๑•Capitulo Siete•๑

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La enorme y espaciosa oficina que servía para aquel tipo de reuniones se había llenado aquella tarde. La larga mesa estaba ocupada casi por completo y Jimin se había ubicado junto a Yejin, porque ella se lo había pedido.

Estaba nervioso y no era para menos. Se trataba del primer proyecto que su jefa le encargaba y él sería el principal responsable de llevarlo adelante con éxito. Yejin le había dicho que pondría a su disposición el personal y el material que fuera necesario y que lo dejaría trabajar con total libertad. Aquella reunión era para afinar los últimos detalles y poner en marcha, finalmente, el proyecto en el que cualquier persona amante del arte habría deseado trabajar.

Había elegido un pantalón y una chaqueta de color gris ceniza para darse un toque más formal; debajo, llevaba una camisa en un tono un poco más pálido que el del traje. Su corto cabello castaño estaba prolijamente peinado un poco para atrás. Había entrado a la oficina con unas cuantas carpetas en los brazos y se sintió un tanto incómodo cuando la atención de la decena de hombres asistentes a la reunión se centró en él. Conocía a la mayoría; al resto, seguramente, se los presentaría Yejin en el pequeño cóctel que se daría una vez finalizada aquella reunión.

Demasiada gente, murmullos y miradas furtivas que iban dirigidas a él. Lee Jimin, el novato encargado de llevar adelante un proyecto tan importante como aquel.

Yejin revisaba unos papeles; Jimin se preguntó por qué no daba comienzo a la reunión de una buena vez, deseaba largarse de allí y dar por terminada esa sensación de sentirse un bicho en exhibición. ¡Dios! ¡Cómo quería estar en su taller en aquel mismo momento!

La puerta se abrió y todos se giraron para observar si el último asistente se había dignado, por fin, a aparecer.

Jimin notó que el rostro de su jefa se relajaba ante la aparición de aquel hombre que en ese momento cruzaba la oficina y se dirigía hacia ellos después de saludar con cortesía a los demás.

—Yejin, lamento llegar tarde, pero era imposible escaparme de aquella otra reunión —dijo, se agachó y le dio un beso en el dorso de la mano.

—No te preocupes, Yoongi. Las personas importantes siempre se hacen esperar. —Se giró y le sonrió a Jimin—. Yoongi, este es Lee Jimin. Jimin dirigirá el proyecto de la colección.

Yoongi extendió la mano y se dispuso a besar la de Jimin de la misma manera que había hecho con Yejin.

—Jimin, este es Min Yoongi.

Jimin le entregó la mano. Hizo un ademán, para que el hombre que apenas estaba conociendo solo le diera un apretón como saludo, ya que se sentiría incómodo si el extraño tratará de besar el dorso de su mano, tal como lo hizo con su jefa. Yejin no necesitaba decir nada más, ya sabía quién era él, no solo porque no se había hablado de otra cosa en la editorial en los últimos días, sino porque el nombre de Min Yoongi era reconocido a nivel nacional. Uno de los mejores diseñadores del país y el creador de las mejores campañas publicitarias.

—Es un honor conocerlo, señor Min —dijo con timidez.

—El honor es mío, Jimin. Llámame Yoongi; después de todo, vamos a trabajar juntos.

Jimin asintió mientras él se sentaba junto a Yejin que dio por comenzada la reunión. Había pensado que los nervios lo traicionarían más de una vez, pero estuvo más tranquilo de lo normal; sobre todo, cuando le tocó exponer a él las ideas que sustentarían el proyecto que al término de aquella reunión ya tenía un nombre oficial: «Art & Pleasure». Había sido elegido entre todos a través de una votación, después de que él mismo lo sugiriera. Jimin sintió que aquel había sido un gran voto de confianza hacia su trabajo.

Siempre Me Recordarás- MiniMoni Where stories live. Discover now