Capítulo 6: Phantomium Nocturnius Stellarose Virelithia Jr. (Y Johnny)

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Desesperado por respirar, Volt intento agarrar aire, pero solo salían jadeos sin aliento. El pecho se le apretó aún más, con el corazón latiéndole a mil por hora.

Se encontraba de pie en una habitación pequeña y poco iluminada. Las frías baldosas bajo sus patas le provocaron un escalofrío y sintió que las paredes se cerraban sobre él.

Intentó concentrarse en lo que le rodeaba, pero recuerdos de algo que no comprendía inundaron su mente, dificultando la diferenciación entre la realidad y su imaginación.

-Me encontró, - Volt se repetía a sí mismo como un disco rayado.

Sintió que el corazón se le aceleraba aún más y que el cuerpo le temblaba sin control.

Retrocedió a trompicones, derribando un montón de objetos que no reconoció, y se hundió en el suelo, con la respiración cada vez más acelerada.

La imagen de los ojos rojos en el denso humo pasó ante sus ojos y sintió que le invadía el miedo. Su cuerpo se tensó e instintivamente trató de retroceder, pero no tenía adónde ir en aquel espacio reducido.

Sus ojos estaban muy abiertos por el miedo y las lágrimas corrían por sus mejillas peludas. Intentó pedir ayuda, pero su voz era un susurro tenso.

Estaba abrumado por una sensación de desesperanza, de soledad.

Aterrado y vulnerable.

Aún podía ver la vívida imagen de los ojos carmesí que le miraban a través del denso humo.

Podía sentir el calor que emanaba de ese rojo, un abrasador recordatorio de la sofocante perdición que le había perseguido antes.

Parecían burlarse de él, un recordatorio de sus luchas pasadas y de la sensación de impotencia que había sentido una vez.

No podía deshacerse de la paranoia de que ÉL le estaba observando, y se sentía atrapado en el espacio cerrado.

Se hizo un ovillo, tratando de calmarse, pero el miedo era abrumador.

Temía la crudeza de sus ojos carmesí atravesando su alma.

Temía el frío de su tacto helándole el cuerpo.

Temía la agonía de sus garras raspando su peluda piel.

Temía la agonía.

Temía el sufrimiento.

El dolor.

El dolor insoportable.

El dolor agonizante.

-Guido... ayúdame... - gimoteo, con la voz apenas por encima de un susurro.

Y mientras repetía esas palabras, como si acudiera en su ayuda, apareció ante él una figura azul y borrosa, que se movía grácilmente a través de la niebla de su pánico.

Instintivamente, Volt retrocedió y soltó una descarga de electricidad, con la esperanza de mantener a raya a la figura. La figura retrocedió, asustada por el repentino ataque.

Extendió la mano hacia él, intentando tocarlo, pero el miedo de Volt se intensificó. Se acobardó, incapaz de comprender lo que estaba ocurriendo. La figura pareció darse cuenta y se detuvo, levantando las patas en un gesto tranquilizador.

-Cálmate, - le dijo suavemente, con una voz gentil. - Concéntrate en tu respiración. Inhala y exhala despacio. Todo va a estar bien.

Volt respiraba entrecortadamente mientras intentaba seguir las instrucciones de la figura, pero seguía sintiendo el pecho oprimido y el cuerpo le temblaba incontrolablemente.

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