Arruinándolo como de costumbre

2.3K 100 16
                                    

Esto, es Berk. El pueblo donde los vikingos hace 6 años, dejaron de cazar dragones para convertirse en domadores de dragones, ¿que como pasó?, bueno, esa es una larga historia que tiene como protagónico al muchacho que no tuvo el valor se matar a una inocente criatura en un mundo de mata o muere y él, es Hippo y esta, es mi historia.

[...]

Ha pasado un año desde que Chimuelo se volvió el alfa y desde que yo, Hippo me volví el líder de los vikingos, Berk es mi responsabilidad y ahora, junto a mi madre, Astrid, mis amigos y mi pueblo, salimos adelante.

Ahora mismo estamos teniendo tiempos de paz y aunque ahora esté más ocupado, siempre me escapo un rato para salir a volar con mi fiel compañero y mejor amigo, mi furia nocturna.

Hoy... Hoy mi preocupación es distinta, no es una guerra, no son cazadores foráneos ni hambruna... Hoy, tengo una cita con Astrid.

— Hippo.

Pasó mis manos sobre mis ojos y los froto, no entiendo porque estoy tan nervioso... Hace 2 años que tenemos una relación como se diría... "Oficial" ya que le pedí ser pareja, si, nos habíamos besado y abrazado antes pero como soy un poco lento, no estaba seguro de que estuviéramos saliendo de lleno y ahora que lo estamos, entre que estuve ayudando a mi padre los últimos años y aprendiendo sobre liderar añadiendo que estuve enseñando a personas a volar y domar dragones, muy pocas veces teníamos tiempo de estar a solas como se debería, agradezco que sea tan comprensiva... Sonrío para mis adentros recordando su hermoso rostro.

— ¡Hippo!

— ¿Eh? —abro mis ojos de sobresalto y la imagen que veo es la de mi madre. — ¿Qué pasa? —me siento en la orilla de la cama.

— Oh, pensé que estabas dormido

— No, para nada

— Bueno —junta ambas manos como si estuviera nerviosa— es sólo que hacías unas caras extrañas y pensé que tal vez tenías una pesadilla —ríe levemente.

— ¿De verdad? No lo noté —hago una pausa recordando todos mis pensamientos anteriores— Mmm... ¿Mamá?

— ¿Si, Hippo?

Me acerco y le abrazo.

— Te quiero... —me separo levemente para verle a los ojos— ¿Que tienes? Pareciera que vas a llorar... —La tomo de los hombros.

— Cuando lo dices siento una inmensa felicidad Hippo y al mismo tiempo tristeza por haberme perdido 20 años de tu vida —pasa su mano por mi mejilla, me apoyo en ella.

— Pero ahora estás aquí y podrán pasar cinco, diez, veinte o hasta cincuenta años más que estaré aquí contigo así que podemos saldarlos ¿no?

Asiente tratando de contener sus lágrimas y me vuelve a abrazar susurrándome un "te quiero mucho, hijo".

Descubriendo el amor a la manera VikingaWhere stories live. Discover now