Un golpe y un destino

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Narrador omnisciente

La temporada de béisbol se acercaba y con ello la presión para los miembros del equipo, los entrenamientos por las tardes habían aumentado y la presión por parte del entrenador se sentía, no podían darse el lujo de perder el próximo partido debido a que esa era la última fase para poder competir en las regionales. Nuestro castaño era de los mejores bateadores pocas veces el equipo contrario podía anotar cuando él estaba de bateador.

Estaban a pocos días de su próximo partido, la mayoría de los miembros del equipo estaban con las emociones a flor de piel y con la adrenalina al máximo, entrenaban como si fueran a jugar ese mismo día, pero muchas veces la adrenalina con el esfuerzo no se complementa del todo y tarde o temprano algo termina saliendo mal. Por ejemplo, Garrett el lanzador en ese momento sentía la presión de su entrenador para realizar el mejor tiro de la temporada y así poder ganar, sin pensarlo dos veces lanzo la pelota con todas sus fuerzas logran así el primer strike, solo quedaban dos y podría ir a descansar.

Por otro lado, estaba Barry con la mirada fija en la pelota esperando el próximo lanzamiento se le había pasado una y eso no podía pasar nuevamente mantuvo los ojos en la pelota, las manos firmes en el bate, todos en la práctica estaban expectantes era como estar en un partido real y ambos fueran de equipos contrarios. Garrett lanzo la pelota con tantas fuerzas que en vez de rebotar en el bate o de hacer un strike golpeo la mano de Barry y con el rebote fue a dar a la frente del castaño, la cancha quedo en silencio, el partido se detuvo por solo unos segundos nadie sabía que hacer o cómo reaccionar. Pero de un momento a otro todo fue gritos y caos.

-Barry ¿te encuentras bien? - le pregunto el entrenador mirando si había sufrido otra herida.
-Estoy bien entrenador, pero creo que iré por un poco de hielo-dijo mientras se masajeaba la muñeca con cuidado viendo como poco a poco se tornaba de color rojo
-sí, si haz eso. Chicos la práctica termino denle dos vueltas a la cancha y se pueden ir.
-Nos vemos entrenador- dijo Barry antes de tomar su bolso y retirarse.
-Barry espera, lo siento no quise golpearte, pero...
-Tranquilo lo sé, ambos estábamos dando lo mejor para ganar el próximo partido además son gajes del oficio no te preocupes sin rencores.
-Gracias y espero que no sea nada lo de la muñeca.
-También lo espero, nos vemos en la próxima práctica.
-Adiós.

El castaño emprendió camino hacia la enfermería la mano en si no le dolía tanto, pero quería evitar que se le inflamara, toco la puerta y una suave voz se escuchó dándole permiso de entrar. Abrió la puerta despacio y vio a alguien de espaldas dejo sus cosas en el suelo y espero las indicaciones de la enfermera.

-Hola
-Hola, toma asiento en la camilla en un momento estoy contigo tengo que terminar estos informes- dijo sin voltearse aún lo único que alcanzaba a ver era una cabellera castaña como un tono cobrizo o castaño claro sin llegar a rubio hasta un poco más debajo de la altura de los hombros y nada mas
-No se preocupe yo espero.

Luego de unos minutos se giró para el castaño parecía que todo estaba yendo en cámara lenta vio una pequeña sonrisa que le dedicaba la doctora frente a él y no pudo evitar fijarse en esos bellos ojos cafés.

- ¿Qué tenemos aquí?
-Me golpearon con una pelota de béisbol y quería un poco de hielo.
-Déjame ver ¿puedo? - dijo con intenciones de tocar mi mano y poder revisarla.
-Si, por supuesto.

Durante unos segundos, examino la mano del castaño, ella estaba tan concentrada en su trabajo que no noto que el castaño se quedó mirándola debido a la cercanía apreciando ese momento a pesar de cierto dolor que provenía de su muñeca, y solo pensaba en como agradecerle a Garrett por haberlo golpeado.

