I. LA MISION

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Era el día del Alistamiento, justo cuando nuevas reclutas recibirían el llamado a formar parte de las fuerzas armadas especiales de los Estados Unidos de Norteamérica. No era cualquier ejército; se trataba de brujas al servicio del gobierno para proteger a la sociedad civil, con la misión de pelear y a ganar sus guerras por ellos, según un acuerdo realizado hacía más de 300 años por su líder, la General Sarah Alder, una bruja que buscó así terminar con la persecución y quema de brujas. Parecía un trato justo; su paz y supervivencia a cambio de servir y proteger al país de todo enemigo. Sin embargo, no todas las brujas estaban felices con este acuerdo.

Desde hacía varios años, se habían conformado diversos grupos de brujas rebeldes, aquéllas que no respondían al llamado para enlistarse en el ejército. Algunas huían y se refugiaban viviendo escondidas y evitando ser localizadas, ya que ignorar sus obligaciones militares era castigado con la muerte. Otras se unían a células de brujas terroristas conocidas como La Spree, quienes por medio de "bombas suicidas", provocaban la muerte de miles de civiles inocentes. Esto en protesta por las miles de brujas muertas en batallas y guerras sin sentido a lo largo de los siglos.

Había una poderosa bruja llamada Nicte Batán, quien había creado La Spree e ideó la forma de controlar la mente y voluntad de los civiles a través del sonido; un estallido de un artefacto provocaba en las personas un deseo incontrolable por auto infringirse daño, culminando en el suicidio, estas bombas eran utilizadas en sitios en su mayoría muy concurridos, para así conseguir un suicidio masivo. Con el paso de los años, otras brujas inspiradas por Batán, formaron sus propios grupos o células. Cada célula tenía una líder y poco a poco se iban fortaleciendo, esperaban conseguir que cada vez fuera menor el número de brujas que vieran al ejército como único destino en sus vidas.

Willa Collar era una bruja que había servido en el ejército, pero al ver la forma en la que eran asesinadas las brujas que luchaban por órdenes del gobierno, decidió fingir su propia muerte en batalla para así huir y formar su grupo de Spree. Había pasado un año desde su supuesta muerte y desde entonces, su célula había provocado varios ataques masivos. Esa mañana, la mujer miraba el noticiero desde su hogar-refugio, justo cuando se daba la información de un ataque suicida en un centro comercial. Estaba acompañada por una de sus fieles seguidoras.

— La misión fue un éxito; murieron 1,600 personas.

—Fue un buen trabajo, Ophelia.

—Debo reconocer que la joven Scylla tiene talento. Su frialdad para este tipo de cosas ha sido fundamental.

—Tiene motivos para ser así, odia al ejército porque mataron a sus padres. Vengarse matando inocentes parece lograr que se sienta mejor.

—Nos conviene tener más brujas así. Por cierto, hoy debe enlistarse tu hija, ¿no es así?

Willa respiró profundo y apagó el televisor. —Hoy debe recibir el llamado. Es correcto.

—¿No has pensado en presentarte de incógnita ante ella y evitar que se enliste?

—No voy a permitir que Raelle sea parte de ese sistema que nos lleva a morir por guerras que no nos corresponden. Pero presentarme así ante ella no es la forma. Debo reconocer que, si quiero que mi hija sobreviva fuera del ejército, necesito que el ejército mismo le ayude a lograrlo.

—Así que, ¿la dejarás en Fort Salem?

—Será provisionalmente. Luego la sacaré de ahí, me presentaré ante ella y la convenceré de unirse a nosotros. Para entonces habrá tenido el entrenamiento básico que le ayudará a sobrevivir.

—¿Cómo piensas lograr eso?

—Te confieso que aún no lo sé, Ophelia. Temo que no logre perdonarme por haberla engañado con mi muerte, aún así espero que lo comprenda y vea que esta rebelión nos liberará de esta especie de esclavitud y aseguraremos nuestra supervivencia.

PASE LO QUE PASE... TE AMO. (Raylla )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora