a ello, dejando escapar a nuestra víctima— Habló Mulciber, ella realmente quería patearlo en su lindo pero estúpido, egocéntrico y neandertal rostro hasta la inconsciencia.— Viet ha negado pertenecer a los Caballeros de Walpurgis y acabar con los sangre sucias que hay en Hogwarts.

—No es que no quisiera hacerlo mi Lord— Habló la chica de inmediato, temiendo a recibir un hechizo imperdonable por su interrupción, pero estaba cansada, tenía hambre y su mente seguía siendo un caos total que ni siquiera podía pensar con claridad— Sin embargo, el que quisiera usar un hechizo imperdonable dentro de Hogwarts llamaría demasiado la atención, principalmente de Dombuldore a eso sumado que Mulciber ha estado fanfarroneando sobre ser un mortífago ¡En pleno pasillo donde cualquiera pudiera escuchar! Sólo me aseguro de que nuestra posición se mantenga segura— La chica volvió a bajar la mirada evitando el contacto visual con el Riddle, a simple vista parecía como sí estuviera bajando la guardia y mostrándose sumisa.

—¡Crucio!— El grito del Lord y la risa psicodelica de Bellatrix Lestrange la hizo tensarse, mas el dolor nunca llegó en cambio se escucho el fuerte grito de Mulciber siendo torturado bajo el hechizo imperdonable de la varita de Voldemort. — Aún no haz cumplido con parte de tu misión.

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