Las líneas del tiempo cambian.

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Kokeworth Spinner's End, 12 de Abril de 1979.

Esta era la tercera carta que recibía de la familia Evans en lo que iba del año.
La primera había sido la invitación a la boda de Potter y Lily, una vez en sus manos solo la había arrojado a la basura, no quería presentarse y llevarse una mala broma del cuarteto de idiotas, muchas gracias.
La segunda fue como un golpe directo al estómago, Henry y Florencia Evans habían muerto en un accidente de tráfico durante los últimos días de Enero a causa de la nieve resbaladiza en la carretera.

No se había presentado al funeral, no quería observar los rostros tristes de quien alguna vez fue su amiga y hermana y de Petunia.
Si bien, no llevaba una buena relación con la mayor de las Evans a causa de la magia, el hecho de que sus padres le invitaran cada verano al menos hasta su quinto año, había hecho que mantuvieran una cordialidad al menos para guardar las apariencias.

Así que, el que haya recibido una invitación a la boda de Petunia Evans, próxima a ser Dursley era por decir más, extraño.
La boda se llevaría a cabo en los jardines de la casa Evans así que solo debía caminar hasta llegar al otro lado del vecindario.

—¿Irás?— La voz de Darcy le hizo regresar a la realidad, ambos estaban sentados en la parte menos concurrida de las tres escobas bajo un hechizo de silencio para mantener su privacidad.

—No lo sé, jamás me he llevado bien con ella ¿por qué ahora?— Tomando la taza de café entre sus labios tomó un sorbo para mantenerse concentrado.

—A lo que me haz dicho de ella y el resto de los Evans ellos te consideraban parte de su familia, quizá solo este siendo madura al respecto— Se encogió de hombros, no tenía una respuesta exacta para ello— Tal vez yendo sea la mejor forma de solucionar tus dudas.

—Sí el cuarteto de idiotas se presenta nos iremos— Dio otro sorbo a la taza terminando el contenido, tal vez el no lo había notado, pero el que incluyera a Darcy dentro de la invitación hizo que su corazón latiera a una velocidad impresionante y, al juzgar por el calor en su rostro muy probablemente estaría sonrojada.

—Supongo que deberíamos buscar un obsequio adecuado para su enlace—  Contestó evitando así un silencio incómodo.

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Kokeworth, número 14 de Smmeting, 21 de mayo de 1979.

Petunia se mantenía en constantes nervios mientras era ayudada por su amiga Yvonne a los últimos preparativos de su boda, no era tan grande como la que Potter y su hermana habían tenido pero se casaría con el hombre que amaba así que eso no importaba tanto.

—Estás hermosa querida— La voz de Yvonne la tranquilizo ligeramente.
A pesar de que este era el momento más feliz de su vida parte de ella estaba triste, su madre y su padre no estarían ahí para verla.

Su padre no estaría para entregarla al altar y a pesar de las constantes cartas que le había mandado a Lily (que más bien rayaban a las suplicas) no había obtenido una respuesta, sabía que vendría, tenía que hacerlo ¿no?
Además de ello su hermana después de la boda con Potter conservaba el collar de la abuela, quería usarlo, al menos en su boda. Lily tenía la diadema de la abuela y también el broche de su bisabuela.
Ella en cambio solo tenía el peine de su madre.

Se negó a llorar en su boda, estaba a un par de horas de unir su vida con Vernon y nada podía arruinarlo.

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Darcy dio gracias al cielo de que la boda fuese un sábado, de lo contrario no habría podido salir de Hogwarts.
Estaba a sólo un mes de su graduación y sentía que se volvería loca, entre los exámenes y el estrés constante además de la poca mejoría en Bellatrix.
Así que asistir a una boda con Severus era una manera de distracción.
Había buscado en distintas tiendas algún regalo que se adecuará para poder regalarle a la mujer pero, ¿Qué regalos se le dan a una novia que ni siquiera conoces?

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