-Fracturas no tienes, pero si fue un golpe fuerte te pondré una pomada y algo de hielo y eso debes de repetirlo al menos hasta mañana en la noche para evitar una mayor inflamación.
-Okay.
-Se sentirá fría, pero no es nada del otro mundo.
-No me molesta algo de frio- cuando dijo eso ambos levantaron la mirada y compartieron una pequeña sonrisa, se alejó un momento para buscar una compresa de hielo.
-Mientras te quedas con el hielo llenare tu ficha ¿está bien?
-Si.
- ¿Nombre?
-Barry Allen.
- ¿Edad?
-17
- ¿Eres alérgico a algo?
-Nop, a nada.
- ¿Alguna duda que tengas?
- ¿Hace mucho que trabaja aquí? No la había visto las otras veces que venía me atendía la doctora Mitchell.
-Estoy haciendo mi pasantía como practicante aquí, si bien no soy doctora tengo conocimientos y la total confianza de la doctora sobre cómo atender cosas como esta, empecé hace poco y hay días que no vengo, pero hoy te toco ser atendido por mí.
-Me alegro de que fuera usted mi doctora al menos hoy.
-Pues vaya gracias, no vienen muchos estudiantes que me digan cosas como esas.
-Si me permite decirlo, pienso que si la conocieran tendría a más de 10 estudiantes por día merodeando por ahí.
-No sé cómo responder a eso la verdad.
-Y puede que no me moleste pasarme por aquí de vez en cuando a ver si tiene más hielo para mí, suelo lastimarme mucho en las prácticas y esas cosas.
-Eso no sería muy inteligente de hacer señor Allen.
-Entonces ¿Qué otra escusa puedo poner para volverte a ver?- dijo en un momento de valentía.
-Ni siquiera sabes mi nombre y tú ya me quieres ver nuevamente-dijo mientras sus mejillas adquirían un tono rojizo y tratando de evitar la mirada del castaño ya que la ponía nerviosa.
-Cierto, soy un bobo por no preguntarlo antes, ¿Cómo se llama?
-Caitlin Snow
-Ahora si nos conocemos mejor, no quiero creer que es mayor que yo así que lo preguntare ¿Cuántos años tiene?
-18
-¿Puedo tutearte? Es que siento raro de tratarte de usted siendo que tenemos casi la misma edad.
-claro Barry.
-Okay Caitlin, ahora sin querer ser atrevido ni pasarme de listo contigo o hacerte pensar que tengo malas intenciones ¿Qué tendría que hacer para que aceptaras una salida al cine un día de estos? ¿Necesito una contusión, fracturas, algún tipo de virus o resfriado? Por qué puedo hacerlo y no quiero que pienses que estoy mal de la cabeza o algo, pero con riesgo de que me digas que no estaría dispuesto a cualquier cosa con tal de que me digas que sí.
-Me alagas Barry, la verdad...-no pudo terminar la frase porque un castaño de ojos tristes la interrumpió.
-Se oye como una respuesta negativa si es así no lo digas, porque si no repetiré esas palabras una y otra vez en mi cabeza, mira mejor dame una receta que diga paracetamol en caso de dolor y me dejas ir y te prometo que, aunque este sangrando o con alguna herida no volveré para no incomodarte- dijo el con la mirada fija en el piso sin saber que cierta doctora lo miraba con una sonrisa sincera.
-Okay señor Allen le recetare estos medicamentos en caso de dolor- le entrego un papel, pero no con las palabras que él le había dicho.
-Okay doctora, nos vemos- en su intento de huida no leyó la nota tomo sus cosas y cuando estaba a punto de abrir la puerta para irse y jamás volver a pisar ese lugar escucho una voz que lo detuvo.
-Barry lee la nota.
-Pero si ya sé que dice solo déjame ir- le dijo mientras cruzaba su mirada con la de ella porque tenía que verse tan linda incluso cuando lo estaba rechazando.
-Barry lee la nota te prometo que no es nada malo- su sonrisa le decía que confiara en ella y quería hacerlo con duda dirigió su vista a la nota que tenía en la mano no pudo evitar sonreír al leerla "me encantaría salir contigo Barry Allen"
- ¿Es en serio? - los ojos del castaño brillaron de la alegría tal parece que le habían dado la mejor noticia del mundo.
-Bueno si no quieres no, no hay problema-dijo ella con un tono bromista.
-No digas eso, solo que siempre considere que tenía mala suerte, pero ya ves que no, te prometo que la pasaremos bien y que...- los nervios del castaño se mezclaban con su alegría logrando así que no pudiera expresar lo feliz que lo hacía que su doctora le haya dicho que si a su plan de salir. Pero la castaña no era ciega para no darse cuenta, veía el brillo en los ojos del castaño esa sonrisa que justo en ese momento parecía solo ser dedicada a ella y eso de alguna manera le gustaba.
- ¿Te parece el fin de semana?
-Sí, ¿el sábado a las 5?
-Por mi bien, te esperare- dijo mientras que sus mejillas adquirían cierta tonalidad rojiza, intuía que desde ahora los sonrojos y sentimiento de nerviosismo que sintió desde que Barry la miro por primera vez no se irían tan fácilmente.
- ¿Te paso a buscar o nos vemos en el lugar? - pareció pensar en lo que había dicho por que comenzó a soltar susurros reprochándose por preguntar ese tipo de cosas, solo se debe mencionar que el castaño jamás había tenido una cita, suele ser muy tímido, pero, así como a Caitlin le pasaba lo de tener las mejillas sonrojadas a él le brotaba toda la valentía que no sabía que tenía- no seas tonto Barry se un caballero obvio la pasas a buscar, estúpido.
-Barry- lo llamo intentando calmarlo, pero nuevamente y con un sentimiento de resignación supo en ese mismo momento supo que cierto castaño era más testarudo de lo que aparentaba ser.
-Me corrijo, lo siento pasare por ti el sábado a las 5 ¿me darías tu dirección?
-Barry oye tranquilo vas a toda velocidad, no has sido grosero para nada, podemos llegar directo a donde será la cita o puedes pasarme a buscar, existen varias opciones y con cualquiera estoy de acuerdo.
-Si lo siento, suele pensar muy rápido cuando tengo que hacer algo, mi papá le dice defecto en la genética, pero bueno, la verdad me sentiría mejor pasando por ti ese día si es que no te molesta-dijo con cierta actitud nerviosa jugaba con sus dedos sin mirarla a ella directamente pero igualmente dedicándole una sonrisa que era especialmente para ella.
-Me parece bien, toma esta es mi dirección- le entrega un papel con la dirección.
-Okay ahí estare, tratare de no causarme ninguna herida intencionalmente hasta el día ¿Qué días vienes a trabajar?
- De miércoles a viernes.
-Bueno prometo no hacerme ninguna herida grave hasta ese día, solo un rasguño o cosas por el estilo.
-No tienes que hacerte ninguna herida, puedes decir que tienes migraña y pasarte por aquí eso si no te prometo ser yo la que te atienda.
-Eso no importa sonara cursi y lo que quieras, pero quiero verte, aunque sea otro día antes de nuestra cita- ahora el sonrojado fue el castaño al parecer tenía un lado romántico que no sabía cómo controlar e intuía que sería capaz de crear todo un libro con poemas sobre como cierta castaña lograba provocar un sentimiento de calidez y alegría sin haber compartido más tiempo que solo unos minutos.
-Harás que me sonroje con tanta cosa linda que me dices.
-Pero si así te vez muy bonita- luego de que dijo eso la castaña soltó una risita nerviosa y llevo sus manos intentando cubrir sus mejillas todas coloradas.
-Ya basta.
-Okay, okay ya me voy.
-Espera, me falto darte algo- se dio la vuelta y fue en busca de algo a su escritorio cuando volvió hacia donde yo estaba, traía las manos escondidas en los bolsillos de u bata con curiosidad la observo mas no dijo nada.
-Fuiste un buen paciente por lo que te merece una de estas- una paleta pareció en el radar de su visión provocando alegría, él amaba las paletas y cualquier tipo de dulce gomitas, chocolates, todo.
-Sí, una paleta- quien lo viera pensaría que se trata de un niño pequeño que creció de más, pero tan solo era un adolescente que amaba los dulces sin perder tiempo rompió el papel que envolvía su dulce y lo comenzó a disfrutar.
-Espero verte pronto Barry Allen
-Lo mismo digo Doctora Snow- sin dejar de sonreír se acercó a ella y en un acto de valentía dejo un tierno beso en la mejilla de la castaña demorándose más del tiempo habitual y disfrutando del momento.
-Adiós Barry- dijo luego de que el castaño se separara de ella y emprendiera camino hacia la salida del consultorio lo vio irse, ella solo lo observaba con una sonrisa en su rostro cerró la puerta y espero que su día terminara y así paso con el resto de los días, por más que hubiera querido verlo alguno de los días siguientes agradeció que el castaño no se hubiera lastimado así que con paciencia y mucho anhelo llego el día de la cita y bueno lo demás que sucedió no se tiene porque contar solo queda decir que esa no fue la única cita que tuvieron ellos dos.

One-shots snowbarryWhere stories live. Discover now