V. SEAS QUIÉN SEAS, ESTOY CONTIGO

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Scylla esperaba en su habitación, estaba nerviosa, ya que las palabras de Ophelia la habían dejado inquieta. Porter estaba ahí y sabía que podía arruinar sus planes, no podía permitir que volviera a hablar con Raelle, ya que ella sentía mucha curiosidad por su pasado y seguramente el chico no tendría inconveniente en contarle todo. No... no podía permitir eso. En ese momento alguien tocó la puerta, se levantó de la cama y arregló su cabello antes de abrir, pensando en que podría tratarse de Raelle, pero para su sorpresa, el chico que había formado parte de su pasado estaba ahí.

—Porter.

—Tenemos que hablar.

Scylla se hizo a un lado y le indicó que entrara a la habitación.

—¿Qué quieres?

—Necesito respuestas.

—Y yo necesito que dejes de asustar a mi novia.

—Ah, claro. Tu novia. ¿Qué rayos haces aquí? Tú odias al ejército.

—Ya te dije que cambié de opinión. Tú lo hiciste. ¿no dijiste que te cansaste de huir? Pues yo también.

—Alguien como tú no cambia de idea de la noche a la mañana. Las cosas que dijiste hacen que alguien acabe llenando un globo de odio.

—¿Qué insinúas?

—Sé que me estás mintiendo.

La necro lo miró y decidió cambiar su actitud, fingió sentirse dolida por la actitud hiriente del joven.

—No puedo creer que tú me estés diciendo esto... tú que decías que me amabas. Me siento tan decepcionada de ti.

Porter se sintió mal y se acercó. —Lo lamento, es que todo esto me confunde.

Scylla fingió que lloraba. —¿Cómo puedes dudar de mi y de mis decisiones?, ¿no crees en mi arrepentimiento?

El chico la abrazó. —Perdón, no quise lastimarte. Huye conmigo. Yo aún te amo. Hagamos una vida juntos, lejos de todo.

—¿Quieres que huyamos otra vez del ejército?

—Sí, no importa. Yo sólo quiero estar contigo.

—Pero, nos perseguirán y nos matarán.

—Podremos ocultarnos en la Cesión. Estaremos a salvo.

Scylla se quedó pensativa unos instantes. —Está bien. Huiré contigo.

Porter sonrió emocionado y se acercó para darle un tímido beso en los labios. Scylla vio aquí la oportunidad que estaba buscando; Porter estaba vulnerable, correspondió al beso sólo como un gesto condescendiente para el chico con el que había compartido tiempo cuando era una Dogger, no fue emocionalmente importante para ella, pero estaba agradecida de que la apoyó en momentos difíciles; era un buen chico, cualquier otra bruja estaría feliz de tener a alguien como él a su lado. Pero sus objetivos personales eran distintos y él estaba interfiriendo en sus planes y casi a punto de arruinar su misión, por eso debía tomar la decisión de sacarlo del juego. Respiró profundo, se acercó a su oído y susurró: Me invade una tristeza insoportable.

Al decir esto, Porter entró en una especie de trance, se alejó de Scylla y caminó lentamente a la salida, tomó las escaleras y comenzó a subir hacia la azotea del edificio. Scylla lo miró; una mezcla de tristeza y alivio la invadió, cerró los ojos al escuchar un golpe fuerte y seco.

Raelle cruzaba alegre los jardines de Fort Salem, quería sorprender a Scylla en su habitación, en parte para reafirmar que confiaba en ella y que quería que todo estuviera bien. Se sentía tranquila al darse cuenta de que ya estaba confiando más en ella y se abría en sus emociones contándole cosas de su pasado. Justo cuando cruzaba el último jardín algo la hizo sobresaltarse, un bulto cayó del techo del edificio, ella se acercó al darse cuenta de que era el cuerpo de un chico y su sorpresa fue mayúscula al ver que se trataba de Porter. Miró hacia la azotea buscando a alguien más, pero no había nadie con él. El cuerpo inerte y sangrante del chico estaba en el suelo. De inmediato se acercó y entró en pánico al verlo moribundo.

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⏰ Última actualización: Sep 09, 2023 ⏰

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