ɢʀᴀᴄɪᴀꜱ ᴘᴏʀ ʟʟᴇɢᴀʀ ~ ᴋᴀᴇʙᴇᴅᴏ -¡ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀꜱᴇ!

27

Ya pasarnos dos meses desde el compromiso de Albedo y kaeya, ambos tuvieron una pequeña
Luna de miel. Pero ya era momento de regresar a trabajar y sobre todo a planificar,

Cuando Albedo le contó a sacárosa y barbara que se casaría, les dijo que ellas serían las damas de honor. Algo que emocionó a amabas chicas y por supuesto ellas se ofrecieron a planear todo con Albedo. Lamentablemente con todo esto pasando, kaeya y Albedo no tenían tiempo para verse, ya que cuando kaeya llegaba del trabajo Albedo estaba dormido. No lo culpen, trabaja todo el día para después ir a las muestras de, pastel, elegir el salón, su ropa, decoración, ext.

Todo esto ocasionaba pequeños disgustos con la pareja, haciendo que se pelearan más seguido de lo usual. Y ahora mismo estaban peleando.

— ¡Pero sabías que hoy vendrías mis padres a desayunar!, ¿¡y resulta que ahora tienes trabajo?!. — le gritaba Albedo con una bata de baño puesta, mientras kaeya se vestía. —

— Lo se Albedo, pero fue de imprevisto, ¡me acaban de llamar ahora que tengo que ir!. — Kaeya abotonaba su camisa, para después mirada a su prometido con ese ceño fruncido. —

— Es que no lo puedo creer kaeya, desde el dia de nuestro compromiso no me has tocado, ¡nisiquiera nos vemos!, y hoy cancele todo para pasar un dia, con mis padres, y mi futuro esposo, ¿¡Y tú te vas?!. — Albedo se cruzo de brazos, evidentemente molesto con todo, ya no queriendo escuchar las excusas de su prometido. Salió del cuarto, bajando las escaleras sin fijarse que sus padres se encontraban en la puerta. — ¡si te vas por esa puerta, ni pienses en buscarme cuando regreses!.

— Albedo!, — Kaeya bajó rápidamente las escaleras. — ¡Albedo por favor, no seas tan inmaduro y infantil, fue algo de imprevisto, es mi trabajo, lo que amo. — Kaeya trato de abrazar a Albedo pero este no se lo permitió. —

—¡ Pues se supone que también me amas a mi, ¡achsss!, hoy voy a dormir en el cuarto de la visita. — Albedo están casi al borde de las lágrimas, y visualizo a sus padres, algo que lo hizo darse cuenta la hora que era, y que estuvo pelando con Kaeya y no se había preparado. — Padres!..

Albedo trato de taparse lo más que pudo, pues aún seguí en esa bata de baño, seco sus ojos que amenazaban con dejar salir pequeñas lágrimas. Fue y los abrazo a ambos

— Estas bien?, si quieres podemos volver más tarde, para que ustedes resuelvan las cosas. — Hablo zhongli acariciando la cara de su Niño. —

— Estoy bien Papá, no te preocupes, por que no se sientan aquí en la sala a lo que yo voy y me cambio?. — Dijo, tratando de poner una sonrisa, para no preocupar más a sus padres. —

Ambos hombres no querían presionar a si hijo, aunque evidentemente estaba triste, decidieron obedecer, y sentarse en el sofá, viendo como Albedo iba a subir la escaleras, sin mirar para nada a kaeya, quien se encontraba avergonzado, y triste. Este fue directo a sus suegros y se sentó al frente de ambos. Por la mirada de Ajax, este le tenía que decir algo.

— Cuando te dimos la bendición para que te casaras con nuestro hijo, te dije explícitamente que no le hicieras nada, una sola lagrimas que vea, y era tu fin. Pero aún así, veo que tú también te arrepientes, por lo que voy a pasarte esta. Ahora, quiero que subas y le pidas perdón a tu futuro esposo, ¿entiendes?. — Ajax hablo, con una vena marcada por que le enojaba, ver a su hijo llorar. —

— Si señor, — Kaeya trago saliva. —

Se paro de su asiento y fue casi corriendo hacía su habitación con su prometido, este se encontraba, en el cuarto de baño, sentando en la tasa del inodoro. Llorando, kaeya vio por fin lo egoísta que había estado siendo, pues ver a Albedo llorar le rompía el corazón. El rubio al verlo trato de secar sus lágrimas y limpiar su cara, pero antes que pudiera salir por el baño, Kaeya lo agarro de la cintura.