Capítulo 9

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—Despierta, vamos... —escuchaba decir a una leve voz en la lejanía.

¿Quién le hablaba?, ¿en dónde estaba? Sintió nauseas de solo pensar, todo le daba vueltas, estaba tan descolocado en ese momento, con dolores increíbles por todo el cuerpo, pero algo lo confortaba, poco a poco se sentía menos el sufrimiento.

—Eso es... Sí... Despierta, sigue luchando... —continuó la voz.

Intentó saber lo que estaba pasando, pero no se podía controlar, no sabía lo que le pasaba, al abrir la boca solo pudo soltar quejidos, giraba su cabeza de un lado a otro buscando tomar aire, entonces sus manos también se lograron mover apartando la nada enfrente a él, los quejidos eran más fuertes, y sentía que se iba a desmayar por el dolor y una presión terrible en su abdomen, no podía respirar bien. Entonces, logró tomar una gran bocanada de aire, y gritó sacándolo de sus pulmones, tenía que gritar, sino se desmayaría en ese lugar.

—¡Está bien, está bien, todo está bien! —lo calmaba la voz, para luego empezar a sentir como pasaba sus manos por su rostro.

Volvió a tomar aire, pero esa vez no gritó, siguió con los quejidos que poco a poco cambiaron a balbuceos. Movió un poco sus piernas, solo para probar que sí las sentía y que seguían conectadas a él, todavía no podía ver bien, pero poco a poco se sintió mejor, detuvo el movimiento de sus manos, las mantuvo en el aire un momento y luego las fue bajando poco a poco hasta su abdomen.

Su herida estaba cerrándose demasiado bien y muy rápido.

—¿Te sientes mejor? —escuchó de nuevo, pero ahora con una claridad significante.

No pudo contener las lágrimas al identificar finalmente de quién era la voz.

—¿Cómo? —preguntó haciendo lo posible para que su voz se escuchará normal.

Lo quería ver, estaba desesperado por verlo, no era un sueño, de verdad estaba pasando, el dolor se lo decía, pero lo quería ver, quería confirmar que en serio era él.

—No te podía dejar morir sabiendo que no eres como los demás —respondió entonces con una leve risa—, así que tuve que moverme un poco para que me dejaran estar aquí un pequeño período de tiempo, no es mucho, pero me alegra que haya sido suficiente para salvarte.

—No te vayas —suplicó llorando un poco más fuerte, ni siquiera podía evitarlo, apenas y tenía las fuerzas para soltar las lágrimas, detenerlas era demasiado—, no me dejes...

—V —lo llamó entonces con un suspiro—. No, Tae-Hyung —se corrigió—, tenemos que ponerle fin a todo esto de una vez por todas.

—¿Por qué? —se quejó el demonio mordiéndose el labio con fuerza—. Ni siquiera logramos vivir mucho tiempo y tú... ¿Te rendirás así porque soy desagradable?

—Por favor, deja de pensar así —le pidió con mucha dulzura y preocupación.

—¡Ellos te asesinaron en frente de mí, Ho-Seok! —exclamó bastante dolido por los recuerdos que le llegaban cada noche, en cada momento de silencio, todos sus recuerdos llegaban a ese mismo punto—. ¡Lo hicieron y yo no lo pude evitar!, y luego...

—¡Nada de eso es tu culpa, Tae-Hyung! —replicó en voz alta para hacerse escuchar, también quería llorar, pero se tenía que mantener fuerte por él—. Nunca hubiésemos sabido que eso iba a pasar, Tae, por favor, deja de pensar que eres responsable.

—Si yo no hubiese sido tan inútil tal vez lo hubiera podido impedir, tal vez si me hubiese sacrificado, me hubiese lanzado a ellos, atacado, tal vez en ese momento hubieras podido correr y...

—¿Y dejarte solo con esos asesinos en nuestra casa? —cuestionó Ho-Seok incrédulo—. Siempre voy a preferir morir a tu lado que abandonarte a tu suerte por unos pocos años más de vida.

El hombre sombra | Taekook |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora