San Fu 8.

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"—Esto. —Jiang Kuo agarró el cuello de la chaqueta del número uno".







Aunque su fiebre había bajado un poco, el cerebro de Jiang Kuo todavía se sentía ligeramente frito por la alta temperatura interior y exterior. En lugar de pedir que le llevarán, le pidió a Dapao que le buscara un scooter de alquiler para poder refrescarse un poco en el camino de regreso.

Aun así, todavía se sentía aturdido mientras caminaba por el pasillo de los dormitorios, como una bola de algodón empapado.

Por una vez, el pasillo estaba vacío, quizá debido a las inspecciones de los dormitorios.

Dapao lo había instado a que se diera prisa en volver, pero el cambio de tono, de lacayo entusiasta a anciano regañón, le hizo menos que feliz de complacerlo.

Jiang Kuo nunca antes había vivido en el campus y no tenía ni idea de cómo debían ser las inspecciones, pero la ansiedad de Tang Li dejaba claro que era bastante importante, así que allí estaba él para dar un poco de cara a su compañero de habitación. Después de todo, era su primera inspección, y Tang Li era su jefe de habitación desde quién sabe cuándo.

Había unas cuantas personas apretujadas en la puerta de su habitación.

Jiang Kuo se preguntó si sus globos oculares se habrían derretido ligeramente por la fiebre, pero al acercarse se dio cuenta de que sus ojos funcionaban perfectamente. Había tres personas en la puerta, una delante y dos detrás.

En la docena de pasos que tardó Jiang Kuo en llegar a la puerta, las tres personas permanecieron allí atrapadas formando un triángulo, sin entrar ni salir.

—Disculpen. —Le dio un ligero golpe en el brazo a la persona más alejada.

Los tres se giraron para mirarlo.

Jiang Kuo les devolvió la mirada, ¿estaban aquí para hacer una inspección?

Nadie se movió.

Nadie habló.

Se limitaron a mirarlo solemnemente.

¿Qué estaba haciendo?

Jiang Kuo no podía molestarse en pensar demasiado en lo que estaba pasando. Esta era su habitación, y ya estaba mostrando mucha madurez al no apartar a estas personas.

Así que, se giró de lado, se abrió paso a empujones y entró en la habitación.

Sus compañeros de habitación estaban de pie junto a sus escritorios y, antes de su entrada, los seis habían entablado algún tipo de comunicación no verbal.

Al verlo, Tang Li dejó escapar un visible suspiro de alivio y susurró:—He doblado tu ropa por si no volvías a tiempo para ordenar.

Jiang Kuo odiaba que la gente tocara sus cosas y por reflejo frunció el ceño, pero rápidamente volvió a relajar su rostro nuevamente, susurró: —Gracias.

—Jefe de habitación, infórmale. —Las personas que estaban en su puerta finalmente entraron.

—Jiang Kuo—, Tang Li señaló—, estos son los Seniors a cargo de las inspecciones de los dormitorios. Habrá una cada día durante el entrenamiento militar y en ese momento, se espera que todos estén en sus habitaciones. Las habitaciones deben mantenerse limpias y ordenadas...

Jiang Kuo echó un vistazo a su sección de la habitación con solo unas pocas prendas de ropa y algunas chucherías, le costaría mucho trabajo desordenar esto.

—No cuelgues la ropa aquí—, el inspector número uno señaló el gancho junto a la puerta.

En la habitación reinaba un silencio sepulcral. Jiang Kuo se sentó en la silla junto al escritorio de Li Zirui.

RICKY RICÓN Y UN CARNICEROWhere stories live. Discover now