Capítulo 45.- Humillación

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Al ver que Janet hablaba en serio y no parecía querer marcharse, la sirvienta entró a regañadientes a la casa y le pasó su mensaje a Fiona.

"¿Realmente dijo eso?", Fiona, quien estaba disfrutando de unas fresas frescas, detuvo su mano en seco en cuanto escuchó las palabras de la criada.

Luego de poner un semblante indignado, ella se giró hacia Bernie y comenzó a quejarse: "Janet ha ido demasiado lejos. ¿Cómo se atreve a amenazarnos? Después de todo, nosotros somos sus padres adoptivos y nos debe respeto. Sí, es verdad que no llevamos la misma sangre en las venas, pero desearía que al menos nos mostrara algo de gratitud por las cosas que hemos hecho por ella. ¿Recuerdas lo que pasó en ese entonces? Tus padres fueron quienes insistieron en que la adoptáramos. ¿Y todo para qué? ¡Solo mira los problemas que nos ha traído esa muchacha desagradecida! Ahora, incluso nos está chantajeando. ¿Qué debemos hacer con ella?".

De pronto, los recuerdos del pasado se hicieron presentes en la mente de Fiona, aumentando su odio por Janet. Entonces sacó un pañuelo de la caja que estaba a su lado y se secó las lágrimas que escurrían por sus mejillas.

Al ver que su esposa estaba llorando de nuevo, Bernie sacudió la cabeza con impotencia y murmuró: "No, Janet no es ese tipo de persona, ella nunca haría eso. Todo es culpa tuya. ¿Por qué no simplemente le diste el dinero que le prometiste? ¡Nada de esto habría sucedido si no hubieras faltado a tu palabra!".

Pero Fiona se llevó las manos al rostro y continuó gimiendo dramáticamente: "Jocelyn es nuestra hija biológica, ¡ella es quien necesita el dinero para poder tener una carrera y lograr sus sueños! Hemos criado a Janet todos estos años, ¿y para qué? Su matrimonio con Ethan es una forma de retribuirnos por todo el cuidado y el amor que le dimos desde su niñez. ¡No entiendo por qué sigue viniendo aquí a causarnos problemas!".

Por un lado, la mujer estaba resentida, y por otro, le aterraba la idea de que Janet revelara el secreto de que se había casado con Ethan como sustituta de Jocelyn.

Jocelyn era la preciosa hija de Fiona, la única y verdadera hija de la familia Lind, ¡muy superior a una chica adoptada como Janet! Además, si Ethan se enteraba de que no estaba casado con Jocelyn, sin duda buscaría la forma de vengarse.

Desde que conoció a Ethan, Fiona supo que no era alguien con quien se podía jugar. Por si fuera poco, el muchacho contaba con el fuerte apoyo de su familia, los Lester. Y aunque era solamente un hijo ilegítimo, ni Fiona ni su familia podían darse el lujo de ofenderlo.

Bernie levantó la taza de té de la mesa, le dio un sorbo y comentó seriamente: "Si Janet solo quiere dinero, ¿por qué no le damos algo para que se calme? Tampoco es que estemos en la ruina".

Al oírlo, Fiona se secó el rostro con el dorso de la mano. Luego lo miró y asintió de mala gana.

Ella no estaba dispuesta a darle a Janet ni un centavo, así que el solo hecho de imaginarlo la enfureció.

Con la sangre hirviendo de rabia, la mujer subió las escaleras mientras marcaba el número de Janet en un ataque de ira: "¿Qué demonios pasa contigo? ¡Esta vez fuiste demasiado lejos! ¿Vas a pelear con tu familia solo por dinero? Te hemos criado amorosamente todos estos años. ¿Cómo es posible que te hayas convertido en una mujer tan egoísta? ¿De verdad nos vas a obligar a nosotros, tus padres, a darte el dinero que no tenemos?".

Y así, ella continuó desahogando el resentimiento que se había acumulado en su corazón a lo largo del tiempo.

Sin embargo, Janet se había vuelto inmune a su odio y su maltrato. "¿Dónde está mi dinero?", ella preguntó con desdén: "Si no me lo das, te advierto que le diré la verdad a Ethan ahora mismo".

Como era de esperar, la furia de Fiona alcanzó su punto máximo, aunque hizo todo lo posible por controlarse y fingió ser amable: "Mira, hemos hecho todo lo posible por recaudar la suma que nos pides porque no tenemos dinero. Pero no te preocupes, le pediré a la sirvienta que te dé algunas cosas más tarde para que te ayuden a cubrir tus gastos".

Tras un rato, la sirvienta salió con varias bolsas en las manos y se las arrojó.

"¡Tenga esto y váyase de aquí!".

Con eso, la puerta principal de la villa se cerró de golpe.

De cuclillas en el suelo, Janet revisó lo que había en las bolsas, encontrando desde joyas pasadas de moda, ropa cara usada y bolsos de segunda mano.

"Disculpa, ¿estás recogiendo chatarra? Tengo algunas cajas de cartón que podrían servirte. Si quieres te las doy", dijo la mujer que vivía al lado cuando vio a Janet.

"No, gracias", la joven respondió con una sonrisa amarga.

Fiona no quería darle dinero y eso era más claro que el agua, así que la insultó tratándola como a una mendiga.

Finalmente, Janet recogió las bolsas y se marchó.

No era la primera vez que Fiona la humillaba y probablemente tampoco la última. Aunque se sentía abatida, a la joven se le ocurrió que sería buena idea vender estos artículos de segunda mano. Después de todo, era mejor conseguir aunque fuera un poco de dinero que irse a casa con las manos vacías.

No obstante, aun así, esto sería menos de una quinta parte del costo por la operación de trasplante de hígado de Hannah.

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora